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Broches, pendientes, pulseras y collares: ¿cómo organizar un buen joyero?

¿Sientes que ese vestido quedaría genial con un broche llamativo? ¿Tienes toda clase de alhajas en tu joyero y no sabes qué hacer con ellos? ¿Quieres adquirir nuevas alhajas pero no sabes qué comprar? Si es así, estos prácticos consejos son para ti

Somos muchas las que tenemos una poderosa debilidad por los broches inusuales. De hecho, hay quienes coleccionan broches desde la adolescencia y llegan a la adultez con cientos o miles.  

Seguramente, tú también tienes algunas piezas de joyería que ocasionan comentarios cada vez que las usas. Aretes, collares, pulseras, o cualquier otra, posiblemente tengas algunas alhajas que amas usar porque te destacan del resto; y eso es algo que te hace sentir muy bien. 

Por otra parte, también es factible que tengas algunas cosas inusables en tu caja de alhajas. Aquellos regalos que no iban contigo, comprados por personas que estaban pensando en quién sabe qué, han ido a parar también a tu colección –aunque no hacen mucho más que juntar polvo-.  

Asimismo, están aquellas piezas que compraste hace años y hoy al mirarlas no puedes sentir menos que aversión. Entonces, ¿cómo crear una colección de alhajas que te sirva para ir a cualquier parte y evitar adquirir nuevas porquerías en el proceso? 

La respuesta es: planificando. 

Al igual que tu guardarropas, tu joyero puede maximizarse de modo que de un poco se haga un montón. Si eliges cuidadosamente, unas pocas piezas importantes pueden ayudarte a crear una variedad de estilos que enaltezcan tu conjunto y definan tu estilo. Esta es la forma de hacerlo: 

1.      Limpia tu alhajero

Hazte un tiempo para revisar minuciosamente tu joyero. Separa aquellas piezas que no usas desde hace tiempo y regálalas a alguien que pueda darles mejor uso. Si hay alhajas rotas, procura repararlas. Si tienes joyería fina y costosa que no usas –reliquias, tal vez-, fíjate si puedes rediseñarla para adaptarla a tus necesidades. Si esto no te parece bien, puedes venderlas a través de la joyería del barrio, empeñándolas, o a través de un sitio Web de ventas. Si no estás usando esas piezas en la actualidad, es mejor desprenderte de ellas para poder dejar espacio a otras que sí quiera usar. 

2.      Calcula el valor de tu inventario

Una vez que hayas escudriñado tu joyero, mira las cosas que usas sobre una base regular. ¿Por qué las usas? ¿Qué es lo que tienen en común? ¿Son de colores similares? ¿Forma? ¿Tamaño? Una vez que puedas identificar por qué estas piezas te resultan atractivas, sabrás qué buscar a la hora de agregar ítems a tu colección en el futuro.  

3.      Organízate

Pon tus piezas de vuelta en el joyero, en una forma que tenga sentido para ti. Pon todos los broches, todos los anillos y todos los brazaletes juntos. Esto puede hacerse en el mismo joyero o en algún otro contenedor que se adapte a tus necesidades. Se ha visto a mujeres usando cubiteras, cajas divisoras, e incluso pastilleros para separar y guardar broches y aretes. Éstos, generalmente, son adecuados para piezas de bajo costo. La joyería fina, por su parte, es mejor que esté ubicada en contenedores forrados con felpa o terciopelo, de modo que las piezas no se rayen o estropeen. Dondequiera que pongas tus piezas de joyería, asegúrate de que puedas acceder a éstas en forma fácil. Si te resulta difícil llegar a ellas o están fuera de la vista, entonces no las usarás. 

4.      Ve qué está faltando

Si regularmente te paras frente al espejo, vestida en un hermoso conjunto, y piensas: “Esto luciría verdaderamente bien con un buen collar” (o con unos aros colgantes, o una pulsera brillante, o lo que sea), entonces esas son las piezas que debes conseguir primero. Confecciona una lista. Pon una estrella junto a las piezas que más desearías usar. 

5.      Sal de compras

Cuando estés lista para adquirir nuevas piezas de joyería, procura hacerlo de forma inteligente. Si usas determinados tipos de prendas o tienes un esquema de color predominante en tu guardarropa, elige piezas que combinen bien con éstos. Siempre mantén en mente las reglas de proporción de modo que no compres cosas que aplasten o expandan tu cuerpo. Si piensas gastar en piezas finas y costosas, como pendientes de diamantes o un collar de perlas, opta por estilos y tamaños clásicos. Desde ya, conseguirás usar más estas piezas que aquellas que forman parte de modas pasajeras. 

Si notas que tu lista es más grande que tu presupuesto, mueve algunos de estos artículos a tu lista de deseos de cumpleaños, aniversario o vacaciones –colocando fotos de los mismos si es posible, o el tiempo podría modificar tu imagen mental del objeto-. Mientras que algunas personas, al hacer regalos, obsequian artículos maravillosos por cuenta propia, otras personas –aunque generosas- necesitan un poco de direccionamiento. Por lo tanto, puedes ofrecerles fotos del artículo, el nombre de la tienda donde se encuentra, y hasta el nombre del vendedor, en vistas de terminar adquiriendo lo que deseas. De esta manera, todos estarán felices.

Agregar artículos a tu colección de alhajas es similar a agregar prendas a tu guardarropa: ves lo que tienes, ves lo que necesitas, y te liberas de aquellas cosas que ya no hacen falta. Organizarte es la única forma de hacer esto bien.

Y, ¿quién sabe? Una vez que inicies la tarea y mires a tu alrededor, podrías encontrar que tienes más de lo que creías y que no es necesario salir de compras. Sólo arréglate y disfruta de las posibilidades que ofrece tu joyero.

¿Crees que esa barriguita bien cultivada hará que ninguna prenda te vuelva a sentar apropiadamente? ¿Te sientes rara cada vez que te miras al espejo y ves que el 80% de tu cuerpo son “piernas”?

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