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“Hoy no como…”

La que parece una solución, aunque extrema, puede, en realidad, ser una fuente de problemas, cuando decidimos perder peso sin comer.

Se
ha dicho muchas veces que la vida moderna en las ciudades es un continuo correr,
intensa y al límite, que el tiempo no parece ser suficiente. Los compromisos y
las obligaciones se suceden en la vida de una persona activa. Y hay que
conseguir ganar unos minutos de la forma que sea.

A esta agobiante falta de tiempo se le suma la idea de que no comer es una forma
rápida de bajar de peso, largo combate de muchas personas en la sociedad
moderna.

La unión de estos dos hechos lleva a mucha gente a, efectivamente, saltearse
comidas, en general el almuerzo, por ser este el momento en que uno se encuentra
en la oficina y en que menos tiempo y más obligaciones suele tener.

Entonces, la idea es que si tengo mucho que hacer (¡tanto que no tengo tiempo
para comer!) y, además estoy tratando de controlar mi peso, lo mejor que puedo
hacer es saltearme el almuerzo. Gran error. Y un error cometido por muchos.

Contraproducente

Si
la idea es perder peso, para verse mejor antes de una fiesta o aún por motivos
de salud, el método de tratar de reducir la cantidad de calorías consumidas no
comiendo, casi siempre es totalmente contraproducente.

Los
médicos dietólogos están de acuerdo en que pasar mucho tiempo sin consumir
alimentos suele terminar de la misma forma siempre: con un consumo descontrolado
a continuación.

Quienes se saltean comidas lo sienten. Cuando el hambre empieza a hacerse notar,
simplemente pican cualquier cosa. Lo hacen varias veces al día, picando
“snacks” y cosas para mantener el hambre a raya hasta la noche.
Y, en general, esos “snacks” tienen muchas más calorías de las que tendría
un almuerzo correctamente preparado.

O,
en caso de evitar el riesgo del picoteo, lo que suele ocurrir es que después de
no almorzar, se come demasiado en la cena.


Costumbre
extendida


Las
estadísticas prueban que la costumbre de saltearse comidas esta firmemente
arraigada, que un alto porcentaje de hombres y mujeres lo hacen, con la idea de
bajar de peso velozmente. Por supuesto que saltearse comidas no es la única
costumbre poco saludable que se extiende velozmente.


Los investigadores han encontrado que buena parte de la población ha
desarrollado algún método no saludable durante el ultimo año. Es un motivo de
preocupación, mas allá de que también descubrieron que los métodos
saludables también son seguidos con asiduidad.


Metabólicamente
hablando


Para
remarcar aun más lo dañino del saltearse comidas, vale explicar los efectos en
el metabolismo de esta costumbre.

Cuando
empezamos a saltearnos comidas, el cuerpo reacciona entrando en el “modo de
trabajo” que podríamos denominar desnutrido. El cuerpo, en este estado, se
vuelve más eficiente en su uso de las calorías. De hecho, cuando se saltean
comidas, se suele también quemar calorías entre un 7 y un 10 por ciento más
lentamente. Y, si encima después se come demasiado, el proceso de quema se hace
aun más lento.

En
definitiva, el saltearse comida trae un cambio de metabolismo nada aconsejable,
que conduce a cualquier lado menos a bajar de peso.

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