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Jardinería para los niños

Una completa guía de actividades de jardinería para hacer un jardín junto y para los niños…

Tómate un momento y piensa en cuando eras chico. Recuerda cuando viste una lombriz enterrarse en la tierra o cuando esa simpática oruga devoraba el perejil de mamá.

O el día en que arrancaste tu primera zanahoria. Tal vez, tengas en mente aquella ocasión en que te dedicaste a juntar escarabajos y ponerlos en una jarra o cuando descubriste esa sandía debajo de sus propias hojas.

Ahhh, quién pudiera ser joven e inocente otra vez. Planificar un jardín teniendo en cuenta a un niño, ya sea tu propio hijo, tu sobrino o tu nieto, te da la posibilidad de ser un chico otra vez. 

En estos días de empleos altamente estresantes y de reglas estrictas e inquebrantables, ¿por qué no buscar algo distinto que hacer? Diversión para nosotros y para nuestros hijos. Sí, ellos también lo disfrutarán. 

Despierta el interés de tu hijo (nieto o sobrino) en la jardinería otorgándole un área de tierra que, a partir de ese momento, será exclusiva de él. Una parcela de 5m x 5m será lo suficientemente grande para el chico.

Hazle saber que este es su jardín y que puede hacer lo que le venga en gana con él. Tú no eres más que un humilde colaborador. Preparar el suelo será una tarea indispensable para una empresa exitosa.

Un kit para hacer una prueba de pH puede ayudarte en tu emprendimiento, y podrás encontrarlo en la mayoría de los centros de jardinería.

Todo lo que necesitas está disponible en este kit. Equipa a tu jardinero con una cuchara y recorre el área del jardín recogiendo muestras de suelo de distintos lugares.

Coloca la tierra en el tubo que viene en el kit. A continuación, agrega los gránulos, que también vienen en el kit, y un poco de agua. Pide a tu hijo que sacuda el tubo según lo indican las instrucciones y observa el cambio de color de la tierra.

Ahora, ayuda a tu hijo a comparar el color resultante con la carta de colores incluida en el kit para establecer el pH del suelo. Realiza los ajustes pertinentes en caso de ser necesario.

Ha llegado el momento de decidir qué van a hacer crecer en la tierra. Y esta etapa es tan divertida como la del plantado. Provee a tu jardinero novato de papel cuadriculado, lápices, y algunos catálogos de semillas.

Pon a trabajar sus habilidades de dibujo pidiéndole que haga un bosquejo del jardín. Permítele elegir lo que quiere hacer crecer marcando las distintas áreas en el papel cuadriculado.

Por su puesto, puede que debas convencerlo de que es conveniente plantar rábanos en vez de aves del paraíso. Deberás poner a trabajar tus cualidades de persuasión.

Desde luego, la idea es que el chico tenga éxito en su tarea, y para ello lo mejor será plantar cultivos sencillos. Rábanos, calabazas, calabacines, girasoles, alubias; son todos vegetales sencillos y deberías darles una oportunidad.

Cosmos, zinnias, caléndulas, tarascas de jardín; son flores coloridas y brillantes que crecen también en forma fácil. El adulto del equipo —seguramente tú, en este caso— se divertirá a lo grande con esta tarea de planificación.

Las herramientas para chicos —igual a las tuyas pero más pequeñas— los hará sentirse como verdaderos jardineros. En cualquier caso, no te hagas demasiado problema si no puedes proveérselas. Las cucharas antiguas, las horcas, y las palas tendrán su encanto igualmente.

Realiza una demostración de cómo preparar el suelo para plantar labrando y echando compostaje.

¿Has estado alguna vez en una cacería de lombrices? Despliega sábanas viejas sobre el suelo de tu jardín y humedécelas. Espera algunas horas y luego levanta las sábanas.

Las lombrices se habrán acercado a la superficie por la humedad. Ahora, entrega un vaso plástico a tu jardinero y dile que recoja tantas lombrices como pueda encontrar.

A continuación, haz que tu hijo eche las lombrices sobre su porción de jardín (deja algunas para el tuyo). Las lombrices sirven para airear el suelo.

Los chicos suelen excitarse mucho cuando ven crecer las cosas. Intenta ahora un experimento de germinación puertas adentro. Quita la tapa a una jarra de vidrio y coloca una toalla de papel húmeda que recubra la parte interior del vidrio.

Ahora, vierte algunas semillas de calabaza entre el vidrio y el papel. Deja la tapa en algún lugar seguro para no perderla. La jarra debe quedar destapada. Asegúrate de mantener la humectación de la toalla y en algunos días deja que tu hijo observe la jarra.

