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Cómo ahorrar en las comidas cuando se está de viaje

Viajar incluye comer muchos días fuera de casa y en lugares ajenos, lo que aumenta sensiblemente el presupuesto de un viaje (sobre todo si eres de buen diente). ¿Qué hacer para no ‘comerte’ todo el dinero de tus vacaciones?


Salir de viaje
implica, casi de antemano, saber que necesitaremos insumir una
parte de nuestro presupuesto en pagar comidas. Pero claro, la opción de comer
siempre en un restaurante puede ser demasiado costosa y muchas veces sin
sentido.

te, hay que priorizar el
menú del día
que suele incluir gaseosa, café y/o postre. Si esto no resulta posible,
olvidarse de la entrada e ir directamente al plato principal, puede ser una
buena opción.


Demás está decir que comer con gaseosa o agua suele ser la opción más económica,
ya que el vino encarece la suma total. Y si esta acompañado, pregunte por
bebidas de tamaño familiar.


Del mismo modo, si come con niños, pregunte por
menúes infantiles, para no
desperdiciar comida y dinero a la vez.


Algo que puede ayudar y además, aportar salud es pensar las opciones
vegetarianas ya que los platos vegetarianos en un menú casi siempre son las
opciones menos costosas.


Si viaja con compañía, debe tener en cuenta las porciones abundantes que se
venden en algunos lugares. Allí puede elegir compartir un plato con su
compañero. Si viaja solo, ya no está mal visto pedir al mozo que le prepare para
llevar lo que le sobró. Esa comida lo sacará del paso al día siguiente.


El pan y la propina no suelen ser tenidos en cuenta, pero revise la cuenta para
evitar adicionales inesperados.


Si se aloja en un hotel sea precavido. Compre en un supermercado o tienda
colaciones que seguramente, compradas en el hotel o en el frigobar hasta
triplicaran el precio. Y además no descarte llevar un calentador de mano, para
disponer de infusiones calientes a costo mínimo.


Y opte, dentro de sus posibilidades, por hacer al menos una de las dos comidas
principales dentro de la habitación. Sandwiches, ensaladas ligeras y productos
secos son buenas elecciones.


Sobre todo para merendar o para la media tarde, opte por prepararse una infusión
y comer por ejemplo, unas galletas.


Además, pregunte a los lugareños por las tarifas de los lugares para comer
fuera. Seguramente será mejor que ir por allí sin recomendación alguna.


Por Clarisa Ercolano


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