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Plantada en el altar

Uno de los acontecimientos más importantes en la vida de una mujer puede convertirse en el peor instante de su existencia. Cómo superar una decepción tan extrema y profunda como el ser abandonada el día de la boda


Las heridas necesitan de tiempo para cicatrizarse. Uno de los mayores errores
que se pueden cometer es alimentarse con odio y rencor hacia la persona que ha
causado el mal.

“Aunque resulte imposible en primera instancia, hay que hacer lo posible para
mantener la mente lo más sana posible.

Es una decepción
muy grande la de ser abandonado con las ilusiones y los
sueños quebrados, pero el ser humano tiene un gran poder de resistencia y hay
que valerse de todo lo bueno que se tenga al lado para salir lo más airosa
posible de esta situación
”, comenta la psicóloga española Iris Vilaró
García.


El matrimonio es un gran paso, tanto hombres como mujeres pueden llegar a sentir
pánico, pero “hay señales para advertir este terror al compromiso que se
avecinan mucho antes del momento de dar el sí.

A la mujer, la mueve desde pequeña la ilusión y la magia que envuelve todo lo
referido a las bodas. El hombre, se mantiene al margen de esta sensación hasta
el instante en el que decide con su pareja consolidar el vínculo.

Si lo vemos desde esta perspectiva, es bastante natural que los hombres
sientan temor. Lo que hay que hacer es trabajar en pareja estos sentimientos en
el mismo momento en el que se toma la decisión de casarse, hablar mucho sobre
las dudas y miedos.

La mujer, más allá de la excitación y la felicidad que suelen nublar y
bloquear los posibles problemas, deben ser lo suficientemente analíticas para
darse cuenta cuando algo funciona mal
”, determina la profesional.


Si más allá de estas medidas preventivas no se han logrado solucionar los
temores antes de la fecha soñada, “luego de pasado el torbellino de
sentimientos negativos, hay que hacer lo posible para alejarse de esta realidad,
tomar distancia y reflexionar acerca de lo ocurrido.

Más allá de la mala manera que se ha elegido para rechazar el
momento de la
boda,
hay que intentar hacer un mea culpa y ver dónde es que se ha fallado”
,
reflexiona la especialista.


El enfrentar a la gente en un momento así es también muy estresante. “Sentirse
tan expuesta en una situación así no es nada sencillo.


No solamente se tendrá que enfrentar el propio dolor, sino también las
habladurías de la gente. Esto último es lo que deja al descubierto la
humillación y el abandono.


No hay que dejarse llevar por este momento, sino alejarse para poder pensar con
calma y atenuar la tristeza”, sostiene la experta.


Lo más conveniente en estos casos es refugiarse unos días en un ambiente
distinto del habitual. “Realizar un corto viaje es una propuesta que puede
ser muy útil para alejarse de los sitios que recuerden este doloroso momento.

Reflexionar acerca de lo que ha pasado es importante, pero sin que esto
signifique llenarse de resentimiento y rencor.

Si la que hasta era la pareja hasta el momento decide juntarse para hablar,
hay que hacerlo cuando ya no se sienta odio hacia él y así poder escuchar sus
explicaciones.

De otro modo, el encuentro solamente servirá para pasar facturas”,
finaliza diciendo la psicóloga.


El perdonar a la pareja dependerá de cada mujer. Es una decisión muy personal
que debe ser evaluada con mucha calma y luego de haber analizado por qué ha
ocurrido semejante abandono.