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Claro de luna

Frutas en chocolate con salsa crema de naranja



Ingredientes para dos amantes
 

         
50g de
chocolate cobertura amargo (negro)

         
50g de
chocolate cobertura blanco

         
1
cucharada de Cointreau

         
3
cucharadas de Curazao

         
½ taza
de crema de leche (nata)

         
1
cucharada de azúcar impalpable (flor)

         
6
frutillas enteras

         
1 banana

         
1
cucharada de dulce de leche pastelero
 



Procedimiento
 

Templar los
chocolates a baño de María. Con el negro cubrir las frutillas en sus ¾ partes.
Con el blanco bañar íntegramente la banana previamente cortada en rodajas de 2 a
3 cm y cubiertas por dulce de leche.

Batir un poco
la crema con el azúcar, no debe quedar dura- incorporar los licores
integrándolos muy bien con la crema (nata).

 



Armado del plato

 

Colocar en el
fondo del plato un espejo de salsa que habrá tomado una tonalidad celeste por el
Curazao, poner por encima las frutillas y banana de forma simétrica. Decorar con
anís estrellado seco y hojas de menta fresca.

 

Infidelidad
 

“- Creo que no
es la infidelidad lo que arrastra a los amantes- dijo Jean-. Lo que ocurre es
que cuando eres una persona con gran sensibilidad para el amor, cuando vibras
profundamente, se produce como una corriente que atraviesa tu cuerpo, una
corriente que, por serlo, provoca un estrecho contacto con todos. Como estoy en
estado amoroso permanente, igual que un místico, siento a muchísima gente de una
manera física y amorosa y la entrega es más grande que yo mismo, es inmensa. Del
mismo modo que la actividad, la energía crea energía y la creación crea
creación, también la pasión crea una capacidad de pasión cada vez mayor. La
receptividad, la capacidad de una persona, se amplían, y esa es la explicación
de la expansión amorosa de todos los amantes natos. Por eso para mí, la palabra
fidelidad no tiene ningún significado.
 

También estuvo
hablando de sus aventuras eróticas:
 

         
A veces
tengo miedo de ser demasiado lento en llegar al clímax, temo cansar a la mujer,
o ser demasiado rápido y no lograr, así, darle placer. Raras veces he conseguido
el placer simultáneamente. Una noche o dos no bastan para encontrar el ritmo
adecuado. He conocido a muchas mujeres, pero he llegado a la sincronización con
muy pocas. Y la mujer siempre sigue siendo una extraña para mí. En mi hay
siempre duda, inseguridad, tanteos, fracasos, o realizaciones parciales. Y
muchas veces, para poder excitarme, tengo que inventar una fantasía erótica,
recordar una imagen erótica, o a otra mujer que deseé y no pude tener.
 

¡Aventuras sin
la atracción magnética del amor, sin emociones estimuladas, sin el hervor del
sentimientos que sensibiliza el cuerpo, tensa los nervios, despierta la carne!.
El placer del amor es mucho mayor que el de la aventura. Los placeres de Jean me
parecieron muy inferiores a los míos. Jean me dijo contestando a mi comentario:
 

         
Tienes
mucha suerte por haber conseguido el erotismo dentro del amor y no fuera como me
ocurre a mí.”
 

– Anaïs Nin,
diario II (1934-1939)

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