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Ese suéter viejo, mucho más útil de lo que parecía

Si pensabas tirar al cesto de la basura aquel suéter comprado hace años, deberías saber que podrías estar desaprovechando lana de mucha calidad, que podrías aprovechar para tejer una prenda nueva


Alguna vez fue muy bello, pero el tiempo es un tiempo arma inexorable que actúa sobre nuestra ropa. Así, tarde o temprano, aquel suéter que en algún momento fue nuestra prenda preferida, hoy en día ya se encuentra gastado y deshilachado.


También podría darse el caso de que el suéter sea de una excelentísima calidad, pero ya estemos cansadas de haberlo usado tanto, o bien que, en realidad, jamás nos haya terminado de gustar como nos sentaba, por lo que siempre durmió olvidado en un rincón del placard.


Pero sea cual sea el caso, se debe saber que no tendría sentido desecharlo a la basura, o dejarlo como alimentos para las polillas, especialmente si la prenda estaba confeccionada en base a un hilo costoso, pues esta materia prima bien nos podría servir para fabricar un gran número de cosas.


Volviendo el hilo al ruedo


El primer paso deberá ser deshacer las costuras. Para esto, deberá recortar con una tijera preferentemente pequeña, de forma muy detenida y delicadamente las costuras de unión, o sino correrá el riesgo de cortar el hilo mismo. Pero si esto ocurre, tampoco debe desesperarse, ya simplemente tendrá más pelotas del hilo, aunque cada una de ellas más pequeñas…


Luego, debería tener las partes originales del molde del suetér, tal como estaban antes de ser cocidas. Para desenredarlas, deberá asegurarse de comenzar desde los hilos que están rectos, y no los que los envuelven, para de esta manera, poder simplemente tirar el hilo a través de la fila y desenredar todo sin mayores inconvenientes. En cambio, si comienza por la otra hilera, el hilo se serpenteará sobre las puntadas y a usted se le armará un verdadero lío.


Cuando desenrede el hilo, sería ideal que otra persona le dé una mano para ir enrollando el hilo que va sacando, hasta que llegue al final de la longitud del que se utilizó originalmente. Luego haga un nudo flojo con otro pedazo de hilo, alrededor del nuevo hilo desenredado, pero sólo sobre un par de lugares, para que ambos hilos no se vuelvan a enredar.


Advertirá que el hilo está muy arrugado, como resultado de haber sido previamente tejido. De hecho, a causa de este mismo estado, el resultará difícil volver a tejerlo, y en efecto si trata de volver a utilizarlo así como está, la tela que fabrique se verá decididamente diferente que si la hubiese tejido con un hilo nuevo.


¿Cómo hacer, entonces, para enderezar este hilo? Pues bien, sabiendo que es lavable pero tarde mucho en secarse, se podrá aprovechar para lavar el hilo como de costumbre, pero luego dejarlo mojado y goteando. Así, si cuelga el hilo por ejemplo sobre el tubo de la ducha, o entre dos sillas, el hilo quedará perfecto cuando esté seco, pues el mismo peso del agua lo hará estirar.


Luego, ya podrá arrollar el hilo en pelotas o utilizar una devanadera de hilo. Muchas personas prefieren la devanadera de hilo pues permite que el mismo se saque desde el centro sin desenrollarse por todas partes. Incluso si saca el hilo desde un contenedor, como una botella, una caja de zapatos con hoyos, etc. el mismo será más complicado de maniobrar, y el resultado de aquello que vaya tejer no será el mismo que si el hilo proviniera de la devanadera, es decir se encontrara más liso.

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