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Manteniendo la intimidad pese a los problemas de salud

Muchas enfermedades pueden afectar nuestra sexualidad y, con ella, la confianza en nosotros mismos y nuestra relación de pareja. Consejos para enfrentar la situación y continuar viviendo en plenitud, pese a todo.

Pregunta

Tuve una operación de próstata que no extirpo todo el cáncer, así
que tengo que tomar todos los meses un medicamento que afectó mi
rendimiento
sexual
.

Mi mujer es fantástica y estamos planeando casarnos, pero esta situación
me generó muchas dudas, pese a que ella dice que no le importa. Yo intenté con
inyecciones, me sirvieron, pero son muy molestas. Le sugerí que puedo
interrumpir el tratamiento aunque supongo que el cáncer podría regresar, pero
ella no quiso saber de nada. ¿Qué puedo hacer?

C.R.A.

Respuesta

Estimado C.:
Ha atravesado tiempos dificiles con su
cáncer de prostata, y desde que lo
medicaron ha sufrido sobresaltos emocionales, dolor, temores, y una pérdida en
el control de su sexualidad.

Muchos hombres comparten sus temores de no tener una erección, y piensan que no
poder satisfacer a una mujer sexualmente los hace menos masculinos. Claro, usted
quiere disfrutar plenamente el resto de su vida junto a la mujer que ama. Pero
mas allá de todo esto, probablemente ella quiera su amor y compañía por muchos
años.

¿No se le pasó por la
cabeza que realmente ella no quiere que arriesgue su salud
?
(¡Y si quiso, sería mejor que finalice rápido esa relación!) ¿Y que tal vez la
libido de ella tampoco sea muy alta? ¿Puede aceptar que es usted, más que ella,
el que no para de hablar de este asunto?

Usted necesita elaborar y aceptar su
problema y entender que usted es mucho más que un pene erecto. Entonces, podrá
ver su vida con otros lentes y considerar las cosas desde otra perspectiva. Así,
podrá abrir las puertas al amor y la alegría que puede sentir junto a su pareja.

Cuando el dolor y las pérdidas nublan nuestra vista,
solemos tener problemas para continuar viendo la gran cantidad de oportuniades
que se nos presentan. Y usted tiene muchas: una mujer que no quiere que se
arriesgue a empeorar su enfermedad sólo para complacerla… sin dudas eso es
amor.

Y usted necesita ese amor y esa compañía más que nunca. A toda
edad debemos celebrar poder estar junto a alguién que nos acompañe, y más aún
cuando ya no tenemos veinte años.

Quiere casarse… bárbaro. Usted puede pensar bien cuales son sus problemas en
este momento.
Clarifique cada cosa que desee y lo que considere esencial en su vida.

Ahora vuelva al sexo…. el sexo no solo es pene y vágina. Con
una buena actitud, pronto aprenderá que el sexo tiene lugares y respuestas tanto
en los oidos ¡como entre las piernas!

Uno de los primeros pasos para mejorar sus relaciones sexuales es
concurrir a un médico. El debe explicarle cual es su estado actual y cuales son
sus posibilidades

Tal vez le recomiende una bomba de vacío (un tubo que se
coloca por debajo de su pene para tornarlo rígido); algún implante; el Viagra
(funciona en cerca del 50 por ciento de los casos en el que las dificultades
eréctiles son causadas por la prostata); o tal vez un supositorio de estaño que
se inserta en la cabeza del pene, lo que lo hace firme por un tiempo.


La
actitud correcta


Contando con esta ayuda desde el principio, tiene la mejor chance de tener éxito
en todas sus acciones. Crea en sí mismo. Conozca sus posturas, como presentarse
frente a su pareja, y como sus palabras pueden contribuir a hacerlo más
atractivo. ¿Posee sentido del humor? Eso lo ayudará a superar los problemas.

Use sus sentidos: observe la sonrisa de su pareja, el sonido de su voz, el olor
de su perfume, todas las cuestiones que encienden su sensualidad. Agrande su
imaginación… hay cientos de formas de experimentar la sensualidad y el placer
sexual.

Narre historias, fantasías que comparta con su pareja. Averigüe donde
desea su mujer ser tocada. Dele placer con sus manos, su boca, y sus ideas
(recuerde, el encendido sexual ciomienza en el cerebro). Haga que ella le
imparta masajes y disfrute del placer de sentir su cuerpo siendo tocado con
amor.

Un sabio dijo alguna vez que la vida esta divida entre el 50 por ciento de las
cosas que le suceden y el 50 por ciento de las cosas que usted quiere que le
sucedan. Tome ese 50 por ciento ofreciendo su amor, ¡y dé todo lo que pueda!