Las caídas. principal causa de accidentes en la vejez   Las caídas, principal causa de accidentes en los mayores
Las caídas constituyen la primera razón de admisiones en Hospitales y Geriátricos en este grupo de edad. El 30 por ciento de las personas mayores de sesenta y cinco años tendrá al menos una caída al año. Riesgos y prevenciones.
 

 

 

 
La tercera parte de las personas mayores de sesenta y cinco años que viven solas sufren caídas anualmente. Los tropiezos constituyen por sí mismos la sexta causa de mortalidad a partir de esta edad.

Esta cifra aumenta con la edad. Las mujeres padecen el doble de caídas que los hombres. Estos accidentes ocasionan consecuencias psíquicas, sociales y económicas, entonces ¿por qué no prevenirlos?

Causas y prevención



Como primera medida es necesario verificar el ambiente y el modo en el que se mueve la persona, modificando sus actividades con un mayor control ambiental (disponiendo de las luces, y mobiliario de manera diferente) y corrigiendo las condiciones de inseguridad.

Se debe sospechar la existencia de trastornos visuales ante el cese de algunas actividades habituales como leer, mirar televisión, etcétera. Entonces será necesario que verifiquemos la graduación y el estado de los anteojos y la proyección de luz ambiental.

En ocasiones se dan trastornos auditivos a los que no prestamos la suficiente atención, por lo que es recomendable recurrir a audífonos de ser necesarios, para evitar un problema posterior.

Si notamos una pérdida en las capacidades para realizar cosas en el hogar, se deben eliminar del ambiente todos los factores de riesgo.

A veces nos damos cuenta que la estabilidad tambalea, es el momento exacto para decidir ayudarse en la marcha con la utilización de bastones o andadores en el caso que se requieran. Es preferible que nos movilicemos ayudados por un instrumento a optar por dejar de hacerlo.

También en el hogar es aconsejable hacer modificaciones para un mejor y despejado desplazamiento: se puede corregir la altura de los inodoros, la de las camas que generalmente son bajas, así como la de las bañeras, colocando barrales para sujeción y apoyo. De noche, suele suceder que uno se levante para ir al baño y no logre moverse correctamente en la oscuridad.

Para ello existen luces de noche que se pueden colocar en el baño y en las habitaciones y no hay que olvidarse de utilizar calzado con suela antideslizante.

Atención con el uso de medicamentos: el uso de nuevos remedios debe ser vigilado en colaboración con el médico, ya que los psicofármacos pueden ocasionar sedación y pérdida del equilibrio y algunos hipotensores (remedios para la presión) pueden generar caídas.

El médico tiene que ser consultado indefectiblemente para ajustar la medicación, por lo que es preferible elegir a un médico de confianza.

Finalmente, ante trastornos urinarios hay personas que padecen una necesidad de ir en forma continua al baño. Una forma de ayudar en estas molestias, es colocar una bacinilla al lado de la cama para evitar tener que ir al baño repetidas veces de noche.

Otra solución posible para este problema es valerse de pañales de adultos, como en el caso de la incontinencia.

Hay mayores que sufren de baja presión, por lo que deben tener el cuidado de incorporarse lentamente, y al ponerse de pie, no comenzar la marcha hasta sentirse seguros.

Pero en definitiva es la familia, la que tiene que asegurarse que estos factores de prevención se cumplan, ayudando a proveer al mayor de soluciones frente a sus necesidades y realizando consultas periódicas al médico ante cualquier situación de riesgo desconocido.

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