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Condiciones básicas necesarias para un buen terruño

Dime de donde viene el vino, y te diré qué tan bueno es…

La calidad y la capacidad de añejamiento de un vino están íntimamente relacionada con el lugar donde crecieron las vides con que fue elaborado. El desarrollo de la uva se ve altamente condicionado por las características del suelo y del clima de la región en la que los viñedos crezcan.

 

Las vides son influenciadas por los minerales y el agua que absorben del suelo, así como con la luz que procesan sus hojas. Pero también sucede que la uva se modifica independientemente de la planta, esto es por la luz y el calor que puedan recibir según la zona.

 

Tanto las zonas de poca insolación  y bajas temperaturas como las muy soleadas y cálidas son inadecuadas para hacer vinos buenos y añejables.

 

Las características necesarias para un buen terruño son básicamente cuatro; Latitud, clima, suelo y altitud.

 

LATITUD: Todos los grandes terruños vitivinícolas están ubicados entre los 30 y los 50 grados de latitud tanto en el hemisferio norte como en el sur, con algunas excepciones.

En estas latitudes intermedias el clima cobra un carácter templado permitiendo que las uvas se desarrollen lentamente hasta su punto de madurez.

 

CLIMA: Ya ubicados en la latitud adecuada, se deben descartar todas las regiones demasiado húmedas, de clima lluvioso y poca insolación. Las mejores son las regiones  de clima seco y árido, con escasa lluvias anuales que se concentren sobre todo a fines del otoño y en el invierno.

 

Otro factor importante, para la calidad de los viñedos, es la amplitud térmica, abundante sol durante el día y fresco durante la noche. Esta variación de temperatura facilita la formación de las sustancias aromáticas y ayuda a la fijación de pigmentos responsables del color y el desarrollo de los componentes que otorgan cuerpo y estructura al vino.

 

Los vinos resultantes son de grandes cualidades aromáticas, de buen color y mucho cuerpo, condiciones imprescindibles para que un vino sea añejable.

 

SUELO: Las vides no se llevan bien con los suelos fértiles. Por el contrario prefieren suelos pobres en materia orgánica, sueltos y profundos donde las raíces corran con facilidad y el agua escurra rápidamente

 

Más allá de estos factores son fundamentales los componentes geológicos de la tierra. En los suelos debe haber predominio de arcilla y de caliza con eventual presencia de arena, piedras, gravas y material de origen volcánico.

 

ALTITUD: Este factor cobra importancia especialmente en Argentina, donde la mayoría de los viñedos se encuentran entre los 350 y 2300 m. sobre el nivel del mar. A mayor altitud aumenta la amplitud térmica y mejora la radiación solar, favoreciendo esa maduración lenta de la que ya hablamos.

 

Las zonas más altas se encuentran alejadas de las grandes poblaciones y por ende de la contaminación produciendo una materia prima especialmente sana.

 

Los Valles Calchaquíes, a pesar de encontrarse en una latitud inferior a los 30 grados  (25 exactamente), son excelentes como terruños, precisamente por la altitud en la que se encuentran.          

 

Se producen excelentes vinos tanto en zonas marítimas, como Bordeaux, en zonas continentales, como Cuyo, en zonas ventosas, como el centro de España o en zonas sin viento, como en los valles de Chile, en lugares llanos, ondulados, inclinados etc.
 

Gentileza Vinoteca Pequeña Bodega

Av. San  Martín 2626, Florida. Tel.:  4797-7663
   

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