Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Los que aman demasiado 

¿Eres tú de quienes están tan ocupadas en enamorar un imposible que no necesitan pensar en si mismos?

Amar demasiado no significa
que estés muy enamorado sino más bien todo lo contrario.


“Amar demasiado no significa
amar a muchas personas con mucha frecuencia ni sentir un cariño muy profundo
por una persona sino obsesionarse por alguien, de tal manera que esta “obsesión”
controle las emociones y las conductas ejerciendo una influencia negativa sobre
la salud y el bienestar”.

– ROBIN NORWOOD


No es que ames demasiado
sino mal. Porque amar es crecer juntos, no uno arriba y el otro abajo.


Tú eres una persona en
búsqueda del enamoramiento, eso en si mismo no es algo malo. Lo doloroso, para
ti, es que no logras alegría sino euforia, que no es amor sino “algo”.

Una “sensación” que termina.

Y que, como con las drogas,
después trae el bajón



Hablamos
de una relación adictiva
 

Una relación es adictiva
cuando te daña, perjudica tu salud-toda tu salud- y sin embargo no puedes
abandonarla. Si tú eres adicta al amor soportarás increíbles cantidades de
sufrimiento en las relaciones que establezcas.


El amor deviene obsesión y
es así como quienes te atraen son las personas que resultan inadecuadas para
formar, realmente, una pareja.

Interpretarás todas las
características de “esa” persona como señales de que “el/la elegido/a” está
necesitado e intentarás ayudar a la persona de la que terminarás dependiendo
(aunque creas que el poder de tu amor lo/a salvará).


Quien ama demasiado sufre.
Quien ama demasiado se anula como persona.


Es común que- en este tipo
de vínculos – sientas que hay lazos muy fuertes que los unen. La sensación de
amor resulta incomparable (es el hombre/la mujer de mi vida);pero el tiempo
hace aflorar esas situaciones no resueltas .Esas deudas tan antiguas, contigo
misma/o, que hacen que esta relación, también, fracase.


Eres una persona que tiene
mucho miedo a la soledad. A estar solo/a contigo y, sobre todo, encontrarte.

Sientes que, aunque no estés
bien con tu acompañante, estás mejor que sola. No dije “acompañante”
arbitrariamente.

El otro cumple una función:
la compañía.

 

Un hombre o una mujer
agradables, capaces de amarte, no te atraen por ser aburridos, sosos e
insípidos; por posibles especialmente.

La persona inaccesible es
como una droga: te atrapa.

Seguramente vives en una
continua ansiedad, con mucho dolor, donde el pan de cada día es el esfuerzo por
lograr la atención del hombre, de la mujer que” elegiste”.Que crees haber
elegido.



Quien
elige es tu historia personal


Gastas tu energía. Sufres,
pero esto no te detiene.


Tú crees que:”Estar
enamorado es sufrir”.


Y luego, además, te
esfuerzas para que el otro cambie sin saber que eres tú mismo quien debe
hacerlo. Peor aún: sin saber que el verdadero amor también es posible para ti.


Eliges malas relaciones
porque no te crees merecedor de amor y defiendes ,a capa y espada, aún a costa
tuya, al único/única que crees que te puede amar.

Sientes que si no es esa
persona nadie más será

Por eso te quedas.



¿Qué te ha
ocurrido?


Hay un problema de base: te
ha faltado amor en tu infancia. Buen amor.

El amor te ha fallado y,
ahora, soportas cualquier cosa porque sigues esperando “ese” amor que no has
tenido y no tendrás

Crees que “ese” amor nunca
tenido antes vendrá como premio, como recompensa a tu espera y a tu sacrificio.

Pero “ese”amor ya no llegará


Has aprendido desde tu
infancia a negar tus propios sentimientos…a no verlos…a “parecer” alegre.
A”lucir” bien estuvieras como estuvieras.


La raíz de esta obsesión no
es el amor sino el miedo. Miedo a estar solo, al abandono. Especialmente si te
muestras auténtica. Tal y como eres tú. Con tus deseos ,miedos y necesidades.

Tus necesidades,
especialmente.



Hablamos
también de falta de autoestima…

 

La elección de pareja no es
al azar: el amor se busca copiando historias o patrones familiares.

Repetirás aquella conducta
que has aprendido cuando tú te enamores….hasta que tomes conciencia de ello.

Una vez que sepas que esas
actitudes fueron aprendidas…tú podrás comenzar a hacer tus propias elecciones.

Descubrirás que tienes
derecho al amor y podrás amar y ser amado/a, en particular cuando dejes de
esperar el amor de la infancia para recibir el amor de la adultez.



Si algo de
esto te ocurre, tú estás sufriendo. Tú amas demasiado


-Amas demasiado cuando
amar significa sufrir..

