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Dime con qué caminas…

Breve tipología de los zapatos y sus dueños.

El
zapato
, un elemento más de los tantos que nos ponemos cada mañana. Quizás, más
bien, seguro, algo indispensable (¿quién sale de su casa para ir a trabajar, a
la facultad, o a donde sea, sin zapatos?).

Sí,
sin lugar a dudas, una prenda infaltable en el vestir cotidiano. Podremos salir
sin cartera, sin cinturón, sin bufanda, sin corbata, sin medias, y hasta sin
ropa interior -sé de una persona que lo hace-, pero ¡¡¡descalzos!!! Muy
extraño.

Definitivamente, los zapatos, aunque no nos demos cuenta, son algo
inolvidable e imprescindible, que siempre estarán acompañándonos vayamos dónde
vayamos. Sin embargo, no creo que seamos plenamente conscientes de su
importancia.

¡Si
supiéramos cuánto dicen de nosotros nuestros zapatos!

Quien
anda alpargatas, seguramente será muy gauchita, en pareja con un ingeniero agrónomo,
y amante del campo, del mate, de los caballos, de la Rural, y de Los
Chalchaleros.

Por el contrario, un hombre que aparece el domingo en misa con
botines Nike embarrados hasta el tobillo, indubitablemente vendrá del club, de
jugar al fútbol o de practicar algún deporte.

Un
hombre que usa zapatos gastados, o zapatillas con agujeros y descuidadas, podrá
pasar por cancherito. En la mujer, el tema es notablemente distinto.

Si lleva
zapatos rotos, esto nunca podrá ser visto como un rasgo positivo. Se la tildará
de sucia, de dejada, y de desprolija; o, en el mejor de los casos, se la
justificará, porque es su par preferido, comprado hace ocho años, y aún el más
cómodo del placard.

Es
muy probable que una mujer arriba de un par de tacos o botas altas sea amante de
la noche. Tal vez, algo acomplejada por su baja estatura. Otra, con mocasines de
gamuza sobrevivientes de otras épocas, preferirá vivir de día, ir al cine con
amigas entre semana, y, los domingos, organizar almuerzos familiares rodeada de
toda la familia.

Quien
siempre se esfuerza por comprar el par más extravagante de todo el negocio, y
usarlo en el momento en que a otros más despista (recuerdo que una vez vino a
casa una prima mía, con sandalias que tenían cuatro velcros que se enrollaban
alrededor del empeine, y abajo… ¡medias artesanales de lana!) es una persona
original.

Si predominan las
pantuflas, será una señora de
entrecasa, tranquila, apasionada por la
literatura, miradora nata de televisión, fiel oreja de las eternas
conversaciones con su marido, y seguidora de la vida sin riesgos.

Hoy
en día, la señora en zapatillas tiene una onda joven pero un tanto nostálgica
y que además supo conjugar dos valores que no siempre van unidos: comodidad y
moda. Pero, ¡ojo! La marca es clave. Será fashion si son Reef o Adidas. Por el
contrario, jamás tendrá onda con unas Reebok classic negras.

Usar
sandalias
en pleno invierno, o botitas abrigadas bien entrada la primavera, es
una señal de inadaptación. Por supuesto que también está la opción de
circular en patas. Aunque esto prefiero dejarlo para mi próximo ensayo.

Antes,
un último consejo: aunque vayamos muy bien vestidas, no olvidemos el
"detalle" de nuestros zapatos.

Y
tú, ¿te identificaste?.

Fuente:
Mujer
Bonita

 

 

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