Las
alternativas de ahorro durante la vida laboral y la seguridad de un ingreso fijo
para la etapa jubilatoria
son los principales objetivos del seguro previsional.
Completando así los beneficios otorgados por el sistema jubilatorio oficial, ya
sea el régimen de reparto o capitalización.

Pero
el seguro de retiro dejó de ser sólo un complemento jubilatorio. Hoy en día,
a través de planes financieros, se pueden satisfacer proyectos de mediano y
largo plazo como sé observa al analizar los distintos tipos
de seguros que ofrece el mercado.

El producto de seguro
de retiro parte básicamente de un sistema de capitalización. El Fondo tiene
tres componentes: El componente de previsión en el que el usuario no administra
el fondo, la compañía lo hace por él.

El
Componente
actuarial que al llegar a la edad de retiro, el importe inicial de la renta de
una persona va a depender del fondo acumulado al momento de jubilarse y de la
tabla de mortalidad que utilice la compañía. Esta tabla refleja la expectativa
de vida de la persona sobre la base del sexo y la edad de retiro.

Y por ultimo
el componente financiero que se refiere al fondo acumulado al momento del
retiro, depende exclusivamente de los aportes que se realizaron, más los
intereses acreditados (que varían de acuerdo a la rentabilidad obtenida por la
compañía sé eligió).

Por
otro lado, los seguros de retiro funcionan de acuerdo a algunas normas
especificas. Se realizan aportes periódicos a un Fondo Individual a nombre de
la persona que lo requiere.

Los aportes de
ese Fondo se van capitalizando a una tasa determinada, que varía de acuerdo al
rendimiento de la compañía contratada.

Para eso existe
un rendimiento mínimo garantizado por las empresas emisoras que hoy es del 4%
anual tanto para las pólizas en pesos como en dólares. Y el Fondo (ahorro +
rendimientos) se puede retirar como:

• Renta Vitalicia

• Retiro Programado

• Retiro de totalidad del Fondo