Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

El bautizo de Tomás

El borrachito Tomas estaba esa mañana con su botella de ron de ¾ de litros en la orilla de la playa, sentado en la arena blanca y arrecostado a una mata de coco….

Su mirada estaba perdida en la distancia
al igual que sus pensamientos. En su mente no había nada nuevo si no el
agolparse de sus recuerdos y memorias en esa cabecita saturada de alcohol.
        

Se escuchó un ruido de motor que se
acercaba. Tomas extrañado volteo hacia su derecha y era un autobús de color
azul claro, que venía a muy baja velocidad.. De su interior salían voces
entonando canciones y dando muestras de alegría. Se estacionaron como a 50
metros de la orilla y todas las personas empezaron a descender del autobús, una
por una, y a colocarse cerca del agua. Luego un señor todo vestido de blanco,
el Pastor tenia que ser por que su indumentaria era diferente a la de los demás
miembros del grupo, se paró frente a ellos y les dijo:
 

-Bien hermanos, agárrense de las manos y
vamos a irnos metiendo, poco a poco, en el lago hasta que nos llegue el agua a
la cintura, para poder realizar los bautizos.
        

Tomas observó cuando todas las personas
se iban metiendo en el Lago agarrados de las manos, pero no sabía el motivo de
por que estaban realizando esa actividad. Se levantó del suelo, se sacudió la
arena que tenía pegada en la parte trasera del pantalón, escondió la botella
atrás de la mata de coco y se dirigió hacia donde estaba el grupo. Cuando llego
escuchó al Pastor que decía.
        

-Bien hermanos, este es un día muy
especial, es el día en que vamos a encontrar a Jesús en estas aguas.¿Quien es
el primer hermano que quiere encontrar a Jesús?, que se acerque a mi, por
favor.  
        

Tomas no aguanto una segunda pedida.
Pasando por entre las personas que estaban allí se acercó lo más que pudo al
Pastor:
 

-Yo Pastor, hip, ¡yo
quiero encontrar a Jesús!.

-Muy bien, me
parece muy bien que aquí el hermano quiera encontrar a Jesús- El Pastor dijo
esto como cortesía solamente pero ya sabia que el recién llegado estaba
borracho y no podía hacerle un desprecio a un hermano, además pensó, de pronto
era un alma que podía rescatar de ese vicio. Siguió con la ceremonia. 

-Muy bien hermano,
tu vas a encontrar en el día de hoy a Jesús.
        

El pastor le
colocó la mano izquierda en el estomago a Tomas, y la derecha se la puso en la
cabeza por la parte de atrás de la nuca, con la intención de doblarlo hacia
adelante y meterle la cara en el agua para de esa manera cumplir con el
bautizo. Así lo hizo y lo tuvo como medio segundo allí en esa posición, con la
cara dentro del agua. Luego lo levantó, y mirándolo le preguntó: 

-Hermano,
¿Encontraste a Jesús?  

-No hermano, hip,
no lo encontré- le contestó Tomas.
        

El Pastor quedo
extrañado por esa respuesta y sin soltarlo lo volvió a doblar y a meterle de
nuevo la cara dentro del agua. Al minuto lo sacó levantándolo: 

-Hermano, dime,
¿Encontraste a Jesús? 

-No hermano, hip,
no lo encontré.-contestó Tomas con los ojos desorbitados y chorreando agua por
todas partes. Con las manos se limpiaba el agua de la cara.
        

El Pastor lo miró
de nuevo y enseguida lo volvió a meter en el agua. Al minuto lo saco de nuevo. 

-Hermano,
¿Encontraste a Jesús? –le preguntó. 

-Nooo Pastor, hip,
¡ La próxima vez te buscáis a un buzo !.