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Hoodia gordonii, ¿una planta mágica que hace bajar de peso?

¿Es cierto que una extraña lanta africana es capaz de hacernos perder en apetito y, en consecuencia, bajar de peso?

Imagina lo siguiente: una píldora de origen orgánico que disminuye el apetito y ataca la obesidad. Una píldora que además no tiene efectos secundarios, y que contiene una molécula que engaña al cerebro creando una sensación falsa de saciedad. Ahora deja de imaginar… al parecer, esta píldora existe, y está a tu alcance.

Pero, mal que le pese a todo el spam que circula tratando de vender esta píldora mágica, hay que preguntarse antes que nada: ¿será realmente cierta tan maravillosa promesa?

En las profundidades del desierto africano de Kalahari crece una extraña planta semejante a un cactus -aunque no es realmente un cactus, sino parte de otra familia botánica- que se llama Hoodia. Éste vive en temperaturas extremadamente altas y su proceso de maduración dura varios años.

Los habitantes de estas zonas, que llevan el nombre de Bosquimanos del Kalahari, son una de las tribus más antiguas y primitivas del mundo, y han consumido Hoodia desde tiempos inmemorables, para evitar morir de hambre durante las largas cacerías.

Ahora bien, pensemos por un instante en el potencial de un medicamento capaz de hacer desaparecer el apetito en un mundo en el que la obesidad ha adquirido el grado de epidemia.

Las posibilidades son inimaginables (más allá de la trágica paradoja de que una planta utilizada para "engañar al hambre" por una de las poblaciones más pobres del planeta pueda transformarse en una panacea contra la obesidad).

El funcionamiento de la molécula P57

Cuando los científicos sudafricanos se encontraban realizando estudios de rutina sobre esta planta, descubrieron que la planta contenía una molécula hasta entonces desconocida, que fue bautizada como P57.

Existe una parte en nuestro cerebro central, el hipotálamo, que es sensible a la glucosa del azúcar. Cuando comemos, los niveles de azúcar en sangre se elevan a raíz de los alimentos. Luego, las células nerviosas del cerebro perciben este incremento y se produce la sensación de saciedad.

Aparentemente, la molécula P57, contenida en el Hoodia, es 10.000 veces más activa que la glucosa, por lo que rápidamente llega a las células del cerebro medio y hace que las células nerviosas crean que estás lleno. Sin embargo, ni siquiera has probado bocado. Y tampoco querrás hacerlo.

La investigación científica

Los primeros estudios hechos con Hoodia se efectuaron en distintas especies de ratas. En un primer momento, se inyectó el extracto de Hoodia directamente en el cerebro de las mismas.

No obstante, la molécula P57 fue asimilada con facilidad por el hígado. Posteriormente, los estudios en roedores fueron teniendo mejor suerte. Así, se aplicó Hoodia en una especie de ratas conocidas por su voracidad, que, como consecuencia de su ingesta, dejaron de comer absolutamente.

Los primeros estudios llevaros a cabo en seres humanos fueron en un grupo de obesos, a quienes se les pidió llevar una vida similar a la de la prisión. Sí, a la de la prisión.

Todo lo que los voluntarios podrían hacer era leer el diario, mirar televisión y comer. Se dividió al grupo en dos partes, y a una le fue suministrada Hoodia y a la otra un placebo.

Quince días después, el grupo que había ingerido Hoodia mostró una reducción de 1000 calorías diarias en su ingesta acostumbrada. Los científicos estaban aparentemente ante un éxito rotundo.

Sin embargo, aún no se ha demostrado concluyentemente que el Hoodia sea un supresor del apetito. Los estudios llevados a cabo hasta el momento, si bien se muestran prometedores, no son lo suficientemente importantes como para poder llegar a una conclusión definitiva en cuanto a la seguridad y la efectividad de la píldora como suplemento nutricional.

Hay que señalar, en cualquier caso, que también muchos especialistas en pérdida de peso permaneces escépticos y no recomiendan Hoodia a los pacientes obesos, basándose en la inexistencia de datos científicos publicados que apoyen su uso.

Los hechos

1- El CSIR, el instituto de investigación científica y tecnológica más importante de Sudáfrica, garantizó a la empresa británica Phytopharm una licencia, y ésta se asoció con la empresa farmacéutica Pfizer para aislar ingredientes activos a partir de extractos y para encontrar la mejor forma de sintetizarlos para su uso como supresor del apetito.

Pero Pfizer liberó los derechos del ingrediente primario en el año 2002. ¿Lo hubiera hecho si hubieran tenido éxito sus intentos de crear una píldora efectiva contra la obesidad?

2- Por otro lado, investigadores que participaron en los estudios de Pfizer señalaron que había evidencia de efectos no deseados a nivel del hígado generados por otros componentes de la planta, que no podrían ser separados con facilidad.

En consecuencia, estos investigadores sostienen que es indudable el potencial de Hoodia, pero que aún queda un largo camino para su aprobación como un medicamento seguro, por lo que de momento debe ser evitado su uso.

La experiencia sudafricana

Pero veamos ahora qué sucede con el Hoodia en quienes han convivido con él durante años. A decir verdad, no existen reportes de efectos secundarios.

De hecho, el Hoodia forma parte de la cadena alimenticia africana desde hace mucho tiempo. Algunas de las tribus más antiguas —incluso prehistóricas— de África han ingerido Hoodia durante miles de años para compensar su hambre durante los largos viajes que implicaban los períodos de caza.

Incluso tribus locales, cuyos ancestros han estado consumiendo la planta por cientos de años, confirman que no hay efectos secundarios negativos relacionados al Hoodia Gordonii.

A raíz de esto, se ha establecido al Hoodia como un alimento y no como una medicina en Sudáfrica. Según sus consumidores, su único efecto secundario es hacer creer al cerebro que el estómago está lleno, incluso cuando no hayas comido.

No obstante, ¿no podría ser esto un problema si necesitamos energía para llevar a cabo algunas tareas arduas?

La gran preocupación en relación al Hoodia tiene que ver con el uso inapropiado por parte de individuos con desórdenes alimenticios que quieren perder peso en forma rápida, aun privando al cuerpo de los nutrientes necesarios.

En consecuencia, ¿sería necesario efectuar algún tipo de advertencia a los consumidores? Pues bien, podría no ser recomendable su ingestión en niños, embarazadas, madres lactantes, y en personas con problemas de la alimentación.

Siguiente: Cómo comprar Hoodia sin que te engañen

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