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La transición hacia el retiro

Lo que debe saber sobre lo que sentirá cuando se acerque el momento de jubilarse…

La transición hacia el
retiro es una experiencia con una gran carga emocional, que no es vivida de la
misma manera por todas las personas.
Hasta cierto punto, depende de las circunstancias que rodean a la jubilación,
dependiendo de si fue elección suya o forzado por algún motivo?
Pero, aún en el mejor de los casos, siempre debe atravesarse por un periodo de
duelo al dejar un espacio familiar y dejar de ver a las personas con las que
compartió buena parte de su vida diaria.
Por último, pero no por eso menos importante, está el miedo a lo desconocido
que acompaña a todo cambio vital de importancia.

Conocer las cuatro fases
normales de la transición hacia la jubilación lo ayudarán a manejar mejor no
solo esas emociones, sino también las cuestiones prácticas que las acompañan.

Durante la fase del
Reconocimiento, usted tendrá que hacer frente al retiro como una realidad para
su futuro cercano.
En ella, usted debe evaluar con honestidad su posición actual y sus
posibilidades futuras. Idealmente, debe decidir en que otras áreas de la vida
invertirá sus energías, y pensar que el retiro es en realidad una oportunidad
para hacerlo.

La Aceptación requiere
elaborar las emociones desencadenadas por el retiro cercano, y planificar en
forma activa cuándo se jubilará, dónde vivirá y a qué se dedicará.
Cuando comience a ocuparse de esas cuestiones prácticas, tendrá un panorama más
claro de su futuro, y las emociones fuertes tenderán a apaciguarse.

La Desconexión es una
parte vital del proceso no solo para usted, sino también para su empleador.
Usted comienza a estar cada vez menos implicado en sus tareas –tanto objetiva
como físicamente- al mismo tiempo que ayuda a la empresa a seguir adelante sin
usted.
Los objetivos en esta etapa son dos: que quienes lo reemplazarán conozcan todo
acerca de su trabajo, y de cómo hacerlo, y completar todo lo pendiente (sin
asumir ningún nuevo compromiso que amenace extender indefinidamente este
proceso de cierre).

La Redefinición sucede
luego del retiro. Esta etapa incluye la “instalación” confortable en las nuevas
circunstancias.

Esto es así tanto desde
el punto emocional como del práctico: mudanza a un nuevo hogar (o hasta una
nueva ciudad), y encontrar nuevas actividades (voluntariado, educativas,
recreacionales, hobbies, etc.).

Estas cuatro etapas muchas veces se superponen, y coexisten. De hecho, algunas
cuestiones que usted creía tener resueltas en una etapa, pueden aparecer en una
posterior.

Pero, de todos modos, si
usted se esfuerza en atravesar correctamente cada etapa (una a la vez) logrará
disminuir todo lo posible el impacto emocional de la jubilación, y aumentar al
máximo la satisfacción que la misma es capaz de darle.