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Cómo controlar la rabia y la frustración en el ámbito laboral

Nuestra vida laboral nos conduce muchas veces a la rabia, el enojo y la frustación. En esta nota, te proponemos algunos recursos para saber como desactivarlo

Las dos secretarias que no paran de
cuchichear a un costado de su escritorio; el joven pasante oyendo música a todo
volumen; y el técnico, que no para de fumar. Su impulso, lógicamente, será
levantarse y tirar todo por el piso. 
Pero en lugar de eso, cuando ya siente que está
a punto de estallar, se da un profundo respiro y sale al exterior para tomar un
poco de aire fresco 
¡Felicitaciones! Acaba de sortear una situación
potencialmente explosiva.

Esto es lo que sucede en la mayoría de
los casos, pero, posiblemente, en más de una oportunidad nos habremos
preguntado si corremos el riesgo de que llegue el día en el que el final pueda
no ser tan feliz.

De hecho, debe saber que no está solo en
este tipo de dilemas. Según afirma un sondeo, uno de cada seis empleados ha señalado
que sufrió un enojo hasta el punto de querer pegarle a un colega. Incluso si,
afortunadamente, su enojo no ha devenido en golpear a alguien, puede estar entre
el 50 por ciento de la gente que por lo menos, según el estudio, manifestó
haber estado bastante enojada en algún momento de su vida laboral.

El riesgo de perder el
control

Por supuesto, existen casos extremos en
los que cualquier desliz por parte de un empleado puede llegar a provocar, en
ciertas personas, un enojo extremo, convirtiendo esta cólera en algo trágico, lo
cual es totalmente injustificable. Ha llegado incluso ha haber casos en donde,
también, se produjeron asesinatos.

Todo esto dista mucho de lo que aquí
estamos hablando, que es el enojo justificado y lógico por cualquier actitud
irresponsable y descomedida para con nuestra persona. Sin embargo, nada
justifica una reacción violenta, que siempre estará fuera de lugar y sólo
empeorará nuestra situación. Por ello, quienes sienten que podrían perder el
control por su cólera, deberían buscar ayuda.

Asimismo, muchas compañías tienen
programas de ayuda para sus empleados, que pueden ser muy útiles para ayudarlos
a vencer las dificultades tanto dentro como fuera de su lugar de trabajo.

O si lo que se busca es enfrentar
el problema sin que se enteren sus empleadores, debería consultar a su médico
de cabecera para obtener una referencia o contactarse con profesionales u
organizaciones de salud mental.

Pero lo cierto es que más allá de los
casos extremos, el enojo puede ser verdaderamente destructivo, incluso si no
acarrea consecuencias terribles. Según los especialistas, el enojo es una emoción
humana perfectamente normal. 

Y una reacción común ante este enojo, es
responder agresivamente, aunque ello no significa que sea normal, y se tenga vía
libre, como para abordar físicamente a cada persona u objeto que irrita o
molesta. 

La clave, afirman los profesionales, deberá ser expresar los
sentimientos de enojo de una forma no agresiva, pero sí clara.

El riego del enojo

Veamos un caso en los que el enojo puede
ser verdaderamente nocivo para los trabajadores que lo experimentan. 
Héctor C. es un periodista free-lance que recibió una crítica por un artículo que había
escrito para una publicación. El artículo en cuestión, recibió una aceptación
condicional, lo cual significaba que en términos generales estaba bien, pero
que se requerían unas revisiones para su aprobación final.

Esta situación, que podría ser
perfectamente entendible para la mayoría de los redactores, fue como un balde
de agua fría para Héctor, quien acto seguido envió un correo electrónico al
redactor manifestándole, de fuerte manera, todo su enojo.

Obviamente, Héctor no había prestado
mucha atención a esta acción, o no había pensado en el resultado de la misma.
De hecho, solo se trataba de que el editor le pedía que el artículo atraviese
otro proceso de revisión, pero Héctor se rehusaba a aceptar esta crítica como
algo que era parte de su trabajo, y por el contrario la tomaba como algo
personal, que fue lo que motivó su encendido correo electrónico.

¿Qué es lo que causa que
una persona reaccione de manera tan autodestructiva y cómo se puede hacer para
evitar caer en este tipo de cuestiones, es decir saber cuando es lícito nuestro
enojo y cuando no (pero, en cualquier caso, no reaccionar de una forma
perjudicial para uno)? Para saber esto, lo primero que deberíamos hacer es
entender bien en que consiste el enojo.

Continúa
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