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Monitores ultra chatos

Hoy en día existen monitores finitos, con pantalla nítida y brillante, con mucho estilo, que ocupan menos espacio en el escritorio y con precios cada vez más accesibles. ¿Cuál es el más apropiado para ti?

Los monitores de cristal líquido (LCD) se están tornando cada vez más populares. Las ventajas que ofrecen son amplias, sobre todo desde el punto de vista del grosor de la carcasa de un monitor de 15 pulgadas o más. En las pantallas LCD las pulgadas de un monitor son las visibles: 15”,17” y hasta 19”. Además sus prestaciones son excelentes. 

Lo que hay que tener en cuenta son algunas características técnicas antes de adquirir uno, para obtener la mejor calidad posible de acuerdo a lo que se quiera gastar. 

Lo primero que hay que comprender es cómo funciona un monitor LCD: en un tubo de rayos catódicos, un cañón dispara electrones al frente del mismo, buscando que el fósforo que está allí se ilumine al recibir la energía.  

Cada punto de luz del monitor es un pixel, compuesto por tres subpixeles, puntos de luz de color rojo, verde y azul. La combinación de intensidades de cada uno le da el color al pixel. 

En la década del 60 apareció la primera aplicación del cristal líquido, al comprobarse que con una corriente eléctrica se podía modificar su estructura a voluntad, alineando los cristales para que dejaran o no pasar luz. 

En una pantalla color, cada subpixel tiene su propia celda de cristal líquido, con un filtro para hacerlo rojo, verde o azul. Un transistor detrás de cada celda almacena el estado en el que debe estar el cristal (prendido o no, con qué intensidad, etc.) y le transmite la electricidad para modificar su posición. 

Detrás o a los costados de los dos paneles de vidrio que contienen los cristales hay uno o más tubos fluorescentes, que son la fuente de luz que ilumina la pantalla. 

Estas características hacen que la calidad de imagen en un monitor LCD sea levemente diferente de la de un monitor CRT. Por empezar aquí es todo digital. Como cada subpixel tiene un transistor que define su estado, no hay posibilidad de pérdida de foco, como en los monitores de tubo.  

Cuando un pixel está muerto condiciona la imagen. Por ejemplo, el cambio de resoluciones no funciona de la misma manera que con un tubo. Aquí sólo vale la resolución nativa indicada por el fabricante. El monitor LCD podrá mostrar resoluciones más bajas, pero no se verán bien. 

Es muy común que un transistor falle. Puede quedar en dos posiciones, prendido o apagado, y eso hará que ese subpixel en particular sea incapaz de cambiar de estado: estará siempre prendido o apagado, o sea es un pixel muerto. 

Dependiendo de su posición esto puede pasar inadvertido o ser un grave problema. Por eso es muy importante acordar con el vendedor en el caso de que ocurra esto. También se recomienda probarlo siempre en el lugar de compra. 

Una forma de buscar pixeles muertos es a través de la página www.gdargaud.net/Hack/DeadPixels.html que permite hacerlo sin necesidad de instalar ningún software. Otra opción es instalar el Dead Pixel Buddy (www.laptopshowcase.co.uk/dowloads.php?id=1). 

Otra cuestión que se debe consultar es el ángulo de visión que ofrece la pantalla. Como la fuente de luz está detrás del cristal líquido, la imagen puede no verse bien (más oscura, o con un viraje de color) desde un costado del monitor.

Por eso lo mejor es que tenga el mayor ángulo de visión posible. Algunos tienen mejor ángulo de visión horizontal que vertical, por la manera en que ubican los cristales.

Los que se interesen por ver películas o para utilizar juegos deben atender también al tiempo de respuesta, o sea los milisegundos que tarda la pantalla en transmitir la información a todos los transistores del display, y estos en reaccionar para cambiar de color.  

Si el monitor es lento la imagen se verá con fantasmas: los pixeles que no llegan a modificar su estado en el momento correcto. 

Como referencia, los LCD súper rápidos de ultima generación andan entre 4 y 5 milisegundos. Los comunes oscilan entre los 30 y los 16 ms. Mientras más bajos mejor. 

Lo último por verificar es controlar la relación de contraste, es decir la diferencia de intensidad entre el blanco más blanco y el negro más negro que puede mostrar la pantalla.  

Cuanto más alto el número mejor. Por ejemplo existen los de relación 400:1 pero existen modelos profesionales de 800:1 

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