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El divorcio y los niños

Consulta: ‘Tengo un niño de 7 años, estoy separada hace unos meses, quiero saber cómo puedo ayudar a mi hijo para que entienda que su papá ya no está en la casa y que nuestra separación es definitiva…’

¿Cómo afecta el divorcio a los niños?

Respuesta:

A pesar de abordarlo y hacer las cosas adecuadamente es imposible que no surjan momentos difíciles luego de una separación, ya que aparecerán nuevas situaciones a las que acostumbrarse y adaptarse.

Si realmente, y nadie lo duda, quiere lo mejor para su hijo no le prive nunca de su padre. Intente dejar a un lado el rencor, la venganza y sobre todo la falta de respeto hacia su ex.

Nunca debe utilizar a su hijo para hacer daño a su ex-pareja. Si esto ocurre, su hijo pensará que tiene poder sobre su relación de pareja, que si tiene poder entonces hubiera podido evitar que ustedes se divorciaran y le crearán sentimientos de culpabilidad.

El peligro del divorcio no es el divorcio en sí, sino las situaciones que le acompañan. Si estas situaciones siguen aportando seguridad y confianza al niño no tiene por qué haber ningún problema.

No olvidemos que lo que siente su hijo ante la separación es inseguridad, miedo a que si uno de sus padres le está "abandonando" igualmente puede hacerlo el otro. Demuéstrenle con hechos lo lejos que está de la realidad.

El miedo al abandono

Los más pequeños suelen volverse mimosos con el progenitor que tiene la custodia. No es más que una manera de gritar "¡No me abandones!". Sin embargo, no es bueno para su desarrollo psicológico volcarse en esta angustiosa demanda de afecto.

La mayoría de los profesionales están de acuerdo que los niños con edades comprendidas entre los siete y trece años son los más afectados por el divorcio de sus padres.

El concepto que hasta entonces habían aprendido de familia se les rompe por completo. Suelen descargar su ira con quien tiene la custodia, así es que cuando esto le suceda no haga caso a los comentarios tipo "¡Te odio, me quiero ir con mi padre!".

Son las típicas frases extremistas y crueles, en cualquier caso, con las que su hijo puede desahogarse.

Usted se divorció de su pareja, pero no su hijo de su padre/madre

Suele suceder que los hijos mitifiquen la figura de quien no tiene la custodia. Es algo muy normal, quien tiene la custodia tiene que enfrentarse a las situaciones, tanto buenas como malas, de la vida diaria y quien no la tiene trata de que el tiempo que pasa con sus hijos sea lo más maravilloso posible, le colma de regalos, le deja hacer lo que quiere, etc.

Si usted tiene la custodia y cuando su hijo llega de estar con el otro progenitor le cuenta entusiasmado lo bien que se lo ha pasado y las ganas que tiene de que llegue el próximo fin de semana, puede que le surjan sentimientos de rabia o "celos" al escucharle.

Es algo normal por muy buena que sea la relación con su ex, no obstante no caiga en el error de no escuchar sus historias o hacerle menos caso que si le estuviera contando su día en el colegio. Atiéndale y alégrese por él, en cualquier caso es la felicidad de su hijo lo que importa.

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