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Envejecer no implica perder la memoria

¿Es cierto que a todos nos falla la memoria a medida que envejecemos? De acuerdo a investigaciones recientes respaldadas, este concepto es erróneo.

Investigaciones recientes respaldadas por
el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA, por su sigla en inglés),
sugieren que la pérdida de la memoria no es parte del proceso natural de
envejecer, y que el mantener la mente activa es la clave para mantener un buen
funcionamiento del cerebro.

El Dr. Andrew Monjan, Director del Programa de Neurobiología del Envejecimiento
en el NIA, que financia estudios en esa área en universidades y escuelas de
medicina alrededor de todo el país, afirma que la investigación sugiere que
quien no usa su memoria, la pierde. “Estamos cambiando el viejo mito de que
cuando envejecemos nos volvemos seniles. Estamos aprendiendo que la demencia y
la pérdida de memoria comúnmente asociadas con la edad no son, de hecho, parte
del proceso normal de envejecer”.

¿Por qué entonces algunas personas mayores, pero no todas, parecen
experimentar pérdida de memoria?
Varias enfermedades, que pueden tener efectos negativos sobre las células
cerebrales, tienen mayor probabilidad que el envejecimiento normal de causar
deficiencia cognoscitiva, expresa el Dr. Monjan.
Los estudios conducidos en los últimos dos años sugieren que mayormente la pérdida
de la función del cerebro puede ser atribuida a algún tipo de evento patológico
no relacionado directamente con la edad.
Entre las razones médicas que pueden causar disfunción o muerte de las células
cerebrales están las infecciones virales, problemas crónicos de insomnio,
problemas de alcoholismo crónico y abuso de drogas y desórdenes del cerebro o
del sistema nervioso, tales como la enfermedad de Parkinson o un historial de
derrames pequeños o accidentes cerebrovasculares.

Además, nuevas evidencias sugieren que la pérdida de algunas células
cerebrales- sobre todo ocasionada por alguna enfermedad- podría ser reversible,
explica el Dr. Monjan. Las células cerebrales pueden incluso ser reparadas y
regeneradas con un tratamiento médico apropiado, añade él.

También se están refutando otros mitos sobre la memoria, la edad y el cerebro,
expresa la Dra. Molly Wagster, Directora del programa de becas del NIA,
destinadas para realizar investigaciones sobre la neuropsicología del
envejecimiento.

Contrario a las creencias comúnmente respaldadas, las personas continúan
desarrollando nuevas células cerebrales durante toda la vida. “Antes se
creía que al nacer usted tenía todas las células cerebrales que debía
tener”, expresa ella, “pero nuevas investigaciones en el campo celular
nos dicen que las células cerebrales continúan naciendo aún en la etapa
adulta”.

Las altas tecnologías de imágenes – los avances que se conocen como resonancia
magnética funcional de la imagen (functional magnetic resonance imaging, FMRI)
y la tomografía de emisión de positrones (Positron emission tomography, PET) –
le permiten a los científicos ver por primera vez lo que sucede en el cerebro
de un individuo mientras está realizando tareas o procesando información.
La Dra. Wasgster dice que esos avances tecnológicos relativamente nuevos están
ayudando a los científicos a determinar cuáles regiones del cerebro son
responsables de ciertas actividades específicas.

Estas “revoluciones” en ese tópico también están arrojando luz
sobre la interrogante de cómo podemos aprender y recordar.
“En el presente algunos de nuestros investigadores están examinando cómo
el cerebro de una persona mayor memoriza y recupera información en comparación
con la manera en que el cerebro de una persona joven completa las tareas”,
explica la Dra. Wagster. “Definitivamente, esta es una de las áreas nuevas
de investigación más fascinantes, y estamos cosechando los beneficios para la
población de edad avanzada”.

Finalmente, tanto el Dr. Monjan como la Dra. Wagster enfatizaron que la noción
popular de que uno puede mejorar la memoria tomando suplementos dietéticos
tales como gingko biloba y vitaminas es actualmente una parte más de la
tendencia de nuestra sociedad de tratar de encontrar una solución rápida en
vez de hechos comprobados.
Se ha demostrado que el ginkgo incrementa la circulación de la sangre, lo cual
a su vez ayuda la función del cerebro, explica el Dr. Monjan.
No obstante, aclara él, la importancia exacta de usar gingko – más allá de
algunos efectos de placebo – todavía no se conoce. El NIHB a través de su
Centro Nacional de Medicina Alterna y Complementaria y a través del NIA, ha
iniciado un estudio clínico sobre los efectos que tiene el gingko sobre la
memoria.
“Yo pienso que todavía es prematuro añadir esas cosas a su dieta,
creyendo que aumentará su memoria”, nos informa el Dr. Monjan. “El
verdadero secreto para una función óptima de la mente es, como siempre nos decían
nuestras madres”, prosiguió él “coma, descanse bien y ejercite tanto
la mente como el cuerpo”.