Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

¿Cómo recobrar la intimidad?

Verte tal como eres

El
adentrarte hacia el mundo real es fácil cuando encuentras las formas adecuadas
de unificar tus pensamientos con tu sentir.


Cuántas veces quizás hemos tratado de decir algo que nos quema en los adentros y
por algo nos sentimos incapaces de poder plasmarlo con palabras y nos gana el
recuerdo, las emociones, los sentimientos o quizás el mismo miedo.


Abrir ese instante en tu vida, que aunque se encuentre en el pasado, está ahí
latente pero nos hemos acostumbrado tanto a él que ya lo hemos convertido en
parte de nosotros.

 Quizá dirás hacia tus adentros que no es posible, que pueda ser una exageración
pero estamos hablando de un proceso sutil que sucede en tu sentir que te irá
paulatinamente arrojando a un proceso de autodestrucción seguro.

 ¿Por qué sutil?


Porque se irá gestando en tu inconciencia con el afán de protegerte de ese dolor
de esas carencias, de esas insatisfacciones y frustraciones que en tu idea
tienes o perdiste.

Es
por eso que nuestro mecanismo de defensa genera una falsa idea de lo que somos
para no sentirnos incómodos y no salir del confort y la tranquilidad que en
nuestra idea poseemos y que nos brinda una sobreestima…


Sí, me preguntarás ¿cómo cruzar el umbral de dolor y tomar la decisión de
revivir el pasado que recordar es volver a vivir? 

 Esta interrogante reviste de mayor peso cuando uno está sumergido en el
resentimiento y el autoengaño, porque recordar esos momentos de frustración y
derrota duele. 


Nada más te recuerdo que es una idea de las circunstancias, nada de eso es real
y en la medida que te resistas a ver en ti el proceso de desintegración de tu
personalidad lo será aún más.

 En
este andar llega el momento que no te das cuenta cuando te resistes a lo real
porque has ido creándote una mascara para negarte a ti mismo y justificar tu
razón al dolor y la pérdida de tu verdadero sentir.


Esa lápida tan marcada en tu personalidad que lo único que realiza es remarcar
más tu creencia de inferioridad y tu pérdida de valor sobre ti hace que se
llegue al “Resquebrajamiento de tu Intimidad”.


Los eventos producidos por el caos y las sensaciones de pérdida nos hacen
adentrarnos en un duelo profundo de nuestro sentir haciéndonos pensar que lo
hemos perdido todo y realmente así es. 


Llegamos al grado de simpatizar tanto lo que sentimos que nuestros sentidos son
plenamente engañados porque así lo percibimos y lo hemos manifestado: el dolor
se vuelve sufrimiento y el sufrimiento se transforma en vacío total y éste se
manifiesta en la apatía, en ausencia de sentido y dirección para nuestro sentir.

 Todo lo que experimentamos a raíz de esa pérdida emocional o sentimental se ve
racionalizada por el proceso intelectual del condicionamiento de nuestras
programaciones y nuestros propios prejuicios y falsos valores que hemos ido
forjando a lo largo de nuestro diario caminar por el juicio que nuestros actos
nos llevan a la culpa.

 Así vemos sucumbir nuestra relación íntima con nosotros mismos y desde luego con
los demás fragmentándola en múltiples personalidades de acuerdo a las
circunstancias y el momento, transformándote en algo que crees ser, pero en
realidad nada más te produjo el sentirte adaptado como un camaleón.


Dice un viejo dicho que no sólo a lo que puedes ser capaz de hacer sino a lo que
eres capaz de acostumbrarte por adaptación.

 Te
pregunto:


¿En qué te has convertido?, ¿qué has hecho con el uso de tu libertad y capacidad
para crear?


Tan sólo lo que has creado lo mejor para un momento, lugar y circunstancia,
actuando así en perfección y adaptándote ante el dolor y al sufrimiento.

 Creo firmemente que como sociedad estamos inmersos en un proceso crucial de
evolución y aprendizaje en la forma o medida en que nuestra percepción de la
realidad va marcando nuestro entorno desde pequeños y aún más desde el vientre
materno. 


Considero que nos hemos ido perdiendo poco a poco en el camino;  por eso es
vital e importante buscar ese estado de unificar nuestro sentir.

 Por ello te propongo que busques ese momento, quizás ese instante sea hoy. Yo
creo que por algo estás ahí sintiendo estas líneas.


que pueden ser duras por algún momento pero están hechas con mucho respeto  para
lo que tú has considerado hasta el día de hoy mejor para ti, aunque te sigan
causando dolor. 


Reflexiona, aquieta tu mente perturbada por el remordimiento y sentido de culpa
y date la oportunidad de reencontrarte con tu verdadero ser, aquel que no ha
sido dañado con nada.

 Si
tu yo interno, tu ser interior nunca ha sido mancillado entonces llamas dolor o
pérdida, carencia o frustración. 


Recuerda que todo fue obra de tu falsa idea de las cosas que con tu
interpretación distorsionada con la ayuda de tu ego que te ha jugado una mala
pasada aunque hayan pasado muchos años.

 Recuerda que siempre hay la oportunidad de iniciar de nuevo.


Hay que empezar con reconocer las causas que lo originaron y para eso hay que
revivirlas desde un punto de reflexivo como un observador para ser lo más real y
ante ello tener la humildad de aceptar nuestros errores con actitud positiva
para así tomar una decisión que nos genere paz y tranquilidad y con amor propio
pedirse y darse el perdón. 

 De
esta manera tendremos el don de darnos la libertad y liberarnos de eso que nos
tenía atados a esos instantes y luego perdonar a todos los que inconscientemente
involucramos en nuestro proceso de auto destrucción.


Ese será nuestro primer paso a reivindicarnos con nuestros mismos.

 Considero que sólo a través del acto del perdón sentido es lo único que nos
llevará a  empezar el proceso de reestructuración de nuestro ser y recobrar
nuestra  comunicación interna para luego recobrar la intimidad.

 Ánimo no ha pasado nada, sólo deja de evadirte ¡ya!


protagonista de tu realidad concientemente con amor y humildad

 ¡Sí se puede! Ya lo has logrado con estas líneas: ¡Sólo ponte en acción!