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Menos sangre, menos oxígeno… y menos memoria

Los problemas de memoria no se deben sólo al envejecimiento, sino también al impacto acumulativo de años de presión arterial alta, arterias obstruidas, e interrupciones repetidas del flujo de la sangre al cerebro

Entre las causas se encuentran:
 

· Alcoholismo:

El beber mucho a lo largo de un período largo de tiempo conduce a un menor flujo de sangre en el cerebro y a una declinación mental prematura.

· Depresión:

Los que sufrieron depresión o la sufren son más proclives a experimentar un deterioro mensurable de sus capacidades mentales. En el caso de las mujeres es doble el daño percibido.

· Diabetes:

Las personas con diabetes sufren trastornos de aprendizaje, pueden llegar a sufrir una declinación cognoscitiva importante.

Los mayores diabéticos son también más proclives a desarrollar demencia que la gente mayor sin esta enfermedad, pues la diabetes  acelera el envejecimiento del cerebro.


· Enfermedades cardíacas:

El colesterol alto y las arterias obstruidas causan una aceleración de la pérdida de células cerebral.

Las mujeres postmenopáusicas con el colesterol “malo” elevado, son dos veces más proclives a sufrir una declinación de sus capacidad mentales.


· Cirugías mayores:

Los pacientes que tienen operaciones de bypass no tienen la misma capacidad mental luego de la cirugía.

Tienen trastornos de orientación, en la planificación de actividades y en la capacidad de realizar operaciones aritméticas en forma mental. Estos trastornos se hacen evidentes hasta seis meses después de la cirugía

 

· Hipertensión arterial:

Luego de un cierto plazo, la tensión arterial elevada daña al cerebro así como al corazón, pues reduce el flujo de sangre a través de los vasos sanguíneos.


· Apnea del sueño:

Estas interrupciones cortas de la respiración durante el sueño, acompañadas generalmente de ronquidos, privan al cerebro de oxígeno decenas de veces durante la noche. Eso aumenta el riesgo de daño de las células del cerebro.

· Stress:

Los niveles crónicos elevados del cortisol, la hormona del stress, pueden dañar un área del cerebro llamada hipocampo, que es la que está implicada en el aprendizaje y la memoria. El deterioro es seis veces más rápido en las personas con niveles más altos de cortisol que en las que tienen niveles más bajos.  

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