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Fiorucci, de vuelta al ruedo

La marca Fiorucci ha vuelto a imponer en la moda sus fantasiosos y creativos diseños, lo cual es una muy buena excusa como para volver a lucir los modelos que tan bien le sentaban

Si algunas décadas atrás se encontraba muy cómodo
llevando el look de los años 60 y 70, tiene un buen motivo para alegrarse, pues
la marca Fiorucci ha vuelto a popularizar el estilo hippie y el flower power
por medio de sus creaciones neohippies y hippies chic.

De hecho, la tendencia Peace & Love, que fue
furor la temporada pasada en toda Europa y gran parte de los Estados Unidos,
fue acompañada también por las creaciones flower power de Marni, hippie chic de
Dolce&Galbana, wild nómadas de Roberto Cavalli, románticas pacifistas de
Jean Paul Gaultier, anticonformistas de Blumarine, y neohippie de Sportmax.

Pero de todas formas, fue nuevamente Fiorucci quién
marcó la tendencia y logró las mayores innovaciones, al punto tal que la
mayoría de estos y otros diseñadores, admiten consultar a los creativos de esta
famosísima marca antes de lanzar al mercado sus nuevas creaciones.

Una tendencia que se resiste al paso del tiempo

Es cierto que su cuerpo no es el de antes, pero eso
no es excusa para no lucir un exclusivo diseño de Fiorucci, que tienen modelos
para todas las edades (siempre y cuando se tenga una mente abierta), y que,
además de ser vanguardistas, tienen una gran dosis de glamour y personalidad.

De hecho, no es casual que la marca haya sido
comprada en cifras millonarias por el grupo japonés Edwin, y haya relanzado el
año pasado su deslumbrante mega-store en el centro de Nueva York.

Todo ello demuestra que la anarquía y desparpajo
con la que Fiorucci irrumpió en 1967, mediante el célebre negocio de la Piazza
San Babila de Milán, se encuentran más vigentes que nunca, por lo que si alguna
vez se vio fabuloso/a con uno de sus excéntricos modelos, como los recordados
pantalones dorados, jeans de lúrex, y vestidos de plástico, es tiempo de
regresar a la tienda para ver que hay de nuevo.

Lo cierto es que todos sabían que no iba a ser nada
fácil que sus llamativas creaciones pasen a un segundo plano, sobre todo luego
del éxito obtenido en Nueva York, en aquellos tiempos en que sólo los clásicos
y tradicionales negocios italianos de Gucci y Ferragamo tenían sucursales, y
Fiorucci llegaba para llevar el estilo italiano a un público mucho más joven y
desprejuiciado, fascinando al poco tiempo fascinó a un gran número de
neoyorquinos.

Con el tiempo, dicho local fue apodado el “Club 54
diurno”, en honor a la famosa discoteca de Nueva York, y sumó fans como el
célebre artista del pop art, Andy Warhol, el actor Robert Redford, la famosa
cantante pop Madonna, o la estrella musical Bruce Springsteen, así como también
canciones dedicadas especialmente a la marca, como la de Sister Slage.

Según Elio Fiorucci, el mentor de la marca y actual
director creativo de los dos locales de Italia, la clave de su permanencia es
el espíritu de un estilo conformado por colores y diseños y modos de vender y
vivir la moda, que nunca pierde vigencia.

Y a juzgar por las tendencias de las capitales de
la moda, todo esto parece ser muy cierto, por lo que no sería de extrañar que
el mundo rosa y blanco, repleto de brillos y ribetes psicodélicos, en donde el
único orden suele ser la falta del mismo, nos acompañe, junto a su símbolo de
los dos angelitos creado por el arquitecto Italo Luppi, durante mucho tiempo.

¿Por qué no regresar a probar como le queda uno de estos modelos, entonces?