Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Diario de una semana en el gimnasio

Querido Diario: Ahora que acabo de cumplir 50, mi marido me regaló un cupón válido para una semana de entrenamiento personal en un buen gimnasio local…

Independientemente de que yo esté en excelente forma, pensé que era una buena idea para intentar detener ese proceso de nalgas caídas que a todas nos ataca. Llamé al gym e hice mi reserva con un personal trainer llamado Bruce, quien se auto-describió como un Instructor de Aerobics de 26 años y modelo de trajes de baño y ropa deportiva.
Ya en el gym me recomendó que llevara un diario para ir documentando mi progreso y aquí se los envío:

Lunes

Empecé mi día a las 6:00 A.M. Bastante difícil levantarse de la cama a esa hora.
Pero todo cambió cuando llegué al gimnasio y vi que Bruce estaba esperándome.
Parecía un dios griego: rubio, ojos expresivos y una gran sonrisa.
Bruce me hizo un tour y me mostró los aparatos y me tomó el pulso después de 5 minutos en la bicicleta fija. Se alarmó de que mi pulso estuviera tan acelerado pero yo lo atribuí a él, vestido con su malla de lycra, estaba muy cerca de mí… Disfruté bastante viéndolo dar su clase de Aerobics, después de terminar mi inspirador día de ejercicio.
Bruce me estaba motivando cuando hacía yo mis sentadillas, a pesar de que ya me dolía la barriga de tanto meterla para adentro, cada vez que Bruce pasaba junto a
mí.

Martes

Me tomé dos jarras de café, pero finalmente logré salir de la puerta de mi casa. Bruce hizo que me recostara boca arriba, me puso a levantar una pesada barra de metal y después se atrevió a ponerle ¡¡¡pesas!!!.

Mis piernas estaban un poco debilitadas por la cinta pero logré completar
¡UN KILÓMETRO COMPLETOOO!. La aprobadora sonrisa de Bruce hizo que todo
valiera la pena…¡ me sentía fantástica !… era una nueva vida para mí.

Miércoles

La única forma como conseguí lavarme los dientes, fue poniendo el cepillo sobre el lavatorio y moviendo la cabeza a ambos lados encima de él.
Creo que tengo una hernia en los pectorales. Manejar no fue tan difícil: sólo al frenar y dar vueltas al volante, estacioné encima de una motito… Bruce se estaba impacientando conmigo por considerar que mis gritos molestaban a los demás socios del club. Su voz resulta un poco aguda a esas horas de la mañana y cuando grita se vuelve nasal y es muy molesta.
Me duelen las “chichis” cuando me subo a la cinta, así que Bruce me subió a la escaladora. ¿Por qué mierda alguien inventó una máquina para hacer algo que se ha vuelto obsoleto con los ascensores?
Bruce me dijo que me ayudaría a ponerme en forma y a disfrutar la vida…; otra de sus tantas pendejadas…

Jueves

Bruce me estaba esperando con sus jodidos dientes de vampiro y con su sonrisita estilo Jack Nicholson en Batman. No pude evitar llegar media hora tarde: fue el tiempo que me llevó ponerme los zapatos. El reventado de Bruce me puso a trabajar con las argollas pero, cuando se distrajo, salí corriendo a esconderme en el baño de hombres. 

Viernes

Odio al hijo de puta de Bruce más que a cualquier otro ser humano que haya odiado en la historia del mundo.
Estúpido, famélico, anémico, sorete, pendejo y facherito sin cerebro.
Si hubiese una parte de mi cuerpo que pudiese mover sin un dolor desesperante le rompería todo a su puta madre.
Bruce quiso que trabajara en mis tríceps…¡YO NO TENGO TRICEPS!…y si no quiere que joda el piso o lo rompa, que no me pase las putas barras o cualquier otra cosa que pese más que un sándwich…
La bicicleta fija me hizo desmayar y desperté en la cama de una nutricionista, una flaca pelotuda que me dió una cátedra de alimentación sana, ¡claro! la muy pendeja no tiene la más puta idea de lo que es cagarse realmente de hambre. ¿Por qué no me pudo tocar alguien más tranquilo, como un maestro de costura o un estilista?

Sábado

El pelotudo de Bruce me dejó un mensaje en mi contestador con su vocecita de re-puto preguntándome porqué no fui hoy. 
El sólo escucharlo me dió ganas de cagar a patadas al contestador, pero no tenía la fuerza suficiente ni para levantarlo, incluso ni para levantar el control remoto de la tele, así que me banqué 11 horas seguidas viendo el maldito National Geographic… puro pajarito brincando de rama en rama.

Domingo

Pedí al chofer de la camioneta de la iglesia que me viniera a recoger para ir a misa y agradecerle a Dios que esta semana haya terminado.
También recé porque el año que viene, el reventado de mi marido, me regale algo un poco más divertido, como una endodoncia, o una laparotomía de vesícula biliar…
Andá a cagar.!!!!!!!!!

Enviado por Martín. ¡Muchas gracias!

Si quieres agregar más sonrisas a tu
vida, descarga ahora nuestro libro gratis de Humor judío
haciendo clic
aquí
.
O inscríbete gratis en nuestro Taller
de la Risa
, haciendo clic
aquí
.