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Reglas de supervivencia emocional para las fiestas

Como todos sabemos, las fiestas y reuniones familiares tienen un gran impacto emocional y no están exentas de conflictos. Doce sugerencias para ayudarle a evitarlos y no transformarse en “el pato de la boda”.


Durante una fiesta familiar, todos hemos tenido que soportar a alguna vez a un
tío cargoso, una sobrina o sobrino molestos, o un cuñado presumido, y haber
sentido que ese día de fiesta, era más bien un escollo a sortear antes que un
memento de disfrute y relax.

Por eso, salvo que sepa que cualquier planteo que
se efectúe a su familia puede terminar en una guerra, siempre será digno de
esfuerzo intentar establecer ciertas normas o códigos de conducta y respeto
mutuo.

 Si
bien no hay una fórmula mágica que garantice que podrá solucionar los conflictos
en sus reuniones de familia, luego de estas doce sugerencias básicas, muy
posiblemente podrá hacer una reunión mucha más sana y feliz, para su familia
entera.

Los doce consejos para el mes doce

1. Controle el exceso de equipaje.

Pasamos una buena parte de nuestras vidas arrastrando y
cargando una maleta de emociones negativas, basadas en cosas que nos han
sucedido con nuestros familiares en el pasado.

En las reuniones de familia, sin
embargo, lo mejor es dejar este equipaje en la puerta: Abrirlo y desempacar
todos estos infelices recuerdos, pueden crear conflictos en toda la familia, y
hacer de la reunión familiar un campo de batalla.

2. No le haga a
los demás…

Esta regla de oro parece olvidarse al momento en que las familias se reúnen.
Recuérdele a sus niños, y sí mismo, tratar a los otros de la manera en que
ustedes quisieran ser tratados. Posiblemente a ustedes no le gusten que otros se
metan demasiado en sus vidas o hagan chistes sobre su persona, por lo que usted
no debería hacerlo con los demás.

Nadie quiere que su hermano o padre le diga
cómo criar a sus hijos, por lo que uno no debería decirles cómo criar a los
suyos.

3. Diga lo que
piensa y piense lo que diga.

La
comunicación, o la carencia de la misma, es la raíz de muchos problemas entre
los miembros de una familia. Muchas familias tienen dificultades para expresar
sus verdaderas sensaciones el uno con el otro. Cuando la verdad se dice en voz
demasiado alta, sin tacto o cautela, muchos ánimos pueden resultar lastimados.

Sin embargo, si se logra mantener las emociones negativas lo más apartado
posible de los discursos, se podrían evitar muchos daños. Dígale esto también a
sus hijos, y recuérdese a sí mismo, ser siempre claro y compasivo, sin decir
nunca cosas que sepa que podrán provocar reacciones negativas o lastimen los
ánimos de algún familiar.

4. Viva y deje
vivir.

Todos tienen su propia forma de vida, y cada miembro de la familia debe sentirse
libre durante la fiesta de seguir ese mismo ritmo de vida (siempre y cuando no
altere los demás), sin importar si para los demás es frívolo, equivocado, vulgar
o cualquiera de todas estas cosas que los demás puedan pensar al respecto.

 Los
días de fiesta familiares, especialmente cuando hay alcohol de por medio, no son
generalmente el mejor momento para solucionar o manifestar las desavenencias
respecto de la conducta de otros miembros de su familia.

5. Respete a los
mayores.

Esto puede sonar como algo obvio, pero es muy importante que le enseñe a sus
hijos, y se recuerde a sí mismo, que los ancianos merecen todo el respeto de
usted y sus hijos, por toda su experiencia de vida. Incentive a sus hijos para
que sean corteses, amables, considerados y respetuosos.

Recuérdeles siempre que
sus abuelos tienen mucho para darles, incluyendo sus experiencias en el pasado y
todo su conocimiento, que en sí mismos pueden transformarse en consejos muy
importantes para toda sus vidas.

6. Incluya a
todos.

La
mayoría de las personas tienen alguna sensación de temor y timidez cuando deben
encontrarse, en una fiesta familiar, con la familia de su pareja.

Es fácil
sentirse como un extraño, y para peor, en algunas familias, durante la reunión
de los días de fiesta, ciertos miembros suelen hacer una especie de separación
entre la familia "verdadera" (sanguínea) y los “demás”  (política). Haga todos
sus esfuerzos por incluir a absolutamente todos, en todas las actividades,
conversaciones, preparaciones de la comida y festejos.

7. Cuidado con
los modales.

Los miembros de algunas familias, sienten a menudo que tienen el derecho a decir
o hacer lo que quisieran cuando llegan a su casa para los días de fiesta. Creen
que, por que hay “confianza familiar” no importan las formas y modales con
respecto al resto de la familia.

