La búsqueda del propio nombre y apellido en
Internet es una conducta que
responde a la vanidad, aunque hay casos en los que solamente se mueve la
curiosidad. Sin embargo casi nadie se resiste a hacer una auto investigación y
ver lo que se dice de uno en caso de que exista información al respecto.

La palabra egosurfing apareció en 1995 cuando una revista dedicada a las nuevas
tecnologías creó la denominación para designar el hecho de buscarse por
Internet. Se creó también una página exclusiva llamada egosurf.com

“Creo que todos tarde o temprano caemos en esto del
narcicismo digital. Si
tenemos en cuenta la cantidad de visitas que tienen los buscadores a diario,
sería extraño que sucediera lo contrario y no sentir curiosidad sobre nuestro
rol en el ciberespacio.

Hoy en día encontrar a alguien gracias a la web es muy
fácil y es muy difícil de controlar cuando alguien hace referencia a uno en
la
red.

Puede no ser uno mismo el que se menciona, pero si otra persona lo hace,
nos etiqueta o escribe nuestro nombre y apellido eso está fuera de nuestro
alcance y protección”,
sostiene la psicóloga española Mónica Álvarez Zuñiga.

Según una encuesta realizada en 2007 por el grupo norteamericano Pew Internet &
American Life Project, el 47 por ciento de los adultos estadounidenses que
utilizan conexión a Internet han practicado el egosurfing alguna vez.

Seguramente si un nuevo estudio se llevara a cabo, la cifra sería mucho mayor
teniendo en cuenta que el acceso a Internet se ha masificado. El término ya ha
sido incluido en el Diccionario Oxford.

La privacidad de a poco se ha ido perdiendo. “En el caso de Internet, el
rastro que se deja es constante. No hay intimidad para nada y es muy sencillo
ser encontrado. Hoy en día es complejo saber de alguien que no se contacte por
este medio, ni tenga un perfil social o que no participe en algún foro donde
queda constancia de su paso.

Todo lo que signifique comunicación genera un
rastro imposible de borrar. Aunque la información encontrada sobre uno mismo sea
irrelevante no tiene por qué hacerse pública de un modo tan descarado.

A nadie
le agrada vivir constantemente en un escaparate. La sensación que queda de todo
esto es la falta de intimidad tan evidente y la poca posibilidad de hacer algo
al respecto para que exista una manera de poder borrar toda la  información y
caminos recorridos una vez terminada una búsqueda”, comenta la socióloga
española Constanza Carro 

Maneras de buscarse en Internet

Colocar en el buscador el nombre completo con y sin comillas. La idea es limitar
los resultados. El número de documentos obtenidos indicará el nivel de
popularidad, que no es lo mismo que el índice de importancia.

El nombre se puede
colocar en mayúsculas o minúsculas ya que no es un impedimento para el buscador
hacerlo de una u otra manera. Si el nombre o apellido lleva acento, no es
necesario prescindir de él.

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