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7 mitos sobre los implantes de pechos

La mamoplastia es una de las operaciones de estética más demandadas, pero no obstante siguen circulando un gran número de leyendas urbanas respecto a esta intervención. Con la ayuda del cirujano plástico Federico Pérez de la Romana, desmentimos algunos de estos mitos: 


  1. Los implantes mamarios han de cambiarse


La vida de las prótesis mamarias es mucho más larga de lo que se piensa. Las
prótesis que se están utilizando actualmente son de muy alta calidad y
no tienen
fecha de caducidad concreta .

Aunque es cierto que a
partir de los 10 años el riesgo de alteración del implante aumenta, sólo
habría que sustituirlo en caso de que se rompa o se presente algún otro tipo de
problema.


  1. Las prótesis pueden estallar en el avión debido a la presión


Se trata de
un mito que
cae por su propio peso. Si fuera cierto, millones de mujeres en todo el mundo no
podrían viajar en avión. Las prótesis están hechas de
un gel muy resistente que no se ve afectado durante el vuelo.


  1. Las prótesis son perjudiciales para la salud


Los implantes no provocan ninguna
enfermedad ni están relacionados con un
aumento de patología en la mama.

En EE.UU. se han realizado un gran número de
estudios que descartan cualquier tipo de relación entre enfermedades como el
cáncer y las prótesis de mama.


  1. Los implantes impiden la lactancia


Las intervenciones de hoy en día hacen posible que no exista ningún problema
para amamantar al bebé con un implante de pecho.


  1. Dificultan los exámenes médicos

Todo
lo que la paciente debe hacer es avisar a su médico de la existencia de una
prótesis para que éste pueda visualizar correctamente la mama realizando las
proyecciones que sean necesarias en cada caso.


  1. Se pierde sensibilidad


Si la operación se realiza correctamente, no
se pierde
ninguna sensibilidad. En los mínimos casos en los que esto pudiera suceder,
dicha pérdida suele ser temporal, como efecto secundario del postoperatorio.


  1. Llevar implantes requiere más cuidados

Una
mujer que se ha aumentado el pecho no requiere más cuidados que otra que no
lleve prótesis ya que, especialmente a partir de cierta
edad, todas las mujeres
deben revisar sus senos en busca de anomalías.

Lo que sí es cierto es que, dado
que a partir de los 10 años el riesgo de alteración del implante aumenta, es
recomendable realizar resonancias periódicas (cada uno o dos años).

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