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Cuidado básico del cabello

Una guía práctica con consejos prácticos sobre los cuidados que cada tipo de pelo necesita.

Pero, ¿qué
es el pelo?

El
pelo nace en el cuero cabelludo, tiene una raíz a través de la que se alimenta y
un tallo (el pelo), que crece hacia fuera del cuero cabelludo.

Bajo el cuero cabelludo el bulbo piloso constituye un abultamiento donde la raíz
penetra hasta cinco milímetros de profundidad.

El bulbo esta conectado con la papila térmica –parte vital del cabello que
trabaja durante 24 horas-, una o varias glándulas sebáceos y un músculo erector.

 Los vasos sanguíneos llegan hasta la papila, enlace entre el cabello y el resto
del organismo, a través de los cuales este recibe oxígeno y alimento. El tallo está constituido por tres capas concéntricas:

· La cutícula
Es la capa más externa y cumple un papel protector.
Esta formada por capas de células corneas y planas, que oscilan entre tres y
diez capas, superpuestas unas sobre otras en forma de escamas.

· El córtex
Es la capa que comprende el 75% del pelo, y donde se halla la queratina y la
melanina.
La queratina es una proteína fibrosa fabricada por la raíz, de la que depende la
textura y la apariencia del cabello.

La melanina es el pigmento que da su color al pelo.

· La Méula
Es el centro del tallo y esta constituido por células muertas.

EL CICLO VITAL DEL CABELLO

El
cabello cumple en todas las personas y a cualquier edad el ciclo vital de:
nacimiento, crecimiento y muerte.
Cuando el pelo está sano, el 85% esta en crecimiento, mientras que el 15%
restante esta desprendiéndose.
Por eso es normal perder diariamente entre 30 y 60 fibras capilares.

El crecimiento del pelo es de 1 a 1,5 cm. Por mes, y con mayor rapidez entre los
quince y los treinta años.
Su caída o desprendimiento se incrementan en otoño y en primavera.
El pelo sano es resistente, elástico y permeable.

Su permeabilidad (hasta un 40% de su peso en agua), es lo que permite la
penetración de sustancias químicas que posibilitan los cambios de su apariencia y de su color.

EL CABELLO Y LA SALUD

Tanto
la piel de una persona como su cabello muestran su estado vital: el estrés, las
intervenciones quirúrgicas, el alcohol, el tabaco, las enfermedades en general,
el cansancio, el embarazo, las menstruaciones, los fármacos ingeridos en forma
habitual, los anticoagulantes, la hormona tiroidea, los antirreumáticos y los
antimicóticos, así como el exceso de aplicaciones de sustancias químicas sobre
el
pelo como tinturas, decolorantes, lociones para permanente o para el alisado
químico, productos inadecuados para la higiene, o una higiene deficiente, son
factores que tienden a debilitar el pelo, que podrá presentar síntomas de
sequedad, de grasitud, dificultad para desenredarse, caída excesiva, falta de
brillo, puntas abiertas o florecidas,  manifestaciones todas de un pelo en malas
condiciones.

La
alimentación del cabello proviene de la sangre.
Seguir una dieta equilibrada en nutrientes es siempre la base de la buena salud,
y los oligoelementos son el material indispensable para que una dieta sea
orgánica y estéticamente adecuada.

Los oligoelementos desempeñan un papel fundamental en la formación del pelo. Se
infieren con los vegetales, las verduras, las legumbres y los complejos
vitamínicos.

Los minerales son también necesarios para nuestro cabello. Podemos citar al
Zinc, al calcio, el manganeso, el hierro.

EL CABELLO NORMAL: LA EXCEPCION

Autodiagnóstico

El
cabello normal, lacio u ondulado, es un cabello equilibrado que no sufre grandes
alteraciones ni con el paso del tiempo ni con la aplicación de productos
químicos.

Su apariencia presenta características de: suavidad al tacto, brillo, facilidad
de desenredar y de peinar, y no se abre en las puntas.

Cuidados cotidianos

Lavado
diario con champú suave, enjuague profundo con agua tibia, y mascarilla
nutritiva cada 15 días.

EL CABELLO SECO

Este
tipo de cabello abunda cada vez más, como consecuencia de las tinturas, las
permanente, los modelados, el uso del secador, de la planchita y las carencias
vitamínicas de la dieta actuales.
También puede tratarse de una sequedad estacional, por acción intensiva del sol.

Un cabello es seco desde el punto de vista orgánico cuando las glándulas
sebáceas cumplen su función en forma desequilibrada, provocando una mala
lubricación de la fibra capilar.

Cómo se reconocen

Son
cabellos ásperos al tacto, frágiles, sin brillo, con las puntas habitualmente
divididas en dos, o sea "florecidas".

Cuidados específicos

Se
recomienda el uso frecuente de productos nutritivos e hidratantes, desde champú,
hasta cremas desenredantes en cada lavado y mascarillas que deben usarse lo
mínimo una vez a la semana.

En las vacaciones, es imprescindible el uso de aceites protectores durante las
horas de playa. Crean una barrera protectora que impide que aumente la sequedad del pelo.

Debe ser secado al aire libre, ya que el calor del secador aumenta su sequedad y
su aspecto pajizo.
Se recomienda también la ingesta de vitaminas A y E.

CABELLOS GRASOS

Las
glándulas sebáceas en estos cabellos segregan un exceso de grasa que provoca una
lubricación excesiva del pelo.

Las causas suelen ser:
· Hereditarias.
· Por desequilibrios hormonales.
· Por alteraciones el sistema nervioso.
· A veces, por ingestión de anticonceptivos.

Otras
veces, el pelo puede estar temporalmente graso debido a:

·
Agotamiento

·
Menstruación

·
Ansiedad

·
Fiebre elevada o prolongada

Cómo se reconocen

Se
reconocen por su aspecto oleoso, con las fibras pegadas entre ellas.
Parecen siempre sucios por la mayor adherencia de la polución ambiental.
La mayor cantidad de grasa aparece en las raíces, por su proximidad al cuero
cabelludo, donde se encuentran las glándulas sebáceas.

Cuidados específicos

No
lavar nunca con un champú demasiado detergente, sino con uno especifico para
cabellos grasos, con el fin de rectificar el exceso de grasa y restablecer el equilibrio.

Hay que lavarlo cuantas veces sea necesario, pero sin masajear el cuero
cabelludo, de modo de no activar aun más las glándulas sebáceas.

Los productos se aplican suavemente con la palma de las manos, haciendo círculos
y sin presionar el cuero cabelludo.
Evitar todo tipo de agresiones: Cepillado, agua caliente (sólo templada), agua
fría, aire de secador.

CABELLOS MIXTOS

La
grasa se distribuye cerca del cuero cabelludo, dejando las puntas totalmente
secas.

Cuidados específicos

El
champú se aplica en dos tiempos: La primera dosis se aplica sobre el cuero
cabelludo, masajeando el producto sin presionar demasiado, y la segunda dosis se aplica sobre el tallo capilar y las puntas, lavándolos como corresponde.

Luego de enjuagar en forma abundante y sin masajear, se colocan las cremas
desenredan tez y las mascarillas nutritivas e hidratantes a lo largo de la fibra
y en las puntas del pelo, haciéndolas penetrar con movimientos que sigan el largo del
pelo por mechones, evitando cuidadosamente tocar o tironear el cuero cabelludo.