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Esteros del Iberá

Poema del agua que titila.

Ejercicios para “quemar grasa”: diferencias entre hombres y mujeres

Todo sucede en 24 horas. Desde la mañana malva, a la noche de
inciensos azules – un humo denso que se deshace, entre las plantas y se eleva
hasta ocuparlo todo -, los esteros y la
laguna del Ibera ofrecen un paisaje único. Por belleza, por variedad.

Situados
en la provincia de Corrientes y con una extensión de 13.000 Km – 315 de ellos
cubiertos por bañados, esteros, lagunas, embalsados y cursos de origen pluvial,
la región fue nombrada reserva natural en abril de 1983. Se trata de un
conjunto de especies únicas, en la flora y en la fauna.

La gran extensión de tierra permite recorrerla tanto a caballo como en botes a
motor, conducidos por baquianos: al
desplazarnos, la vista de plantas y animales resulta privilegiada. Se trata de
dos movimientos, nosotros y la tierra, viva, latente.

Estas excursiones pueden
contratarse en un pequeño poblado cercano, situado del otro lado del Ibera,
cruzando el puente Bayley, llamado Colonia Carlos Pellegrini, declarada Villa
ecológica. En cualquier recorrido que se escoja, la cercanía que uno puede
alcanzar respecto a las diferentes especies permite experimentar sensaciones
autenticas.

Algunos de los animales que podemos encontrar en nuestro recorrido por los Esteros del Ibera son el Yacaré (sobre todo el negro, de hocico
angosto, y el ñato, de hocico ancho), la Boa del agua, el Ciervo de los
pantanos, una de las especies autóctonas de la zona, el Aguara Pope, los Monos
aulladores la Corzuela parda y roja, Zorros grises y Gatos monteses, Cuises,
Comadrejas, Vizcachas y diversos tipos de víboras.

Una
explosión sonora y de colores. Además, las aves. Las lentas y pesadas
-pensadas, soñadas-, las mínimas, que parecen que no vuelan de sostenerse
continuamente en el viento y el aire.

También las de los más extraños colores
y formas: un yuambú que busca en el Gualeguay cercano, un biguá, chajaes, mas
de cuatro variedades de patos, águilas y halcones, versiones iluminadas del
cielo correntino que baja, inquieto, a posarse en la laguna tenue, filo mas que
espejo.

Cuando
cae la noche, explotan los anfibios. Para ellos la vida comienza. Es el momento
de la lucha, la caza. La fauna acuática lo sabe: se prepara para la batalla
ritual.

La inmensa luna ilumina las aguas, ahora espejo roto mas que filo.
Hilados y yacares son ahora caballeros andantes en lucha, en una floresta que
parece Camelot. Pero no: es Ibera, agua que brilla.

Afuera es noche -ven a mi
lado- pero dentro es guerra, densa, brillos, espadas subacuaticas. Debajo de
cada camalote, de cada estero, se esconde un mundo animal que asombra.

El
rocío es la huella de la batalla: inunda los pétalos de las orquídeas blancas
y las patito (de intenso color amarillo), de los curagata en flor, de los
mburucuya, y de la impensable variedad de flores silvestres. Y las mariposas, un
atardecer, ahora rosa, rosas.

Son flores exóticas que titilan. Allí una
especie, Morpho, demuestra que a veces, la naturaleza es precisamente eso,
formas. Incluso formas que explican todo.

La
calidez del clima, que se combina con la de la gente del lugar, hacen aun más
ameno el recorrido. Con un promedio anual de 20 grados centígrados, la humedad
se mantiene constante, aunque las mayores lluvias se registran en los meses de
otoño y verano.

La
primavera que se anuncia es la mejor época para visitar la zona. la inmensidad
del lugar, su complejidad y su belleza exige, casi, de sabios para emprender la
tarea de su preservación, y, como se conoce, no hay nadie que entienda mejor
las necesidades de la zona, como aquel que hizo de los esteros, su hogar.

Con
este fin, se ha creado el primer Centro de Interpretación de la Reserva
Provincial del Ibera, al que se puede acceder a través de la ruta 40,a solo 118 Km de la localidad de Mercedes, sobre una de las márgenes de la laguna.

Allí
se encuentra, también, la casa de la Guardia de guarda faunas, donde viven los
baqueanos de la zona, encargados de asesorar a los visitantes, custodiando la
reserva del peor de los depredadores. Usted lo conoce, el hombre.

Podemos ver allí, en la Sala de
Exposiciones y Proyección, material de interpretación grafica, paneles con
increíbles fotos de la reserva, incluso algunas de ellas, aportadas por
visitantes que desearon retribuir algo de la magia que se llevan del lugar.

Fuente:
Termas
salud

Fuente de la imagen: http://habitantes.elsitio.com/ibera