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El síntoma, un sentido a producir

¿Pero qué ocurre cuando aparecen ciertas manifestaciones sintomáticas que no responden a lo orgánico?

Podemos diferenciar un síntoma desde el punto de vista de la medicina y desde el psicoanálisis. Para la ciencia médica, el síntoma es un índice de algo por ej.: la fiebre tiene que significar algo, se constituye en un signo, como el humo lo es del fuego.

¿Pero qué ocurre cuando aparecen ciertas manifestaciones sintomáticas que no responden a lo orgánico ?.

Dolores corporales, lesiones en la piel o sintomatologías que se reiteran sin explicación aparente.
Debemos tener en cuenta que el cuerpo, no es equiparable al organismo. El lenguaje transforma esa masa amorfa en algo capaz de ser nombrado, erotizado, rechazado, etc.

Partiendo de esta diferenciación, el síntoma para el psicoanálisis tiene un sentido, quiere decir algo, pero no es algo que está dado desde el vamos.

Cuando por ej. nos consulta un paciente y dice: "tengo taquicardia, sudoración, siento que me desmayo". "No puedo sacarme estas ideas de la cabeza", "voy nuevamente a ver si cerré la puerta varias veces". Estas frases en sí mismas , no dicen nada…

Para el psicoanálisis, tanto los síntomas, los sueños, como los chistes o actos fallidos, tienen un sentido, responden a algún deseo que no puede ser expresado directamente. Por eso, se podría decir, aparecen disfrazados, con otros ropajes.

Y para que algo de la verdad se produzca, hace falta un oyente, una puntuación, un corte. Un sueño necesita ser interpretado, un chiste, un acto fallido sancionados como tales.

Un síntoma puesto al trabajo de producir un sentido, a partir de lo que el sujeto trae en sus recuerdos, vivencias, silencios, dichos.

¿De que se trata aquello que insiste de tan diversas formas?

Podríamos decir que tiene que ver con una fuerza, una energía, relacionada con lo sexual ( como concepto mas abarcativo que lo genital, allí donde se obtiene placer en las distintas zonas del cuerpo ) lo pulsional.

Desde el vamos la sexualidad es traumática para el ser humano, no es instintual, no hay una adecuación entre el sujeto y el objeto de satisfacción. Hay ciertas condiciones que hacen a la vida erótica y a la elección de un objeto amado.

El síntoma es expresión de algo que insiste en ser reconocido, una forma de decir, lo que no puede ser dicho, una memoria del pasado.

Beneficio o satisfacción en la enfermedad

Junto al sufrimiento que el síntoma acarrea, este presenta cierta satisfacción no reconocible por quien lo padece y difícil de abandonar por el sujeto.

Ciertas fijaciones a modos de gozar , que aunque puedan provocar modalidades repetitivas en el accionar del sujeto, en su relación con los otros, el sujeto aparentemente se encuentra "adaptado" a ellas, extrayendo, a veces, un beneficio secundario a su padecer.

Nuestra tarea como analistas es poner a trabajar estas "certezas" con las que el sujeto se presenta a la consulta (significaciones plenas de sentido) "sufro de depresión", "soy tímida, inhibida, me cuesta relacionarme"; frases que nombran al sujeto pero que lo amarran a una posición. Partiendo de la palabra , trabajar sobre aquello que lo aqueja, perturba y que le impide ir acorde a su deseo.

Para finalizar podemos decir, que no se trata de anular ni de suprimir los síntomas, sino de ir hacia su causa, a la verdad que habita en él, encontrar un saber en eso que en un principio resultaba absurdo o extraño al sujeto.

Un alivio o mejoría sintomática se logrará por añadidura.

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