Recuérdese a sí mismo y a los demás, que nunca
se tiene derecho a ser grosero, cargoso, crítico o irrespetuoso sólo por que se
está en medio de la familia íntima. Los miembros de una familia pueden perdonar
ciertos comportamientos, pero muy probablemente no lo olvidarán…

8. La risa es el
mejor remedio.


Frente a las mismas acciones, algunas personas pueden ver los argumentos de una
comedia y otras, los de una tragedia.

Mientras que estas últimas solo lograrán
aumentar los conflictos, las primeras podrán distender los ánimos. Algunas
situaciones pueden no prestarse para la risa, pero la mayor parte de los
problemas, podrían ser tomados de una forma chistosa, evitando así una situación
potencialmente tensa.

9.
Las desavenencias internas, para otro momento.

 Las familias, incluso las más unidas, han vivido juntas el suficiente tiempo
como para que sus miembros puedan haberse lastimado entre sí.

Un hermano que
siempre tuvo las mejores calificaciones y salarios, una hermana que robó un
novio a la otra, una madre que siempre puso más atención en uno de sus hijos, un
padre que nunca escucho a sus hijos, etc.

Todas estas diferencias deben ser
expuestas para ser zanjadas, pero no en la reunión familiar de festejo de
Navidad o fin de año. El sólo echo de exponer viejos rencores, no necesariamente
los curará.

De hecho, sólo suele traer, a menudo, viejas heridas y
resentimientos, que pueden volver a ahogar el clima festivo y emotivo del día de
fiesta. Si encima estos puntos oscuros se exponen delante de la familia entera,
la sensación será doblemente desagradable, y muy desconcertante para todos los
allí presentes.

Por eso, enfréntese a las personas con las cuales pueda tener
alguna desavenencia de forma privada, antes o después de la fiesta en cuestión.

10.
No se detenga en nimiedades.

 A
medida que se acercan las fiestas, o cualquier reunión familiar programada,
muchas personas acumulan grandes expectativas sobre lo maravilloso que será ese
día.

Pero una vez que llegan allí, muchas veces se “empantanan” en detalles muy
pequeños, como quejarse por el tipo o cantidad de comida, la música, molestarse
por que la mesa no está bien dispuesta, o tener que escuchar infinitamente los
cuentos de la cuñada sobre su bronca por tener que oír constantemente el llanto
del bebé.

 Así, el buen ánimo se disipa gradualmente y pronto todos están listos
para el estallido. Dejen de lado las nimiedades. Ponga el buen ánimo por encima
de todo. Si algo le molesta, levántese de la mesa, salga respirar aire puro, y
regrese en cinco minutos con el ánimo renovado.

11.Los juegos, también para los adultos.

La
mayoría de las familias, cuando están mucho tiempo juntas, pueden llegar a
aburrirse e incluso a irritarse. Tenga a mano ciertas actividades que
proporcionen diversión y entretenimiento, como por ejemplo algún juego de
adivinanzas (“dígalo con mímica”, en la cual las personas deben saber el nombre
de una película mediante la actuación de un par de personas, “La letra
correcta”, en la cual las personas deben cantar un determinado tema musical, del
que sólo se les da el nombre) con premios y prendas.

Esconda algunas golosinas
en ciertas partes de su casa, y dígales a los chicos que las busquen mediante
algunas pistas.

12.Atención a los familiares con crisis.


Hay momento en el curso de nuestras vidas, en que estamos menos animados de lo
habitual. En cualquier reunión familiar, y sobre todo en estos tiempos de crisis
económica y social, hay algunos parientes que necesitan un poco de incentivo
adicional, o simplemente permiso para el silencio.

Quizás un padre acaba de
retirarse, un primo perdió su trabajo, una sobrina no rindió bien los finales, o
un hermano acaba de divorciarse.

Éstos son los miembros de la familia que
necesitan un marco de apoyo más fuerte por parte de toda la familia, por lo que
todos deben estar dispuestos a darle todo lo que ellos necesiten en ese momento,
para sentirse mejor y poder sobrellevar más fácilmente ese momento de sus vidas.

Bonus track. Si no es este, será el próximo.

Si, con todo, algo falla en la fiesta falla, tenga en cuenta que casi siempre se
trata de cuestiones temporales y contextuales.

Muy posiblemente, los miembros de
su familia volverán a sus casas, retornaran a sus rutinas, y su vida pronto
volverá a la normalidad. Cualquier cosa negativa que haya sucedido entre los
familiares durante los días de fiesta, en la mayoría de los casos será olvidada
rápidamente, y, el próximo año, todos tendrán otra oportunidad.