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Los orígenes de la Filatelia

Cuando se comenzó con esta costumbre de guardar sellos postales que luego sirvieran de recuerdos históricos. A partir de entonces se generaron grandes movimientos culturales a su alrededor.


Los
coleccionistas de
estampillas, son en general personas a las que les interesa lo
que tienen pero no por el objeto en si, sino porque saben de donde viene y cual
es la historia que encierra.

Procurar
investigar los orígenes y antecedentes de cada timbre de correos, los
pormenores de la puesta en circulación, circunstancias en las que determinada
emisión hizo su aparición, los matasellos empleados en cada época, y
descubrir rarezas y variedades notables, son algunas de las cosas que
caracterizan al filatélico.

Un
sello de correos puede a través de su diminuta y multicolor dibujo, mostrar y
difundir la historia, la cultura, la economía, las artes, la geografía, los
recursos naturales y en esencia la idiosincrasia misma del país que lo emite.

En
América del Sur el Correo existía mucho antes de la llegada de los españoles,
el más eficiente y organizado fue el del Imperio Incaico, que abarcaba desde la
actual República del Ecuador, hasta el norte de la República Argentina.

Este
servicio de correos se basaba en una perfecta red de caminos: el Camino Real del
Inca, con calzadas de piedra, puentes colgantes que cruzaban abismos y torrentes
en las zonas montañosas y construcciones de apoyo, los "tambos", que
permitían a los viajeros y a los "chasquis" recorrer buenas
distancias en cada jornada.


Domingo
de Basavibaso recibe de la corona española la autorización para establecer un
sistema de comunicaciones regular basado en carreras de postas, que unirían
Buenos Aires, con Mendoza y Santiago de Chile hacia el oeste y Córdoba,
Santiago del Estero, las provincias del norte y el Alto Perú (actual Bolivia)
buscando llegar a Lima, por entonces la capital del virreinato y de esa manera
el Correo nace en 1748.

Todavía
no existían los sellos de correo que se crearon casi 100 años después, y el
cobro por el servicio se hacía documentándolo en cada pieza con un sello de
hierro, casi siempre con la palabra "franca".

Con
la emancipación, en mayo de 1810, el correo cumple su tarea, participando a
través de las postas en las luchas por la independencia. Recordemos la Posta de
Yatasto de 1814, en la que se encontraron los generales San Martín y Belgrano.

Aquel
que tenga una estampilla coleccionable puede tener en sus manos un pedazo de
historia.

En
1840, en Gran Bretaña se emitieron los primeros
sellos postales, eran de un
penique color negro y dos peniques azules. Tuvieron un éxito total y de
inmediato fueron adoptados por todos los países.

En la Argentina, la provincia
de Corrientes fue la primera en emitir sus valores el 21 de agosto de 1856, la
siguieron las provincias de Córdoba y Buenos Aires y la Confederación
Argentina, hasta que en 18
62 el país unificado bajo la presidencia de Bartolomé
Mitre, pone en circulación los llamados "escuditos".

A
estas emisiones les siguieron las que recuerdan a próceres y hombres públicos,
para llegar a las estampillas del IV Centenario del Descubrimiento de América
(1892), los primeros valores conmemorativos.

Las
colecciones filatélicas generan grandes movimientos culturales en todo el
mundo, y hacen que quienes se dedican a ellas, puedan indagar e invertir toda su
pasión por la historia.