Si un chico de hasta 15 años participa en un delito de ninguna forma podrá ser enjuiciado ni recibir una condena, el juez dispondrá de su tutela y verá primero si se dan las condiciones familiares para que pueda devolverlo a su casa o bien lo derivará a algún instituto especializado.
Si
el chico que cae detenido ya cumplió los 16 años, entonces la situación
cambia. Si al delito le corresponde una condena de mas de dos años, la Justicia
podrá iniciarle un proceso penal y encarcelarlo.
Pero deberá hacerlo en una cárcel
de menores y con un régimen diferenciado, que incluye un tratamiento
obligatorio. Es decir que no deberá ser tomado de la misma forma que un adulto.
Una vez que el chico llegue a los 18 años —y el tratamiento está cumplido—, el juez a cargo tendrá que analizar como marchó todo. Y recién entonces podrá haber una condena con una pena a cumplir. Que podrá reducirse, si la Justicia considera que las condiciones del menor mejoraron durante el tiempo en que estuvo preso.
Más
allá de los diferentes regímenes, según fuentes del Ministerio de Seguridad
bonaerense, en la provincia hay cada vez más menores que delinquen.
Estadísticas
elaboradas por el Centro de Operaciones de la Policía bonaerense (COP) indican
que en los primeros nueve meses del año pasado fueron detenidos más de 5.200
menores. La mayoría fue por delitos graves, entre ellos robos con armas y
homicidios.
Según
esos datos de la Policía, más de 400 cayeron presos después de participar en
tiroteos. Y hubo 15 menores que murieron en esa circunstancia.