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¿Tiene solución la infidelidad?

Cometí infidelidad virtual y ahora mi matrimonio es un desastre. ¿Qué hago?

La solución

En cualquier situación de relación, la solución a los conflictos siempre pasa por la comunicación.

Expresar sentimientos, necesidades, conversar sobre lo que necesito y sobre el vínculo presente y posible futuro.

¿Por qué nos elegimos? ¿Volvería a elegirte hoy? ¿Qué necesito hoy? ¿Qué necesitás? ¿Podremos darnos mutuamente eso que necesitamos? ¿Sigue habiendo amor entre nosotros?

Poder conversar abierta y honestamente sobre todas estas cuestiones facilitará el proceso de encontrar espacios refrescantes y novedosos dentro de la relación o definir nuestra necesidad y disposición a terminar armónicamente esta relación si es realmente lo que queremos.

Las parejas necesitan reinventarse todos los días. Como cualquier ser vivo, evoluciona, crece, se desarrolla. No puede quedarse estancado en un mismo estadío, porque se atrofia.

Y esto significa estar plenamente conscientes de las necesidades de todos los días y abrir la comunicación para recrear los espacios de crecimiento mutuo, inventarnos una nueva pareja (dentro de la misma, si es lo que elegimos) todos los días.

Probar cosas nuevas, encontrar actividades de interés común, encontrar nuevos aires compartidos.

Y también a veces se requiere tener la valentía de saber que esto ha llegado hasta aquí (los seres no viven para siempre). A veces las relaciones son más largas y otras más cortas. Y esto también es parte de la vida.

Un caso de la vida real

Cometí infidelidad virtual y ahora mi matrimonio es un desastre. ¿Qué hago?

El problema por el cual recurro a usted, es el siguiente. Soy empleado de una empresa que comercializa informática, en un momento de mi vida y la del negocio, no había demasiadas cosas por hacer y la manera de poder "pasar el tiempo" me llevo a hacerme adicto al chat.

Cuando llegaba a casa, solía contar a mi mujer lo que hacían mis compañeros, pero nunca lo que yo hacia.

Fue un período no mayor a año y medio que me dediqué de lleno, y en horario laborar a enamorar y a enamorarme de mujeres de distintas partes del planeta, lo veía como un pasatiempo, a tal punto que intercambié correspondencia con muchas de las mujeres que conocí en la red, correspondencia que guardaba celosamente en un cajón del escritorio de mi trabajo.

Pero un día haciendo limpieza general en el mismo, decidí cambiar de lugar las cartas y ponerlas dentro de una agenda sin uso que solía tener a mano, y en un descuido, llego a manos de mi Sra.

Esto pasó hace ya mas de 8 meses desde que ella leyó las cartas que recibí de mis enamoradas de la red, y hasta el día de hoy tenemos serios problemas conyugales.

En un comienzo argumenté que nunca había tenido sexo con ellas (cosa que era cierto, ya que la más cercana vive a 20 000Km).

Para mi el hablar del tema me hace muy mal, no solo por dejar al descubierto el mal que cometí, sino el ver como se pone mi mujer cada vez que lo hablamos. 

No sé que hacer, si tocar el tema cada vez que sea necesario, o evitarlo, no se que hacer, porque de todas maneras seguimos mal, de ninguna de estas formas, logramos salir del pozo en el que caímos, y lo mas lamentable es que veo que nuestro matrimonio cada vez se hace más pedazos.

Yo amo a mi esposa y ella dice amarme, pero las discusiones no dejan de ser el pan del día. Desde ya muchas gracias por escucharme.

El tema de la infidelidad es un tema delicado y complejo de tratar, fundamentalmente porque quiebra uno de los pilares sobre los que se afianza una pareja que es la confianza.

Si bien no llegó "a mayores" (es decir, no hubo contacto sexual real con otras personas) el hecho de que hubiera "cartas de amor" por más que estuvieran a 20.000 km de distancia es muy perturbador para cualquier persona.

Es un proceso que ustedes como pareja necesitarán recorrer para poder sanar las heridas que se hayan abierto. Para que esto suceda, hay algunas cosas importantes a tomar en cuenta.

La primera es que la comunicación por ninguna circunstancia debe romperse con tu pareja porque eso generará una brecha aún mayor que será cada vez más difícil de soldar.

Aunque resulte doloroso, es muy importante que puedan hablar de lo que sucedió porque las cosas siempre suceden por alguna causa.

Esto significa, desde mi punto de vista, que si al no tener nada que hacer tu instinto fue buscar relaciones alternativas a tu pareja para llenar el tiempo (aun cuando hayan sido virtuales, tu mente estaba allí; podrías por ejemplo haberte dedicado a estudiar algo o leer, o cualquier otra de las miles de cosas que pueden hacerse en el tiempo libre) hay alguna necesidad tuya que tu esposa no está satisfaciendo.

Es posible que no te hayas dado cuenta de esta situación (y ella tampoco, pero probablemente a ella también “le esté faltando algo”) por lo que esta es una excelente oportunidad para replantearse la pareja, los objetivos que ambos se plantearon al decidir unirse y las necesidades que ambos necesitan satisfacer a través del vínculo.

Esto significa primero reflexionar muy internamente sobre aquellas cosas que cada uno necesita para luego poder ver si hay algo que puedan cambiar en la relación para comenzar nuevamente a satisfacerlas.

Aunque sea difícil, si existe amor entre ustedes, pueden tomar esto como un nuevo punto de partida para darse y pedirse aquello que necesitan. Y comprometerse a aquello que realmente puedan cumplir.

Hay que darse cuenta de que para que las cosas cambien, ustedes tendrán que cambiar.

Hablen de lo que pasó, para poder a través de la palabra sacar todo el dolor o en tu caso la sensación de “culpa” (que no lleva a nada bueno, pero ¡cuántas veces nos ataca!).

Es muy importante que cada uno de los dos pueda expresar lo que le pasa, lo que siente, responsabilizándose de sus propios sentimientos (“me siento triste”, o “estoy enojada” o “me duele lo que pasó, siento que perdí la confianza en ti” o “siento que hay cosas en nuestra pareja que tenemos que cambiar para sentirme mejor”) y no adjudicando al otro acciones o sentimientos (“tú hiciste” o “tú dijiste”, “eres tal cosa” o “nunca me haces”).

Es preferible evitar los términos absolutos como “siempre”, “nunca”, “jamás” y además evitar, en la medida de lo posible la escalada de violencia, las palabras hirientes, las agresiones.

Si cada uno puede decir de manera honesta y vulnerable lo que siente y necesita, será posible llegar a nuevos acuerdos.

Recuerden que las parejas deben reformularse constantemente, alimentarse, para subsistir y vivir sanamente (la única manera lógica, a mi juicio de mantener una pareja: debe ser sana y nutritiva para ambos miembros).

Si no pueden hacerlo solos, lo cual puede suceder y es normal, busquen ayuda profesional (un psicólogo/a o counsellor o terapeuta de pareja, nunca un/a amigo/a, familiar o conocido/a) que pueda ayudarles a aclarar ideas, sentimientos y a hacer acuerdos mutuamente beneficiosos.

Les deseo mucho éxito en esta parte del camino que ciertamente es difícil, pero no imposible. Cualquier cosa, estoy a disposición.


Por Lic. Verónica Kenigstein
Sexóloga holística - Corporalista
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