Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

El perfeccionismo es un mal hábito

Que puede arruinar tu carrera, y hasta tu vida. Descubre si has adquirido este mal…

En palabras de un especialista, la diferencia entre “suficientemente bueno” y “perfecto” es un aumento exponencial del esfuerzo necesario para lograr el objetivo. 

Y esto termina reduciendo la productividad, pues es imposible que siempre dediquemos nuestro mayor esfuerzo a todo. En este sentido, gran parte de lo que nos parece “mediocre” no es sino una decisión sobre prioridades (distinto, claro está, a nunca dedicar nuestro mejor esfuerzo a nada). 

Uno puede hacer hoyo en uno con un palo de golf que está torcido, o puede demorar el tiro toda su vida tratando de enderezarlo. Esa es la decisión a tomar, y nos encontramos a diario con ella en nuestra vida cotidiana y laboral. 

Por ejemplo: ¿qué es preferible, tardar una hora para escribir documentos que sólo usted va a leer, o tardar una hora y media porque luego de escribirlo se dedicará a corregir los errores gramaticales y de tipeo de los que nadie más que usted se enterará? 

¿Se reconoce? 

– Pierde horas y horas tratando de hacer un trabajo “perfecto”, cuando uno más “mediocre” estaría bien  

– Se la pasa rehaciendo y rehaciendo cada documento 

– Nunca su escritorio le parece lo suficientemente limpio u ordenado 

– Siempre está posponiendo cosas, esperando que se den todas las condiciones adecuadas (o nunca le parecen suficientes) 

– Nunca delega nada, porque le parece que nadie lo haría tan bien como usted 

– Siempre demora cualquier compra (un regalo, por ejemplo) porque nunca encuentra algo perfecto 

– La gente piensa que usted es difícil de complacer 

– Con frecuencia le dicen que hizo “más de lo necesario” 

– No quiere probar cosas nuevas (como un deporte) por miedo a “no hacerlo bien” 

– No tolera la frustración, y quiere ganar a todo 

– Cuando no lo logra, o juzga que su desempeño no fue el adecuado (en un deporte, por ejemplo) se pone de mal humor y se queda pensando y pensando… 

Si usted se reconoce –total o parcialmente- en este perfil, es hora de reconocer que su perfeccionismo ha dejado de ser un simple rasgo de carácter para transformarse en una compulsión, un comportamiento obsesivo que cada vez pondrá más trabas en su camino.

Y es hora, por lo tanto, de comenzar a cambiar y buscar una solución… imperfecta, de más está decirlo. 

Para aprender cómo expresar y controlar tus emociones, inscríbete ahora en nuestro curso gratis haciendo clic aquí.