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Yucatán y Los Majestuosos Conventos Del Siglo XVI

La península de Yucatán es mucho más que Cancún y ruinas mayas. Aquí te presentamos las joyas del periodo colonial, el circuito de conventos de Yucatán

Las construcciones religiosas en Yucatán son un verdadero mosaico de estilos y culturas clericales, donde se hace notar las grandes diferencias que existían en las jerarquías católicas; desde las elitistas del clero regular hasta las muy humildes órdenes de misioneros franciscanos.

En las principales ciudades Yucatecas incluyendo las del ahora estado y la ciudad de Campeche, son muy notorias la existencia de estas clases socioeconómicas dentro de la misma Iglesia.

En Mérida tenemos muy claros estos ejemplos: La Ermita, de la que se dice que fue el primer templo erigido en tierra firme del continente americano; austero edificio de una sola ala, sin nichos ni retablos y de bóveda muy baja y campanario separado, contrasta con el soberbio templo de estilo barroco llamado de La Tercera Orden y la excepcional Catedral de estilo Morisco modificado, ya que su construcción tardo casi doscientos años y el original proyecto de diseño Cordobés fue cambiado.

Existen otros templos mucho mas sobrios del clásico Franciscano, sin torres y con un arco frontal con campanarios situados dentro de la espadaña y bajas bóvedas, este es el estilo que mas encontraremos en el sureste de nuestro país.

Los mas conocidos de este estilo son los templos de: Santiago, Santa Lucia, Ytzimna; Santa Ana, San Juan, La candelaria y rompiendo este esquema de austero pero con torres están, San Cristóbal y San Sebastián.

Posiblemente los conocedores de Mérida estarán a estas altura reclamando la exclusión de dos de los mas antiguos y clásicos templos Meridanos: La Mejorada y Monjas, lo que sucede es que estos dos aunque ya no se notan son parte de grupos conventuales.

Sus muros y claustros se han perdido o forman parte de predios contiguos, como es el caso de Mejorada en el que ahí existen un cuartel militar y un edificio que utiliza la Universidad de Yucatán.

Otro caso especial es el templo de Yotholin, pequeña población situada al sur de la ciudad de Ticul, cuyo arco frontal remata en una espectacular espadaña con un campanario que debió albergar unas treinta campanas.

No encontramos explicación para tal exuberancia, ya que no se encuentra en sus cercanías alguna ciudad Maya importante.                

Las grandes diferencias que existieron en la edificación de estas fenomenales construcciones fueron básicamente el origen de las órdenes religiosas que las construyeron.

Los bellísimos templos  barrocos de la altiplanicie mexicana  fueron construidos en su gran mayoría por Frailes Dominicos, los mas esplendorosos, elegantes y ricamente adornados con estilos rococo y churriguerescos fueron readecuados por el rico clero regular o los selectos Jesuitas; la diferencia estriba en que en estos últimos se omite la abundancia de imágenes de Santos y otros iconos o elementos clásicos de las iglesias populares y se resalta las referidas a la pasión y muerte de Jesús, además se hace notar el clasicismo Jesuita, mas encaminado hacia el estudio de la alta Teología que al catecismo didáctico.

También se manifiesta la intención de la labor eclesiástica que se practicara en dicho templo;  los dedicados a el clero regular, a la atención de la feligresía de pueblos y ciudades ya conformadas y pacificadas.

Otros serian dedicados a las misiones, es decir como base de donde partían los evangelizadores que acompañaban a los descubridores y a los conquistadores de nuevas tierras, o de regiones donde la conquista y la evangelización no se hubieran consumado.

Estos colosales conventos de misioneros servían también como ciudadelas o fuertes por lo que normalmente eran circundados por enormes muros o murallas con especificaciones militares. Así son los que se construyeron en la península de Yucatán desde el siglo XVI.

No sé si casualmente o así fueron diseñados, los establecidos en la actualmente denominada Ruta de los conventos, se encuentran ubicados en poblaciones equidistantes de Mérida a múltiples de doce kilómetros.

