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Hablando con su hijo sobre sexo

No hay nada que hacerle. Tarde o temprano llegará el momento de tener esa conversación tan temida (y no, el cuento de la cigüeña ya no sirve)…

Hablar
con un niño sobre sexo en el momento y lugar inadecuados, puede afectarlo y
provocar un momento incómodo para ambos.

El
momento en que comienza a darse cuenta de que su compañero o compañera es
diferente, es cuando se debe comenzar a explicar que los varones tienen pene y
las nenas tienen vagina. Esto generalmente sucede a los 2 años.

A
los 5 pueden comenzar a preguntar cómo se hacen los bebes, y no entender el
principio del nacimiento vaginal, pues esto puede ser demasiado complejo de entender
a esa edad.

En esa época pueden llegar a aparecer algunas actitudes sexuales
que no deben ser reprimidas. Se le debe explicar que eso no se hace públicamente,
sino en la privacidad de su cuarto.

A
los 9 ya puede comenzar a charlar más fluidamente sobre sexo, en diferentes
momentos y a través de los años. Los especialistas dicen que es imposible
instruir a los niños sobre sexo en una sola “gran conversación”, es
conveniente ir dándole información de a poco y cuando determinadas situaciones
se presenten.

El
mejor momento para comenzar a hablarlo, es cuando viene con alguna pregunta
inocente. Y la contestación que se le de, no sólo le enseñará sobre el tema,
sino que también lo guiará en otros aspectos de la vida.

Mientras
algunos padres piensan que las teorías de la cigüeña y la abeja harán que su
hijo comience su vida sexual más tarde, las investigaciones disponibles afirman todo lo
contrario.

Los
padres no deben horrorizarse cuando estén frente a este tipo de situaciones,
tendrán que entender que es un proceso natural y que es lo más normal del
mundo.

Cuando
su hijo le haga una pregunta específica, contéstele puntualmente. Y si no está
seguro de qué responderle, dígale que lo hará mas tarde, tras consultar con
su pareja o parientes o consultar un libro.

Tenga
en cuenta que algunas preguntas pueden parecer relacionadas con el sexo, pero no
lo están. Cuando un niño de 2 años le pregunta ¿“De dónde vengo?”, la
respuesta puede ser simplemente de “Buenos Aires”, antes de un discurso
sobre el ciclo reproductivo humano. Dé respuestas simples y no proporcione más
detalles que los que el niño requiere explícitamente.

Alrededor
de los 2 años, los chicos se fascinan con su propio cuerpo y comienzan a
preguntar por los nombres de las partes de su cuerpo.

Decirle pene o vagina
puede sonarles raro, pero no es mejor decirles “pitilin”. Y algunos
especialistas indican que hacerlo pueden confundir a la criatura, pues ellos
necesitan manejar un vocabulario que otros entiendan.

Ellos
necesitan saber también que lo que tienen es lo que muchos otros
tienen, es la manera más directa de identificarse con su propio sexo, y usar las
palabras correctas puede ayudarlos a hacerlo.

Comience
a enseñarle los nombres “estas son tus piernas, tu nariz, tu pene”. Pero
antes, los padres deben discutir qué tipo de respuesta dar, para evitar diferir
en las explicaciones y confundir al niño.

También
puede resolverse que uno de los dos sea el responsable de charlar con él e
intente mencionar las palabras “pene” o “vagina” lo mínimo posible para
evitar confusiones.

Cuando
su hijo quiere saber cómo vienen los bebes al mundo, a los 2 o 3 años
aproximadamente -aunque algunos lo hacen más tarde-, usted podrá responder ofreciéndole
una explicación y haciendo que él confíe en su respuesta.
Luego pregúntele cual es su teoría (la del niño) sobre el tema.

Cuando
el chico tiene entre 3 y 4 años muchos creen que vienen del cielo o de alguna
tienda de bebés. Lo mejor es aclararles que los bebés vienen de los seres
humanos, diciéndoles que el papá pone el esperma y junto al óvulo de la mamá hacen un bebé,
que crece en un lugar del cuerpo de la mama llamado útero.

No necesita
explicar cómo es que sale si no se lo pregunta. En caso contrario, puede
decirle
que, después de un tiempo, el bebé se desliza por un túnel que tiene una
abertura al final.

Algunos
preescolares quieren saber cómo se introduce el esperma en la mujer, por lo cual
deberá evaluarse si el momento de explicarlo es el adecuado, teniendo en cuenta
que ya podrían haber escuchado algo sobre las relaciones sexuales.

Y
según los expertos, lo mejor en ese caso es explicar que cuando dos adultos se
quieren, desean estar cerca de diferentes maneras. Una de ellas es llamada sexo.
Cuando un hombre y una mujer tienen sexo, el varón pone su pene en la vagina de
la mujer y deposita su esperma dentro del cuerpo de su pareja y hacen un hijo.

Si
está incómodo explicándolo, algunos libros podrán ayudarlo.

Los
chicos pueden tener ideas absurdas de cómo nacen los chicos, incluyendo otras
razas vivientes. Es fundamental indicarles que sólo los humanos pueden hacer
bebés. Los términos confusos pueden desviar su atención y hacer que comiencen
a elaborar teorías equivocadas.

Si
lo encuentra tocándose sus partes privadas en público (cuando comienza a
explorar las partes de su cuerpo) poniéndose las manos dentro de los
pantalones, sepa que no busca conseguir un orgasmo sino sentirse confortable.

No
debe asustarse ni mucho menos, sino explicarle qué hacer con esas sensaciones. Que
no es malo que lo hagan sino que deben hacerlo en privado. “Yo se que tocándote
el pene o la vagina te sientes bien, pero eso es algo para hacerlo en
privado”.

Por
otro lado, las escenas sexuales en la televisión pueden causar en los niños algún
tipo de confusión respecto del tema. Pero no tenga vergüenza de mostrarse
acurrucado con su pareja en el sillón. Eso le ayudará a explicarle que el sexo
tiene mucho de ternura y está relacionado con el amor y el afecto.

De
todos modos, no es lo más indicado prohibirle nada que tenga que ver con el sexo
y le cause una lógica curiosidad (por supuesto dentro de ciertos límites),
pues siempre
es más educativo y provechoso explicarle con la verdad lo que ocurre cuando dos
personas se quieren.

Lo
último que se debe hacer es trasformar al sexo en tabú, así que mantenga una atmósfera
cristalina para asegurar la salud sexual de su hijo.

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