-Cuando hablas más de
él/ella que de ti.

-Si siempre disculpas su mal
humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires

-O realizas grandes
sacrificios, aún tu propia postergación, para ayudar a esa persona de la que
dependes.

-Cuando crees que no puedes
vivir sin esa persona.

-Cuando las personas
amables, estables o confiables no te atraen y te parecen aburridos.

-Cuando sólo muestras lo
bueno y ocultas lo malo de tu acompañante. “Te ocultas” lo malo, especialmente.

-Cuando te crees culpable de
cada fracaso y te exiges más aún en la siguiente relación que estableces.-.

-Tienes pánico al abandono y
por ese motivo estás dispuesto/a a todo para evitar

que la relación se
disuelva.

-Necesitas del otro para
sentirte completa/o.

-No crees poder sobrevivir a
la ruptura / sin el otro.

-Imposibilidad de expresar
disconformidad; porque en una relación así no tienes voz.

-Temor excesivo a la
pérdida. A la vuelta a la soledad. Como si en esa relación no estuvieras

sola/o aún acompañado/a.

-Angustia.

-Aislamiento, pues el
trabajo que te da sostener una pareja así hace que te retires cada vez más del
mundo.


Así vas, precisamente, hacia
lo que más temes: la soledad


“…y una mañana, al ver que
mi árbol no tenía hojas me doy cuenta de que también me he olvidado de mi
jardín.

Comienzo a sentir miedo de
que haya pasado el plazo para mis inscripciones en la Universidad, y casi de
haber perdido el mundo; estoy como en un convento”.

– Christiane Rochefort, El
reposo del guerrero, Editorial Losada



¿Qué puedes hacer por ti?


-Tomar conciencia de tu
enfermedad es más fácil que sufrir esta vida que impone el amar demasiado.

-Fortalece tu autoestima.

– Ponte en pie de igualdad
con tu pareja.-y con el mundo

-Ten la pareja que quieres y
en el momento en que la deseas. No la que consigas.

-La felicidad está en tu
interior. Te pertenece. Es tuya. No necesitas que nadie te regale los
sentimientos que te pertenecen.

-No temas los desacuerdos.
Aprende a opinar.

-Una pareja debe lanzar a
sus integrantes a una vida plena…no debe anclarlos a la pasividad y la
monotonía. No puede ser algo que impida los logros personales. Una pareja es un
espacio de crecimiento

-No te engañes más, amando
equivocadamente, buscando, desesperadamente, no ver qué pasa contigo.


Si eliges recuperarte, si
recorres el camino hacia la recuperación dejarás de ser un hombre o una mujer
que sufre por amor. Pasarás a ser una persona que se ama lo suficiente como para
evitar el dolor.


Buscarás lo que es bueno
para ti: el amor, la alegría.

Lograrás una sensación de
libertad y de mayor poder..Dispondrás de esa energía que ahora mal-usas;
energía que usarás en tareas más provechosas.


Si estás dispuesto/a a
aceptar esto, algo puede crecer y desarrollarse y podrás llegar a estar
plenamente vivo..,


No es fácil.

Es posible.



Otro modo de
hacer algo por ti


Ejercicio
gestáltico


Tiéndete de espaldas y busca
una posición cómoda.

Cierra los ojos.

Nota cualquier incomodidad y
ve si puedes cambiar de posición para estar más cómodo.

Céntrate en tu respiración.

Usa tu aire para relajarte
más aún.

Siente como tu cuerpo se
llena cuando aspiras

El aire y cómo se afloja
cuando lo sueltas.


Haz, interiormente, una
lista de cosas que tú no puedes hacer.

Piensa frases que comiencen
por “No puedo…”

Trata de registrar cualquier
incomodidad de tu cuerpo cuando piensas en tus imposibilidades.

Recuérdalas….

Cuando hayas pensado 5 o 6
cosas que no puedes hacer…haz una respiración profunda y:


Cada frase que has comenzado
por “No puedo” cámbiala por “No quiero”….

Di las mismas frases. Cambia
el comienzo.

Registra ahora las
sensaciones de tu cuerpo.


No olvides lo que tu cuerpo
expresaba en cada “No puedo”.

Recordar las sensaciones te
permitirá, también, registrar cuando estás haciendo o diciendo algo que no
deseas hacer o decir.


El objetivo de este
ejercicio es que tú te des cuenta de tu capacidad y poder de negación; de la
fuerza que puedes encontrar al asumir la responsabilidad de tu negativa, de
elegir lo que quieres y lo que no.


Y
si quieres superar tus temores y mejorar tu calidad de vida, te sugerimos
inscribirte ahora en nuestro curso gratis de
Superación Personal
, haciendo clic
aquí
.