Tres leguas en la antigua medida de distancia. Por el oriente se comienza con el de Conkal siguiendo, Baca, Motul, Suma, Cansahcab, Temax, Yzamal, Hoctun, Xocchel; Seye; Hacia el sureste Yaxcaba y Sotuta y hacia el sur, Kanasin, Acanceh; Tecoh; Tekit, Mayapan, Oxcutzcab, Ticul y Tekax.

Ya sea saliendo de algunas de estas dos poblaciones o por Tekit, se desvía unos cuantos kilómetros hacia la antigua metrópoli de los Xiues “La Majestuosa Maní ” de la que quedan algunos vestigios y en estructura sobrepuesta a la gran pirámide el convento franciscano y su precioso templo de admirable conservación.

Se le sugiere al viajero calcular estar en Maní a la hora de la comida ya que este lugar se atribuye ser el autentico creador del riquizimo POC CHUC y en una fonda cercana al convento lo sirven con el inseparable frijol colado, cebollas asadas, chiltomate y sus tortillas de mano.   

Aunque no se consideran estar dentro de la llamada ruta de los conventos y rompen la equidistancia que guardan estos con la ciudad de Mérida, habría que resaltar el majestuoso templo franciscano del siglo XVI llamado como el fundador de esa orden san Bernardino de Siena, en la ciudad de Valladolid, paso obligado de los que viajan de Cancún a Chichen Ytza y Merida, donde también existen otros dos conventos además del templo parroquial de arquitectura mezclada ya que cuenta con dos altas torres y cúpula central tipo catedral, pero sin el ornato barroco, es muy posible que durante su construcción hayan influido varias tendencias como la Jesuita, la dominica y la Franciscana dado a que el santo patrón a que esta dedicado fue el fraile san Gervasio.

Valladolid es la tercera ciudad en importancia en edificaciones religiosas después de Mérida y  Campeche, en la península yucateca. En el estado de Quintana Roo no existen edificaciones religiosas de la época Colonial. Tal vez algunos vestigios en los alrededores de Tihosuco, Chan Santa Cruz y Bacalar.     

Cuarenta kilómetros al norte de Valladolid llegamos a Tizimin, donde el templo y el convento se hayan ahora separados por una calle, pero que cuya ciudadela todavía guarda vestigios de haber cubierto un área de unos 25000 metros cuadrados.

Cercanas a Tizimin se encuentran las poblaciones de Espita y Dzitas cuyos grandes conventos fueron devastados y quemados durante la guerra de castas.

Sus templos están muy deteriorados, pero bien valdría la pena su restauración por el Instituto De Antropología e Historia o Fonatur ya que podrían ser una magnifica opción para los que visiten Chichen Ytza y Ekbalam, dada su proximidad ya que se encuentran a menos de veinte kilómetros de buena carretera.

Dejamos para de ultimo una edificación sui generis en la arquitectura religiosa del sureste de México. Nos referimos al templo gótico de Uman, población conurbada con Mérida. Sobresale dicha construcción por una enorme Cúpula, similar al Domo de Milán.

En este edificio quedan algunos vestigios de ornamentación de lujo, posiblemente incrustaciones en oro y algunos bajo relieves y murales destruidos a propósito durante la represión eclesiástica pos revolucionaria.

Las hordas de chancletudos y huaches que acompañaron a Salvador Alvarado, cometieron excesos durante esa época y muchos edificios religiosos fueron saqueados y quemados.

La rica economía Meridana del siglo XIX y principios del siglo XX, nunca se repuso de su época dorada y por lo tanto los fieles no pudieron aportar para la regeneración de sus templos dañados por los conflictos revolucionarios y las guerras raciales, mucho menos en los pueblos empobrecidos y casi deshabitados por la emigración, donde languidecen y son lentamente devorados por la vegetación.

Esas majestuosas murallas, que fueron levantadas en su gran mayoría, sobrepuestas o muy cercanas a los antiguos templos Mayas, sirvieron para someter el orgullo y eclipsar a los símbolos arquitectónicos de la Noble Cultura Maya. Pero ocuparon su lugar t ahora son el centro de sus manifestaciones religiosas.         

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