Las fiestas y las vacaciones son tiempo de
diversión e indulgencia. Es fácil saber qué estás pensando. Ni siquiera quieres
escuchar sobre fitness en este período. Sólo quieres disfrutar de ti misma.
De acuerdo, antes de que te sientas culpable, es necesario que sepas que nueve
de cada diez personas piensan del mismo modo. Las festividades no deben ser
eliminadas o evitadas, ya que es posible que disfrutes de momentos excelentes
manteniendo tu peso y tu régimen.
El secreto para lograr una temporada vacacional que incluya diversión y salud se
encuentra en la moderación. Existen dos abordajes típicos a las festividades de
estación:
Arrojar todos los hábitos saludables por la ventana y complacer todos los
placeres culposos.
Morir de hambre durante algunos días para después poder disfrutar de la bebida y
la comida de las fiestas.
Desde ya, ninguno de estos abordajes resulta exitoso a la hora de mantener la
salud y la silueta a lo largo de la estación de verano. Como ya se ha dicho, la
clave está en la moderación.
Con un abordaje moderado en cuanto a lo que comes (o no comes) y al ejercicio
que hacer (o no haces), puedes evitar cargar unos kilos extra y participar de
toda la diversión bajo el sol. Por lo tanto, esta temporada, decide comenzar a
cuidarte en Año Nuevo en lugar de empezar en enero, con algunos kilos de más.
Estos son unos consejos que van a serte útiles:

Crea un plan antes de la hora. Antes que las vacaciones comiencen a respirarte
en la nuca, confecciona una plan para incorporar ejercicio y buena nutrición a
tu rutina diaria. Evalúa tus vacaciones y determina, de modo realista, cuánto
tiempo disponible tendrás para entrenar y para ingerir comidas saludables.
No pongas en suspenso tus objetivos de entrenamiento hasta después el año nuevo.
Si no puedes ejercitar durante este período tanto como lo haces normalmente,
ajústalo apropiadamente.
No utilices la excusa de que no tienes tiempo para
realizar toda la rutina de modo que termines sin ejercitar en absoluto. En
cambio, acepta la limitada disponibilidad y simplemente reduce la duración o la
frecuencia del ejercicio. Es mucho mejor acortar el tiempo de entrenamiento que
eliminarlo por completo.
En el día de las festividades, asegúrate de comer regularmente a lo largo de
todo el día. Si la fiesta es por la noche, toma el desayuno, almuerza y come
algún snack a media tarde (tal cual harías cualquier otro día). Una vez que
estés en la fiesta, anímate y permítete comer algunos de los deliciosos
manjares.
Dado que has hecho tres colaciones con anterioridad, probablemente encuentres
que no te encuentras dispuesta a desbordarte con toda la comida que se te cruce.
Sin embargo, si mantuviste la boca cerrada durante todo el día para dejar todo
el consumo de calorías para la noche, estarás tan hambrienta para el comienzo de
la fiesta que difícilmente no te desbordes.
Agenda tus rutinas. Márcalas en el calendario y establece el tiempo para
completarlas. Considéralas tan importantes como cualquier otra reunión,
entrevista o evento que tengas marcado en el calendario.
En la fiesta, comienza por comer algunas de las ofertas gastronómicas más
saludables. Por ejemplo, vegetales, trozos de frutas, rodajas de pollo,
etcétera. Luego, continúa con algunas de las ofertas menos saludables (pero
deliciosas). Habrá menos posibilidades de que te atores con este tipo de comida
si ya has ingerido los platillos saludables. De esta manera, no te sentirás
privada ni insatisfecha.
En días que no te sientes motivado o, simplemente, no tienes tiempo para
completar la rutina de ejercicios, comprométete hacer sólo 10 minutos de
ejercicios. Probablemente, termines haciendo más una vez que hayas comenzado. De
cualquier modo, si terminas ejercitando sólo esos 10 minutos, eso es mucho mejor
que no entrenar.
Cuando se te presente una gran variedad de opciones gastronómicas, es habitual
que sientas tentación por probar todas las alternativas. En lugar de comer una
gran porción de torta de chocolate o un plato gigante de albóndigas, elige
muestras de pequeño tamaño de los distintos postres y aperitivos. De esta
manera, encontrarás el disfrute de poder probar todo sin exacerbarte.
Ejercita en casa. Te sentirás más inclinada a cumplir tu compromiso para con el
ejercicio que si tienes que manejar hasta un centro de entrenamiento. Además, no
perderás tiempo manejando, estacionando, en los vestuarios o esperando para usar
el equipamiento. Además, para ejercitar en casa se requiere muy poco o nada de
equipamiento.
Evita el consumo de calorías que viene de la mano de las bebidas alcohólicas. En
promedio, un vaso de bebida alcohólica contiene entre 150 ó 200 calorías por
vaso. Con sólo dos o tres tragos habrás consumido el equivalente de calorías
contenidas en una comida entera.
Si consumes este tipo de bebidas, elígelas con
inteligencia. Por ejemplo, en lugar de tomar un vaso entero de vino, intenta
mezclar medio vaso de vino con medio vaso de soda. Esto te ayudará a acotar las
calorías a la mitad.
Cuando salgas a hacer los recados, asegúrate de comprar algunos snacks
saludables para tener siempre a mano. Luego, cuando tengas apetito después de
entrenar no estarás tentada de comer algo en el patio de comidas del shopping o
en la casa de comidas rápidas de camino a casa.
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