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Homeopatía para los celos

La personalidad del celoso, y cómo puede ayudar la homeopatía a él y su pareja

LACHESIS TRIGONOCEPHALUS     

La personalidad de este medicamento está centrada básicamente en la confluencia de cuatro síntomas fundamentales: 

  • Celos
  • Suspicacia
  • Extremada posesividad
  • Desconfianza

La desconfianza es tan profunda y gravita tan fuertemente en su vida afectiva, que conduce a los Lachesis a comportamientos sociales caracterizados por un estado de sospecha que envuelve todo su microcosmo social, haciendo que todas sus vivencias se tiñan con un sentimiento de mortificación, como si sólo percibieran el riesgo de sufrir pérdidas emocionales.

Por ello los celos embeben cada uno de sus actos, sospechando infidelidades permanentes en aquellos que los rodean.   

La marcada labilidad emocional y afectiva les impone un estado de alerta de defensa casi permanente, que los va alejando cada vez más de aquellos que supone son sus enemigos y que ponen en riesgo su débil estructura emotiva, ya que en todas las personas en las que se sospecha que existe un afán de perjudicarlos, depositan una energía psíquica que les resulta muy difícil de recuperar a posteriori.

El aislamiento al que conducen estas conductas, es un equivalente cercano al abandono afectivo, y a la conducta reactiva consecutiva se evidencia en una poderosa ansiedad de conciencia que finalmente se compensa por medio de una proyección de culpas sobre los que le rodean. 
 

Cuando un paciente Lachesis siente sospechas acerca de las intenciones de los demás, reactiva su profunda falta de auto-confianza y esto pone en marcha una verdadera cascada, en donde los celos, su irresolución, su falta de iniciativa y su limitación sensorial explican lo peculiar de sus percepciones extra-sensoriales y su convencimiento respecto a que su vida está bajo el control de fuerzas poderosas provenientes de otras dimensiones, lo que lo predispone a sus fuertes creencias de que el destino humano se encuentra regido por las leyes que no son humanas.  

La soledad, resultado final de su paulatino aislamiento social, se vivencía como un alivio temporal, en el que da rienda suelta a sus elucubraciones esotéricas, de las cuales pretende convencer a quienes se le aproximan.  

En las mujeres Lachesis, la constante sospecha y los celos intensos, son los responsables de las actitudes de altivez, del rechazo al acercamiento físico del sexo opuesto, y de la exaltación reprimida de sus deseos sexuales.  

Los celos terminan deteriorando sus posibilidades de lograr una relación afectiva fuerte y duradera, hecho que profundiza su aislamiento y retro-alimentando su soledad basada en las sospechas infundadas.  

Para contrarrestar el estado de tensión psíquica determinado por sus conflictos emocionales, suele evadirse a través de actividades compensadoras que nunca concreta, debido a su indecisión característica.  

Al hallarse atareada, se aísla cada vez más, lo que la vuelve impaciente y le hace proyectar en los demás la culpa por su propia poca perseverancia.  

Finalmente, se incrementan los sentimientos de pesimismo, de abandono, los remordimientos y el desaliento existencial. El hastío existencial y la sensación de aburrimiento les acentúa el rechazo hacia todo lo mundano, haciéndoles vivir en un estado de descontento que profundiza su sentimiento de soledad.   

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