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Tu lenguaje corporal y la autoestima

Tu cuerpo dice más de lo que te imaginas, sobre todo cuando se trata de la confianza en ti mismo…

El
lenguaje corporal comprende los cientos de mensajes que emitimos desde
nuestras acciones, posturas y actitud física en general.

Mucha gente tiene un lenguaje corporal que no ayuda a que el
resto de las personas se le acerque, le hable o le dé muestras de simpatía. Y esto
es un círculo vicioso, ya que así se convencen de que nadie los quiere,
de que nadie siente interés por ellos, de que no valen nada y normalmente
deciden que deberán vivir con ello, siendo lo más felices posible con la poca
compañía que pueden conseguir. Y esto también se nota en su lenguaje corporal,
con lo cual el círculo vicioso se profundiza.

Lo
que es necesario lograr es cambiar la actitud corporal, aparecer como amigable
y agradables, como alguien con quien los demás se sientan a gusto y deseen empezar
una conversación. Y esto se puede lograr. 

Aun más, esto también es un círculo -en este caso, virtuoso-,
en el que la nueva actitud genera nuevas muestras de adecuada socialización, las cuales
redundan en una mayor confianza, con la consiguiente mejora en el lenguaje
corporal, lo que a su vez acarrea mayor confianza. Como se dijo antes, una cadena, solo que,
en este caso, una que nos favorece.

Existen
algunas actitudes en el lenguaje corporal que debemos tratar de evitar a como
de lugar: 


Falta
de contacto visual 


Gestos
nerviosos, como juguetear constantemente con algo que tengamos en las manos o
tamborilear sin parar sobre la mesa 


Mirar
al piso constantemente. Hay que levantar la frente y mirar hacia
delante con confianza. 

-Hacerse
un ovillo en la silla 


La
expresión facial, poco amigable, seria, siempre enfocada en nuestros
problemas

¿Y
qué es lo que sí hay que hacer?
 

-Contacto
visual, como ya se ha explicado, todo el tiempo, con todos, tanto como sea
posible 

-Tranquilidad
en los gestos 

-La
cabeza siempre erguida, mirando hacia delante, con la espalda derecha y los
hombros rectos, mirando el panorama delante nuestro, siempre hacia delante. En
control de lo que estamos haciendo

-Una
expresión entre neutral y feliz en el rostro, amigable si se quiere, tranquila
siempre 

Algo
que es una verdad absoluta, y bastante lógica si lo pensamos un poco, es que la
gente evita iniciar conversaciones con aquellos que tienen expresiones
cansadas, molestas, poco felices, desdeñosas, faltas de interés, increíblemente
aburridos. 

No porque les disguste una persona que está pasando por un momento
de estas características, sino porque los hace sentir incómodos la idea de
que tendrán que escuchar sus problemas y probablemente no sabrán que decir, o
terminarán en una situación incomoda. O, aun más simple, piensan que, por
nuestra expresión, queremos que se nos deje solos.

Lo
cierto es que la gente no nos conoce, y aunque podamos llegar a agradarles
muchísimo, lo primero que ven es el lenguaje corporal. Y si este no los atrae,
es muy difícil que superen este primer escollo.

Debemos
parecer interesados en empezar una conversación, amén de parecer gente con la
que empezar una conversación podría ser algo interesante.

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