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Cuando nuestros hijos ya son adultos

Aunque el momento en que su ultimo hijo se mude fuera de casa puede ser algo difícil, también puede ser muy motivante y la oportunidad de vivir nuevas experiencias.

Antes que nada, debe saber
que un sentimiento de pérdida y algo de tristeza son emociones normales dada la
situación. 

Debe conseguir a alguien con quien pueda compartir estas sensaciones
y hablar sobre ellas. En caso de que esto no le haga sentirse mejor, tal vez
deba considerar iniciar sesiones de terapia. 

Existen también grupos creados para hablar
de estas cosas. Aunque usted no sea de las personas que se unen a grupos,
escuchar distintas opiniones y opciones para una solución puede serle de gran
ayuda. Recuerde que si necesita ayuda no debe dudar en pedirla. Muchos
comprenderán la situación y estarán deseosos de estar allí para usted.

Existen muchas actividades
voluntarias que pueden ayudarle a pasar este momento mientras ayuda a otros.
Puede ser el Hermano o Hermana Mayor de alguien que necesita apoyo y ayuda, o
cuidar de niños y llevarlos a pasear.

Encuentre nuevas actividades
en las cuales invertir su tiempo libre. Comprométase con usted misma en una
causa, un hobbie o algún deporte que siempre haya querido hacer pero al que no
ha podido dedicarse a casa de la atención que requerían sus hijos. 

Encuentre
algo a lo que dedicarle su atención. Tal vez pueda visitar a sus hijos o
tomarse unas vacaciones, ya sea con su marido o con sus amigos. Esto hará que
concentre su atención en algo positivo.

Puede ser el mejor momento
para revitalizar la relación con su pareja. Ahora que los hijos no están cerca,
los viajes imprevistos son posibles, desayunos en la cama, cena a la luz de
velas y otras muchas nuevas formas de encontrarse y reencontrarse.

Encuentre la forma de poder
comunicarse con sus hijos de forma regular, ya sea por teléfono, por carta o por
correo electrónico. 

Envíele cosas que usted sepan que agradecerán: comidas
favoritas, libros o fotografías. 

Tenga en cuenta que esta es una forma de
fortalecer la relación que tiene con sus hijos además de hacerles saber que,
aunque ya no se encuentren en casa, pueden contar con que esa siempre será su
casa.

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