Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Consejos para evitar el embarazo en los adolescentes

Y ayudarlos a tomar las decisiones correctas para no comprometer su futuro.


Como padres, luchamos para que nuestros hijos tengan un mejor futuro, una buena
educación, trabajo y desde luego, felicidad. En este país, ese futuro se ve
afectado por un alarmante índice de embarazos juveniles.

Es un tema delicado
pero, ¿quién mejor que nosotros, sus primeros maestros, para orientarles en este
momento tan importante de sus vidas? Ellos mismos dicen que prefieren que sus
padres les hablen sobre este tema.


Esperamos que los siguientes consejos le ayuden a guiar a sus hijos a tomar
buenas decisiones en sus vidas y también, a evitar el embarazo juvenil.


  • Tratemos de dejar atrás las ideas anticuadas que nos impiden comunicarnos
    honestamente con nuestros hijos: hablemos con ellos –niñas y
    niños–abiertamente sobre el amor, las relaciones y la sexualidad.

    Si usted cree que no es fácil hablarle, no está solo; hay muchos padres en su
    misma situación. Si su adolescente se hace el "sabelotodo", no se desanime. Lo
    que ocurre es que a él/ella se le hace tan difícil tocar este tema como a
    usted.

    La realidad es que sus hijos quieren que usted sea la persona que les
    hable. Después de todo, los padres son los primeros maestros de sus hijos y
    por lo tanto, los hijos confían en los padres.


  • Comencemos a hablar sobre la sexualidad desde temprana edad y con frecuencia.

    Desde pequeño, el niño tiene curiosidad por su físico. Si comienza a
    explicarle paso a paso los cambios que ocurren en su cuerpo, cuando llegue el
    momento de entrar en detalles será menos incómodo para los dos.

    También puede
    aprovechar para hablarle de sus sentimientos, ya que el niño está
    desarrollándose también en el aspecto emocional y social: él/ella está
    conociéndose a sí mismo y aprendiendo a comportarse en el mundo que le rodea.
    No espere a que su hijo sea grande para tener una sola conversación. Piense
    que la vida es una escuela y que usted, como padre, es el mejor maestro.


  • Supervisemos las actividades de los hijos sin dejar de entender que ya no son
    niños, sino jóvenes adultos que necesitan cierta independencia.

    A esta edad sus hijos pasan de ser niños a ser adultos. Habrá momentos en que
    se comporten como chiquillos, durmiendo con un muñeco favorito o coleccionando
    tarjetas de deportes, y habrá otros en que se rebelen cuando usted comienza a
    limitar sus salidas y horarios.

    Dése cuenta que ésta es la etapa más sociable
    de los chicos y propóngase a conocer a sus amigos (recuerde que ellos tienen
    gran influencia.) Si usted trata a su hijo de manera justa y calmada, puede
    que él/ella comprenda que su único interés es el de protegerle.


  • Los padres tenemos derecho a saber con quién salen nuestros hijos.

    Cuando un hijo entra en la adolescencia, a los padres nos toca supervisar su
    vida social. Para ello nos vemos obligados a poner ciertas medidas. A los
    adolescentes más jóvenes debemos aconsejarles que salgan con amigos, en grupo.

    Y cuando les llegue el momento de salir en pareja, entonces nos queda
    recomendarles que traten de hacerlo con chicos(as) de su misma edad. Podemos
    explicarles, por ejemplo, que las chicas que salen con jóvenes de mucha más
    edad se exponen a una presión mayor y se arriesgan a situaciones peligrosas,
    como un contacto sexual no deseado.


  • Es bueno que estemos al tanto de lo que nuestros hijos ven, leen y escuchan.

    En la televisión, las revistas y la radio abundan mensajes que pueden
    confundir y hasta perjudicar a los jóvenes. Esté al día con la información que
    recibe su hijo y aproveche para aclararle esos mensajes. A veces un simple
    comentario puede servir para iniciar una conversación importante y productiva.


  • Ayudemos a los adolescentes a fijar metas y a explorar opciones para el
    futuro.

    Pregúntele a sus hijos cuáles son sus intereses, qué quieren ser, qué quieren
    lograr. Ayúdeles a comprender las consecuencias que pueden tener las cosas
    positivas –o negativas– en su futuro.

    Explíqueles que –especialmente en
    este país–una educación o un oficio y un poco de independencia económica son
    importantes si ellos quieren alcanzar sus metas.

    Explíqueles también cómo un
    embarazo prematuro podría tener efectos negativos, ya que ellos serían los
    responsables de atender y proveer para el bebé. Si usted ayuda a sus hijos a
    entender las consecuencias de sus actos, es más probable ellos que tomen
    buenas decisiones ahora.


  • Tengamos en cuenta que la labor de un padre nunca termina.

    No importa cuál sea su edad; de una manera u otra, los hijos siempre
    necesitarán de sus padres. Cultive una buena relación con ellos, tratándoles
    con amor, paciencia y respeto a través de sus vidas.

    Recuerde que cuando los
    padres y los hijos se llevan bien, comparten no solamente el cariño sino
    también una buena comunicación.

Fuente: The National Campaign To Prevent Teen Pregnancy (USA)