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De amigos a socios

Es muy tentadora la idea de compartir nuestros emprendimientos comerciales con la o las personas en quienes más confiamos. Sin embargo, sin una planificación adecuada, no sólo podríamos perder nuestros activos económicos, sino también los afectivos…


Son muchas las personas que consideran la posibilidad de comenzar una
pequeña
empresa,
y gran parte de ellas poseen los medios necesarios como para montar
individualmente estos negocios, y ser de esta forma sus únicos propietarios.

Sin
embargo, otra gran cantidad de gente, necesita de un aporte extra, económico o
estratégico, que hará que su negocio deba convertirse en una sociedad de dos o
más personas.

 Existen además varios beneficios en formar una sociedad para comenzar una
pequeña empresa, ya que, por ejemplo, se puede combinar las habilidades,
conocimientos, y capital financiero de dos o más personas, y todos los riesgos
se dividen por la mitad o más partes.

De cualquier forma, si los socios son
también amigos, los problemas que podrían presentarse en el negocio podrían
afectar drásticamente, incluso a la amistad en sí misma.

Por lo tanto, antes de comenzar un negocio con un amigo, es importante examinar
todas las ventajas y desventajas de dicho movimiento. Comience haciéndose las
siguientes preguntas:

 ¿Conozco bien a esta persona?


¿Es hábil para los negocios?


¿Cuál es su ética de trabajo?


¿Estaría él o ella dispuesto a hacer sacrificios y a trabajar especialmente duro
ara conseguir que el negocio salga a flote?


¿Cuan fuerte es nuestra amistad?


¿Puede soportar las tensiones que implica el
funcionamiento de un negocio?


¿Nos solemos comunicar bien?


¿Existe otra gente a la que podríamos acudir por ayuda, consejos, y posible
mediación si encontramos dificultades (esto es especialmente importante sí usted
y su amigo tienden a ser, entre sí mismos, los únicos confidentes con los que
cuentan?

Las respuestas a estas preguntas pueden proveerle de valiosa información con
respecto a sí este amigo es o no el socio apropiado como para comenzar un
negocio.

Por ejemplo, si la ética de trabajo de su amigo no es tan fuerte como
la suya, es muy probable que surjan problemas en el camino, ya que podría
encontrarse poniendo más tiempo y energía en los proyectos, antes que su socio.

Como resultado, comenzaría a sentir una sensación de resentimiento con esta
persona, que devengaría en problemas prácticos concretos.

Por otra parte, al planificar comenzar un negocio con un amigo, también puede
ser muy beneficioso examinar las posibilidades de trabajo con esta persona ya
conocida,  puesto que usted ya sabe los hábitos e historia laboral de su
potencial socio.

Si él o ella tienen una historia sólida, es decir han llevado a
cabo trabajos por períodos de tiempo largos, trabajan hasta tarde, han
ascendido, reciben aumentos o premios debido a su trabajo ejemplar, usted podrá
estar lo suficientemente seguro de que serán unos buenos socios para los
negocios.

Si, en cambio, esta persona suele ser bastante inestable en los
trabajos, o cambia de trabajo a menudo, es posible que desee reconsiderarla como
su potencial socio.

 Otro punto importante para considerar es cuan objetivo puede ser usted con
respecto a esta persona. Por ejemplo, está el caso real de una sociedad
productora de camisas, formada entre dos hombres, uno de los cuales casi adoraba
al otro como su padre o hermano mayor, considerándolo un héroe que no podría
hacer ningún mal.

Debido a esta elevada opinión con respecto a su socio, él
montó toda una empresa de negocios basada en falsas ideas sobre las capacidades
laborales de su socio. Desafortunadamente, la pequeña empresa fue un fiasco
total, ya que nadie sabía manejarla, y esto también destruyó la amistad.

 Por eso, si usted cree que no puede ver a su amigo de forma objetiva, consúltele
a algún tercero de confianza, que los conozca bien a ambos, para que le
proporcionen una opinión honesta al respecto.

Finalmente, si decide comenzar un negocio con un amigo, su primer paso debería
ser consultar a un abogado y hacer un acuerdo escrito y legalizado.

Este acuerdo
debe contener información tal como la cantidad de inversión de cada socio; la
división de tareas y de sueldos; y qué sucedería si un socio desease separarse o
cambiar algo de lo estipulado. Todos los detalles del acuerdo, deben contener
una misma protección legal para los intereses de cada una de las partes.

Si
bien es cierto que tres de cuatro pequeñas empresas son propiedades
individuales, los cientos de sociedades entre amigos que se forman cada año en
el mundo, y funcionan de manera exitosa, dan cuenta de la viabilidad de este
tipo de negocios.

Con la planificación apropiada y un correcta examen de todos
los detalles aquí enumerados, no habría y razones para que su amistad no pueda
sobrevivir, e incluso incrementarse, por los rigores propios de tener un negocio
conjunto.

 

 


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