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Cuando se envejece

Qué dicha cuando una persona logra completar su ciclo de vida hasta llegar a envejecer.  Les ha dado Dios una gran oportunidad que conlleva muchos cambios pero también, necesita que se aprenda a ser vivida… 


Cuando se envejece

Mi madre que
tiene 90 años vive con nosotros y veo en ella una ansiedad constante, es el
temor de que la vida sé esta acortando y dejan de disfrutar el momento por esta
natural angustia.

Los ancianos
sufren de soledad aun estando acompañados; por lo general no oyen bien y esto
los excluye de las conversaciones, pero como ellos quieren estar enterados habrá
que repetirles lo que se ha conversado y esto hace que nos impacientemos.

Como se les
olvidan las cosas hay que vigilarlos, que no confundan sus medicinas, si dejan
encendida la estufa, el teléfono descolgado, o el grifo abierto. Pero lo que
verdaderamente los lastima es la pose de resignación que asumimos con ellos,
esto les resta dignidad, a la cual tienen mas derecho que nadie.

Cuando
sienten que nuestra actitud hacia ellos ya no es de respeto si no malamente de
tolerancia, eso es devastador.

Los ancianos
están llenos de sabia experiencia y de los méritos de la tarea cumplida en lo
que han dado a sus hijos, además de la vida, su cuidado y formación. En muchos
casos, hoy se sienten como personas de tercera categoría.

Es tan duro
ver como personas valiosas por su intelecto, activas y emprendedoras a los que
los años les han mermado su actividad por dolencias físicas, invalidez o tantas
otras limitaciones que pueden traer los años, se sumen en la tristeza cuando
perciben la escasa atención con que se les escucha, lo poco que se les hace
participar.

Qué
humillante puede ser el no tomarlos en cuenta para pedir consejo u opinión
porque su criterio no nos interesa.

Se van
convirtiendo en seres invisibles, pero lo peor y más duro

Es cuando los
convertimos en tema de conversación comentando lo mañosos o necios que se han
puesto y lo mártir que nos sentimos por la tolerancia que tenemos que tener.

Ah… pero
los queremos mucho, ni pensar que nos lleguen a faltar, pero en el tiempo que
los tenemos con nosotros siempre se posterga él dedicarle atención, compañía o
cariño porque estamos muy ocupados.

Tratemos de
imaginarnos en la situación inversa y ponernos en su lugar, eso nos hará
meditar como se sienten y así poder actuar con mas paciencia y tolerancia y
darles con mas sentido ese amor que de seguro les tenemos.

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