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Estufas a querosén: peligros y prevención

La calefacción de un ambiente en especial puede efectuarse con la efectividad de las conocidas estufas a querosén. La utilidad de estos artefactos muchas veces pueden generar dificultades en la salud, si no se saben manejar apropiadamente…

Este
tipo de estufas
son de corriente uso en hogares que no cuentan con un sistema
central o con la posibilidad de instalar un aparato con respiración exterior.
Para no encontrarse con imprevistos, lo primero que se debe hacer es elegir una
estufa con un centro de gravedad bajo, para reducir el riesgo de que se vuelque
con un golpe involuntario.

Al comprarla, hacer que el vendedor muestre cómo se opera en general. Y tener
la precaución de asegurarse de que la misma cuente con perilla de apagado
inmediato en caso de vuelco.

En el caso de
elegir una estufa importada, es preferible que tenga el sello UL (por Underwriters
Laboratories
) o FM (por Factory Mutual). Significa que ha superado
exámenes rigurosos de seguridad.

Además, no
dejar de comprar querosén del tipo y calidad indicado por el fabricante. El
querosén de baja calidad puede desprender más contaminantes, causando un
riesgo sanitario a la familia. Y también es importante no usar aditivos para
purificar querosén; su efectividad no está probada, y en muchos casos aumentan
el riesgo de incendios.

Para prevenir
este riesgo, nunca usar nafta o gasolina. Cantidades muy pequeñas de nafta u
otros combustibles o solventes volátiles pueden aumentar gravemente el riesgo
de incendio o explosión.

La
confusión es una de las causas de mayor incidencia en accidentes de este tipo:
siempre almacenar el querosén en un envase asignado específicamente para esa
sustancia.

Al comprar o almacenar querosén, no usar envases que hayan contenido
gasolina, aceites u otras sustancias. En algunos países los envases de querosén
suelen ser azules; los de gasolina, rojos.

La ventilación
es imprescindible en la precaución. Usar la estufa en una habitación que tenga
una puerta abierta al resto de la casa. Si esto no es posible, abrir unos 2 o 3
cm alguna ventana de la habitación que dé al exterior. Pero no usar la estufa
en lugares donde haya corriente de aire.

La
proximidad a elementos que puedan quemarse fácilmente es otra de las
precauciones que se tienen que tener en cuenta. Nunca poner la estufa en medio
del paso, frente a una puerta, o a menos de 1 metro de cortinas, frazadas u otro
material combustible.

Nunca usar
aerosoles, lacas, solventes o gasolina en la misma habitación. No usar la
estufa en la habitación donde se almacenan esas sustancias, así como jamás de
debe secar ropa sobre una estufa a querosén. Y nunca dejar una estufa a querosén
encendida cuando todos duermen, como así tampoco cuando la habitación está
vacía.

Si se producen
llamas fuera de control, no mover ni arrastrar la estufa. Eso puede estimular el
fuego. Si la estufa tiene perilla de desconexión manual, usarla inmediatamente.
Si el incendio avanza, salir de la casa y llamar a los bomberos desde la casa de
un vecino. No volver a entrar.

Pero
como recomendación principal, nunca encender una estufa a querosén si no se
sabe como. Esto evitará riesgos innecesarios que muchas veces son causa de
accidentes graves que ponen en peligro la vida de nuestra familia.