Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Mantenerse joven: Profecías que se autorrealizan

¿Dónde está el destino: en nuestras manos, o en los genes?

Aunque a primera vista pudiera parecer lo contrario, los espectaculares
avances en el campo de la biología y la genética no son una confirmación de que
"el destino esta en los genes" (y por lo tanto no hay nada que podamos hacer).



Muy por el contrario, en muchos casos indican que el destino está en nuestras
manos, aun cuando los genes nos jueguen en contra.



Todos conocemos a alguien (quizás nosotros mismos) que ha decidido que "ya es
tarde".

Porque "ya cumplí 40, o 50, o 60", o porque "ya estoy demasiado viejo para esas
cosas", o porque "hay que ser un adolescente o un veinteañero para eso", o
porque "ya se me pasó el cuarto de hora", o porque…..



Este es un ejemplo de lo que se ha dado en llamar profecía que se autorrealiza.



El mejor ejemplo, en nuestro mundo globalizado, es el de la economía: alguien
echa a correr un rumor que, aunque infundado, provoca una serie de reacciones en
cadena que terminan haciendo que el rumor se transforme en realidad.



Por ejemplo, cuando se dice que un banco tiene dificultades, todo el mundo corre
a retirar su dinero, y el banco termina quebrando aunque nunca hubiera tenido
problemas reales.



En nuestro caso, es igual. Y no es una muletilla de libro de autoayuda.



Uno de los mayores fantasmas que a todos nos asaltan al pensar en la vejez, es
el no poder valernos por nosotros mismos, la imagen de esos ancianos que ya no
reconocen ni a sus familiares mas íntimos.



Nada parecería mas signado por el destino, por el "no hay nada que podamos
hacer": un problema estrictamente biológico, con un probable componente
genético, parece ser una condena escrita de antemano y sin apelación.



¿Cómo luchar contra los mandatos genéticos?



Sin embargo, estudios recientes encontraron que cuanto mayor sea el nivel de
actividad intelectual del individuo, cuanto mas temprano haya empezado en su
vida, y cuanto mas activo se mantenga, menor es la incidencia de Alzheimer, y
mas lenta es la evolución cuando se llega a presentar.



En otras palabras, no somos ajenos a los que nos pasa ni aun en este caso
extremo de "destino" genético.



Si decimos "ya es tarde", estamos decidiendo que ya es tarde.

Y estamos provocando que sea tarde.



Si decimos "voy a intentarlo" (y lo hacemos) estamos decidiendo darnos una
chance. Y por lo tanto la tendremos, para demostrar que nunca es tarde.



La profecía que se autorrealiza.

En ambos casos.



Usted, ¿cuál elige?

Y si quieres saber cómo envejecer sin
volverte viejo, nada mejor que nuestro curso gratis de
Longevidad
. Inscríbete ahora haciendo clic
aquí
.