Verás sus ojos iluminarse de asombro cuando vea que las semillas se han abierto y están creciendo. Iniciar el proceso de jardinería dentro de casa puede darles un gran entusiasmo para lo que viene.

Antes de plantar cualquier cosa en el jardín, explícale cómo cada planta necesita un espacio suficiente y agua para crecer, pero no lo hagas demasiado técnico, o perderá el interés.

Ahora haz que tome el bosquejo que hizo del jardín de modo que sepa qué tipo de planta va en tal o cual lugar. Ayúdale con el sembrado, asegurándote que las semillas no vayan demasiado profundo.

Asimismo, procura que las semillas se planten en grupos, por ejemplo, alubias a un lado de los rábanos y luego las zanahorias.

Esto será de ayuda a la hora de identificar las malas hierbas más tarde, ya que será más fácil identificar lo que se ha plantado; todo estará junto.

Los chicos son impacientes y pueden perder interés rápido. Utilizar plantines, como tomates, puede ser una buena idea ya que los chicos no tendrán que esperar entre 7 y 10 días para ver germinar una semilla.

Una revisión diaria del jardín es un deber. No querrás que tu hijo pierda la emoción de ver la primera semilla de alubia abrirse paso a través del suelo.

Las malas hierbas son un problema común, tanto para tu jardín como para el jardín de tu hijo. Puedes llevar a cabo un torneo de arranques de malas hierbas, aunque primero deberás enseñarle a ser cuidadoso a la hora de cavar. El peligro es que lo hagan demasiado profundo y acaben con las semillas.

El riego adecuado del jardín es otro factor importante. Enseña a tu joven jardinero que el agua en exceso puede ser dañina para las plantas. Crea un medidor de lluvia para ayudarle a llevar un registro del agua caída.

Utiliza una antigua lata de café y ayúdale a marcar intervalos de un centímetro con un marcador indeleble. Ubica la lata en el jardín. Después de una lluvia, tu hijo podrá saber cuánta agua ha caído sobre el jardín. 2,5 centímetros de agua a la semana suelen ser buenos para la mayoría de las plantas.

No obstante, procura hacer que el jardín sea constantemente regado si las lluvias no son frecuentes o poco abundantes.

Los bichos son la mejor parte de un jardín para chicos. Entrégale una jarra y envíalo de patrulla. Haz que recoja cualquier bicho que encuentre y que lo deposite en la jarra.

Luego, intenta identificar los bichos que ha encontrado la patrulla. Seguramente, encontrarás libros sobre bichos de jardín en la biblioteca local.

Cosechar las recompensas es, sin dudas, la mejor parte. Procura tener un canasto y un par de tijeras para que los chicos. Muéstrales la diferencia entre un tomate que está listo para recogerse que uno que todavía esta inmaduro.

Las zanahorias y los rábanos son vegetales divertidos de recoger. Muéstrale cómo la parte superior de las zanahorias y los rábanos se salen del suelo cuando están listos para ser arrancados. Y no te olvides de las calabazas. 

A continuación, algunas ideas para compartir con tus jóvenes jardineros:

  • Construye un área secreta en tu jardín principal en la que los chicos se puedan esconder. Construye una tienda india con cañas de bambú y planta dondiegos de día o habas escarlatas trepadoras. Los chicos podrán sentarse adentro para esconderse. Ofréceles palitos de helado y crayones para hacer carteles señaladotes para el jardín.
  • Si los chicos tienen zapatillas que ya no usan, puedes valerte de ellas para hacer interesantes y divertidas macetas.
  • Los delantales para herramientas (que puedes encontrar en cualquier tienda) pueden convertirse en hermosos delantales para herramientas de jardinería. Puedes usar marcadores de tinta permanente para crear un delantal con el nombre de tu hijo.
  • ¿Y qué tal si construyes una casa para sapos? Lo único que necesitas es una maceta de tierra. Entierra la maceta por la mitad, de costado, en un sector con sombra del jardín. No toques esta maceta una vez que la hayas enterrado.
  • Y no te olvides de colocar unas jarras para las orugas. Agrega hojas y ramitas a las latas para alentar a las orugas a convertirse en capullos y luego en hermosas mariposas. Ahora sí que tienes lindo jardín para pasar tus tardes.

Tierra, agua, bichos, y naturaleza creciendo. Algunas de las cosas que hacen que la jardinería sea divertida para cualquiera.

Sobre todo, un jardín es un lugar hermoso para un chico con imaginación y deseos de aventuras. 

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