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El infortunio

Casi
siempre los escritores escriben los temas que agradan al público, por lo que los
temas con contenido negativo son eludidos. Hoy me quiero hacer un pequeño
resumen de un real problema que he vivido.


Lorena, una joven trigueña, alta, más gordita, que gruesa, pero muy bonita, de
cabellos negrísimos, brillantes y hermosamente ondulados, había terminado con
éxito sus estudios secundarios. Gana una beca para estudiar en Cuba.

Allá
solamente está un año, con notas excelentes relacionadas con la carrera de
Derecho y Ciencias Políticas, pero no regresa a la Isla, porque ya ha saciado su
verdadero interés que era conocer y divertirse un poco.


Ingresa a la Universidad Nacional de su país a continuar la carrera, e
inmediatamente se hace de muchas amigas, a las que siempre le ha guardado
fidelidad. Fue siempre más amiga de sus amigas, que amiga de su madre, quien
trabajó duramente para hacer a sus 4 hijos unos profesionales.


Lorena se sintió siempre relegada en cuanto a la atención que debió prodigarle
su madre; su madre se excusaba en la cantidad de trabajo, que como educadora
debió realizar siempre (día y noche) en escuelas privadas y estatales.

Unas
amigas le recomiendan que para bajar de peso debía fumar cierta sustancia
desconocida por ella, pero le advertían que si iniciaba esta costumbre, podría
rebajar, pero le sería difícil dejar de fumar la sustancia. Ella señaló que,
luego de alcanzar el peso deseado, ella tendría todo
el valor para dejar de fumar la sustancia recomendada.

Hoy
en día, lo que fue una hermosa joven, alegre, divertida, inteligente y
estudiosa, está convertida en una drogadicta de las muchas que recorren las
calles, arrastrado su vida, perdidos sus sueños en quién sabe que esquina de sus
37 años; con dos hijas sin padre, que no las conocen, con sus ideales dorados
frustrados, gracias a las drogas.

Esta
es una triste historia, que se repite a diario en casi todos los países del
mundo. Son muchas las Lorenas que han perdido su vida, su tiempo, su felicidad,
gracias a malos consejos, gracias a no tener la voluntad para decir que ¡NO!,
gracias a no conformarse con la figura que le dio la vida o buscar otra solución
a su problema de la gordura.

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