Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Especias y afrodisíacos

¿Verdad o mentira? ¿tendrán las especias el efecto tan mentado?…

Creo que
la búsqueda del hombre de explicaciones y, en la de la fuente de la eterna
juventud, motivos que lo llevaron a alquímicas búsquedas, donde posiblemente
hayan surgido los afrodisíacos, es una simplista explicación al hecho de los
mismos.

Ignorarlos
o refutarlos, es ignorar nuestra propia historia y existencia.

El
cientificismo moderno ha extendido la luz sobre muchos temas, pero no todo queda
resuelto, ya que existen hechos que todavía son inexplicables a la mera
ciencia.

Tratar de
negarlos es como tratar de negar la misma existencia de Dios; hay hechos que
solo quedan ligados a la fe.

 
Recuerdo
cuando veía a mi abuela, hacer esas pastas rusas –parecidas a empanadas
hervidas-, besaba a las primeras siete, antes de introducirlas en el agua
hirviendo; queriendo yo saber el porque, su respuesta fue muy simple: “lo he
visto de mi madre y ella de la suya, es para que no se abran”, ¿sería
solamente eso?.

Después
de todo, es también parte de nuestra misma existencia y, del encanto mismo de
la vida, “el misterio”.

 
De todas
formas, creo que el uso de las especias, mucho más allá de su agradable sabor
o perfume, no es desconocido para ningún gastrónomo sus efectos químicos, en
la conservación, preservación, y digestión de los alimentos.

En muchos
casos, no es más que la sutileza de atrapar esencias que estimulen el recuerdo
de gratos momentos.

No
olvidar que “el hombre introduce drogas que no conoce, en cuerpos que conoce
aun menos todavía” –no recuerdo de quien es-.

Indagando
en la etnococina, surgen muchos nombres y creencias, que luego pueden ser
descartadas o no, pero el hombre se ha visto siempre con la necesidad de creer,
y también en la de asemejarse a seres superiores que no son afectados ni por el
tiempo, ni por la existencia misma.

 
“To be or not to be, that is the questions”. –Shakespeare

 
Algunos datos
históricos:

“Existe otro raro condimento
que en la antigüedad se incluía con mucha frecuencia en las preparaciones de
cocina y que al mismo tiempo gozaba de tener virtudes excitantes, afrodisíacas
y reconstituyentes. El ámbar gris, producto constituido ni más ni menos que
por las concreciones intestinales resultado de la digestión de los grandes cetáceos,
especialmente del cachalote. Se lo encuentra flotando en la superficie de los
mares, en la región del Extremo Oriente y en la zona de los países cálidos.

El
producto deseado, de un color amarillo o bien blancuzco o grisáceo, de olor que
recuerda al del almizcle y de gusto insípido, fue tenido en gran estima por
Anselmo Brillarat – Savarin (1755-1826) el recordado autor de Filosofía del
gusto, quien a “todo hombre que haya bebido demasiado en la copa de la
voluptuosidad” –son sus palabras- recomendaba un “chocolate de los
afligidos”.

Se
trataba de una preparación en la cual a cada kilogramo de chocolate se añadía
unos ciento veinte gramos de ámbar. “Si el ámbar considerado como perfume
–explica el aludido gastrónomo- puede ser perjudicial para los profanos que
tengan los nervios delicados, tomado al interior es tónico e hidratante”, es
decir proporciona alegría.

Y añadía:
“cuando me encuentro en alguno de esos días en que exceso de los años se
hace sentir y en que se tiene la sensación de estar oprimido por una potencia
desconocida, mezclo con una buena taza de chocolate un trozo del grueso de un
haba de ámbar triturado con azúcar y luego de beberlo me encuentro siempre
maravillosamente bien”.

Otras al
servicio de Afrodita: las semillas cálidas (anís, hinojo, coriandro,
alcaravea, la nuez moscada, el comino, la menta, y hasta la vainilla).

Juan
Bautista Fonsagrives (1823-1884) –profesor de higiene y terapeuta- atribuía a
la vainilla una acción afrodisíaca “que casi no es dudosa para nadie”. –
Arturo
León / López Gil, “Placeres del paladar, especies y condimentos”. Emece.
1984.-

 
Alguna explicación
científica:

Por
ejemplo: “Chocolate, café, té, y yerba mate”

“La
teofilina, la cafeína y la teobromina son tres alcaloides estrechamente
relacionados entre sí que provienen de plantas de amplia distribución geográfica.
Se cree que el hombre paleolítico descubrió las principales plantas que
contienen cafeína en el mundo y preparó bebidas con ellas. En Sudamérica las
bebidas muy antiguas que contienen cafeína con el guaraná (de la semilla de la
Paulina cupana o Paulina sorbilis), yoco (de la corteza de la Paulina yoco) y
mate (del Ilex paraguarienses, una especie de abeto).

 
Por la
menos la mitad de la población del mundo consume Té (que contiene cafeína y
pequeñas cantidades de teofilina y teobromina). Preparado con hojas de Thea
sinensia, un arbusto originario del sur de china y que ahora se cultiva en otros
países.

