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Herminia en Punta del Este

Meterse al agua es la única forma de amenizar el calor para Herminia. Así y todo, ésto no supone un problema ni mucho menos, es que “…no hay olas parece una pileta”, suspira ella una de las tantas argentinas que pisa las playas de Punta del Este.

“Vengo
desde hace muchos años a esta playa y no lo cambio por nada. Es una cosa de
locos, el agua es transparente, no hay piedras, no existe el delirio que hay en
otras playas, y lo mas importante… los precios bajaron un montón”, comenta
Herminia que habitualmente pega “un salto urgente de Lanus a Punta del Este”
todos los fines de febrero.

La
playa de la parada 16, reúne todas las características exigidas por Herminia:
lejos del centro en donde se concentran los veraneantes con ansias de
movimiento, amplias playas y aguas mansas.

"Venimos
con la familia y alquilamos una cabaña alejada del centro, en donde nos
manejamos de manera independiente, nos cocinamos, y todo lo demás, prácticamente
gastamos lo que gastamos en Buenos Aires… solo que en Lanus no hay una playa
como esta.”, bromea la mujer mientras se levanta para darse una nueva
sumergida que la refresque de los treinta y pico de grados que la sofocan.

Se
para y saluda a una familia de la que se hizo amiga en la estadía: “Son unas
personas que vienen siempre acá igual que nosotros, empezamos compartiendo el
azúcar del mate y nos pusimos a charlar… esta todo bien.”

El
sol se va ocultando, y lo mejor recién empieza. “A esta hora se pone lindo,
la temperatura baja un poquito y se puede soportar un poco mejor. Igual esto es
un paraíso, casi extraño la locura de Buenos Aires… que De la Rua, que el
Impuestazo…”

Y
hablando del Presidente de la Nación, Herminia se toma un espacio para la
reflexión política: “… yo vengo a Punta del Este después de trabajar todo
el año, después de que mi marido trabajó todo el año y nos pudimos venir
unos días. Pero si caminas un poco vas a encontrar casas de algunos políticos
y que no son dos ambientes contrafrente precisamente…”

Todo es relax sobre la casi blanca arena de la costa rioplatense en Punta del Este. El panorama es
absolutamente monótono: sol, arena, agua y descanso; la situación no permite
otros movimientos, salvo para recorrer los pocos pasos que hay hasta el agua.

Así
y todo, Herminia se presta a la charla y lejos de banalidades y lugares comunes
como “que calor hace!” prefiere librar su bronca ciudadana en forma de falsa
inocencia. “¿Cavallo?…¿No es el que estaba con Menem?”, se pregunta
Herminia al escuchar la noticia del cambio de Ministro de Economía.

La
tarde está llegando a su ocaso y la despedida es amistosa: “chau…que nos
vaya bien”. Es el deseo de Herminia, es el deseo de todos.