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Adictos al sexo

El sexo y el amor pueden ser una de las cosas más gratificantes de la vida, siempre y cuando no se conviertan en una obsesión que afecte otros aspectos de nuestra existencia. Conozca las claves de este desorden, por el que el mismísimo Michael Douglas debió internarse


Juan (no es su nombre verdadero) no podía entender por qué la gente desea ser
monógama. Como divorciado de 47 años que trabajaba como camarero part-time,
había tenido sexo con cuantas mujeres y hombres quiso.


Sin embargo, se enamoró de una mujer y comenzó a salir, y él estaba siempre
celoso de cualquier persona que se le acercara a ella. Constantemente quería
estar enterado de dónde y con quién estaba ella. Pero sin importar qué pasara
con su novia, por dentro se sentía vacío. Fue entonces cuando comprendió que algo
estaba realmente mal en su vida.


En la urgencia por encontrar un terapeuta que lo trataba por su depresión, Juan
fue a una reunión de Adicto Anónimos al Sexo y al Amor. "Pensaba que me iba a
encontrar con “viejos verdes", afirmó.

Lo que encontró, sin embargo, fue una
comunidad que entendía a la gente con similares problemas, compuesta por un
grupo de diversas personas, donde se podía encontrar carpinteros, ancianos de 75
años, mujeres de 50, amas de casa, profesionales, gays, judíos, católicos, etc.


Creado en base al programa de 12 pasos de Alcohólicos Anónimos, los
organizadores de este grupo han efectuado cerca de 1.200 reuniones alrededor del
mundo. Actualmente, en su 25º año, la institución se conforma por un puñado de
organizaciones no lucrativas dedicadas a ayudar a las personas a recuperarse de
su adicción al sexo y al amor.


"He vuelto a ser una persona", se sincera Juan, después de años de permanecer
como miembro de este programa. "Antes, vivía siempre ocultando, guardando
secretos. Ahora puedo ser más abierto y sensible".

¿Un problema del
cerebro?


En otro grupo de recuperación, Sexahólicos Anónimos, observan que a veces los
hijos de familias quebradas, que viven en ambientes muy complejos, pueden
llegara ser adultos a los que les cuesta distinguir qué es aceptable y qué no.
El problema puede empeorarse por la gran cantidad de imágenes sexuales que
emiten hoy en día los medios de comunicación.


Juan cree que la gente suele tomar este camino como un escape. En su caso,
actuaba teniendo múltiples parejas para el sexo, y, en última instancia,
obsesionándose por una mujer que era emocionalmente inaccesible para él.

Otros
descarrilan sus vidas masturbándose con frecuencia (a veces tanto como cuatro o
cinco veces por día), teniendo fantasías inadecuadas, teniendo aventuras
extramaritales, visitando continuamente sitios pornográficos en Internet, o
lastimándose sexualmente con diversos objetos.


Los expertos afirman que aún no se conocen las causas que originan los problemas
relacionados con el sexo, al igual que sucede con las investigaciones sobre cómo
la gente se hace adicta a las drogas.

Sin
embargo,
los investigadores están comenzando a creer que esto tiene algo que ver con cómo
el cerebro procesa los impulsos y las gratificaciones.

Tratando las obsesiones


No está claro cómo incluir a la adicción sexuales dentro de las enfermedades
mentales. Debido a esto, muchos especialistas prefieren llamar a este desorden
"problemática de
hipersexualidad" antes que "adicción al sexo".


Señalan que muchos de los problemas en los cuales el cerebro se obsesiona con una
determinada actividad –sea sexo, drogas, o alcohol- tienden a ocurrir
conjuntamente.


Los investigadores se encuentran actualmente estudiando medicaciones que podrían
ayudar a tratar esta adicción al amor y al sexo.

Para el primer momento, se
emplea la psicoterapia y todas las técnicas usualmente instrumentadas para
tratar otras adicciones, pensamientos, o acciones sexuales que pueden interferir
con la vida normal de una persona. Esto puede implicar prescribir medicamentos
para tratar los problemas que van junto con estas situaciones, como la depresión
o la ansiedad.


El programa de doce pasos se implementa junto con reuniones en donde se comparten historias
que proporcionan una cierta tranquilidad frente a las preocupaciones. La idea es
que hay muchas personas que están intentando solucionar los mismos tipos de
problemas.


Según Juan, su salvación llegó gracias a estar en compañía de gente cuyas vidas
también habían estado fuera de control, pero que no obstante pudieron
sobreponerse a los problemas.

¿Necesita ayuda?


En su página de Internet, el grupo de Compulsivos Sexuales Anónimos tiene una
lista que incluye algunas características en común que poseen sus miembros:


• Utilizan el sexo compulsivo como droga, para escaparse de las sensaciones de
ansiedad, soledad, enojo, y odio a sí mismo, así como para sentir alegría.


• Se inmovilizan por obsesiones románticas. Durante el lapso en el que se
vuelven adictos al sexo y al amor, descuidan sus vidas.


• Intentan traer intensidad y entusiasmo a sus vidas a través del sexo, pero se
sienten cada vez más vacíos.


• Incluso cuando consiguen el amor de otra persona, nunca les parece bastante, y
no pueden frenar su atracción sexual por otras personas.


• Intentan encubrir sus demandas de dependencia, estando cada vez más aislados
de sí mismos, de sus valores, y de la misma gente de la que desean estar cerca.


Para aquellos que todavía estén inseguros sobre si tienen o no un problema de
adicción al sexo y al amor, el grupo de Adictos Anónimos al Sexo y al Amor han
elaborado un formulario de 40 preguntas para auto examinarse. Entre ellas, se
incluyen:


• ¿Ha intentado controlar siempre cuánto sexo tener, o con qué periodicidad
vería a alguien?


• ¿Esta siempre dispuesto para el sexo y/o el romance? ¿Sus fantasías se
estrellan con la realidad?


• ¿Cree que el sexo y/o una relación harán su vida más soportable?


• ¿Ha perdido la cuenta del número de parejas sexuales que ha tenido en su vida?


• ¿Ha tenido o tiene una relación seria que está amenazada o ya se ha destruido
debido a un affaire?


• ¿Le cuesta concentrarse en otras cuestiones de su vida, debido a pensamientos
o sensaciones sobre otra persona o sobre el sexo?


Si la respuesta a la mayoría de las preguntas es afirmativa, debería
reconsiderar su situación. Comenzar por ver a un especialista, sería un buen
primer paso.

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