El cacao
y el chocolate, de las semillas del Theobroma cacao, contienen teobromina y algo
de cafeína.

El café,
la fuente más importante de cafeína en la dieta norteamericana, se extrae del
fruto de la Coffea arábiga y especies afines. Las bebidas con sabor a cola
populares en Estados Unidos contienen considerables cantidades de cafeína, en
parte por su contenido de extractos de nuez de Cola acuminata (las nueces de gurú
mascadas por los nativos del Sudán) y en parte por el agregado de cafeína como
tal en su producción (vease Grahan, 1978).

 
La base
de la popularidad de todas las bebidas que contienen cafeína ha sido la antigua
creencia de que las mismas tenían acciones estimulantes y antisoporíficas que
elevaban el ánimo, disminuían la fatiga y aumentaban la capacidad de trabajo.

Por
ejemplo, la leyenda atribuye el descubrimiento del café al superior de un
monasterio árabe. Los pastores le dijeron que las cabras que habían comido el
fruto de la planta del café corrían y saltaban toda la noche en lugar de
dormir. El superior, pensando en las largar noches que debía pasar rezando, les
dijo a su vez que recogieran esos frutos para que él pudiera hacer con ellos
una bebida.

 
Los
estudios farmacológicos clásicos, principalmente sobre la cafeína, realizados
durante la primera mitad de siglo han confirmado estas creencias revelando que
las metilxantina poseen además otras importantes propiedades farmacológicas,
las cuales se aprovecharon durante muchos años en diferentes aplicaciones terapéuticas.


Estas
propiedades han sido ya reemplazadas por agentes más efectivos, pero en los últimos
años ha renacido el interés por el uso terapéutico de las metilxantinas
naturales y sus derivados sintéticos.

Debido
especialmente al mayor conocimiento de la base celular de su acción y de sus
propiedades farmacocinéticas.”
–“Las bases
farmacológicas de la terapéutica”, Goodmam y Gihman, Sexta edición. 1982.-

 
Bueno, nada es
perfecto, sería muy aburrido una vida entera –que es tan corta y parece tan
larga- sin errores, sería muy penoso tener que vivir aferrados a la perfección
y a jamás equivocarnos. Después de todo ¿no es la vida la experiencia más
hermosa?, a pesar de todo lo negativo, lo feo, lo gris, a pesar de todas las
equivocaciones y errores –que nos sirven para aprender-, vale la pena vivirla
con total intensidad.

¿Y que
sería de la vida sin sueños, sin fantasías?, sin esa sal & pimienta que
nos da un empujón para seguir…

 
Con respecto al amor, se ha escrito ya
mucho; un aprendizaje, una búsqueda en nuestro propio interior, sin el cual la
vida no tendría sentido. ¿El sexo?, a veces una situación puramente hedonista
si no va acompañado del amor, y ¿Qué es el amor? Sino comprensión de
nosotros mismos y de lo que nos rodea.

“La
vida del hombre solo se justifica por el esfuerzo, aun desdichado, para
comprender mejor. Y la mejor comprensión es la mejor adherencia. Cuanto más
comprendo, más amo: porque todo lo comprendido es bueno”.
–“El
retorno de los brujos”, Louis Pauwels/Jacques Bergier.-

 
PD.:

“Cuando
se ve el sexo como sagrado, hacer el amor se transforma en un sacramento y
reducirlo a un acto biológico o una contienda, un sacrilegio”.

Eduardo
H. Grecco, “Sexo, Amor y esencias florales”. Ed. Continente.2001


 
“Es la
primera vez que utilizas ese lenguaje conmigo, oírte me vuelve loco. “Dios
dame fuerzas, déjame poder”, me digo a mi mismo, “y te besaré
eternamente”. No olvides que te estoy contando una fantasía. No entiendo de
donde salen las fuerzas para poder darte tan prolongado placer.

Eres
insaciable. Haces toda suerte de movimientos, y en ocasiones gestos que resultan
delirantes y obscenos. Has perdido la cabeza. Eres sexo y nada más que sexo.”
Henry
Miller


 
“…fui
infinita y completamente consciente del fuego del amor, hasta el punto de que
casi caigo de rodillas, para bendecir a no sé quien porque en verdad puedo
decir que he conocido las cimas más altas de la pasión, de la pasión
absoluta, sensual y mística. Que ambos, Henry y Gonzalo, de maneras distintas,
hayan sido los amantes más maravillosos, que he dado y recibido todas las
caricias posibles a los seres humanos, que es la máxima alegría que puede
experimentarse en la tierra. Amor. Pasión. Ternura.”-
Anaïs Nin

 
¿Qué te parece
una receta sin receta?: “Chocolate”, sí mucho chocolate con todas las
formas posibles y con sabores adicionados…., para colocarlos sobre el mapa de
la piel desnuda de nuestro/a amante, y para ir tomándolos uno a uno con nuestra
boca, sedienta de placer, sin pudores para descubrir con el chocolate los
diferentes sabores a especies de la piel….

 
Hasta
siempre, Norberto


(un
estudiante de la universidad de la vida, con ganas de graduarse de “ser
humano”)