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El tango, un buen amigo del corazón

Muchos han alegrado su corazón bailando un tango con una sensual pareja… pero lo que pocos deben saber, es que al hacerlo, no sólo lo alegraban, sino que también lo protegían y mantenían en buena salud.

Sabíamos que el popular
baile argentino es un excelente medio para lograr un espacio de diversión y
entretenimiento, así como para relacionarnos con personas del sexo opuesto.

 Pero ahora, un nuevo
beneficio se le ha encontrado a este baile: el de poder proteger y mantener la
buena salud cardiovascular. Eso es lo que ha demostrado un estudio llevado a
cabo por la Fundación Favaloro, de la República Argentina.

 Según el trabajo, la
practica regular de bailar tango demanda lo que se denomina un “ejercicio
moderado y sostenido”, el cual hace trabajar al corazón pero no lo exige
indiscriminadamente, lo cual, para la Organización Mundial de la Salud (OMS),
mejora la actividad cardiovascular y previene de males cardíacos.

 Además, su práctica es
particularmente importante en los mayores, puesto que sus índices de
sedentarismo llegan hasta el ochenta por ciento de la población total, en las
grandes ciudades urbanas.

 El estudio fue realizado
sobre veintidós bailarines de tango aficionados (mitad mujeres y mitad hombres),
que gozaban de una buena salud general. Antes de comenzar a bailar, se les
realizó un chequeo cardíaco con el fin de verificar que sus corazones estuvieran
sanos, y un estudio de aptitud aeróbica para medir sus capacidades máximas de
consumo de oxígeno, ventilación, frecuencia cardiaca, etc.

 Durante la practica del
baile, que incluyo los tangos “La Cumparsita” y “Quejas de bandoneón” y la
milonga “La puñalada” (los cuales fueron elegidos por que, según los
especialistas, son los más bailados, y los más sencillos de seguir por parte de
los bailarines) los expertos midieron nuevamente todas estas variables, además
de realizar a los participantes un electrocardiograma y de colocarles una
máscara para medir el consumo de oxígeno, así como la producción de dióxido de
carbono, el número de respiraciones por minuto, y otro tipo de variables.

 Lo que los especialistas
pudieron observar, era que las frecuencias cardíacas de los participantes
alcanzaban un 60 por ciento de su capacidad máxima (la cual se había determinado
en las anteriores pruebas de aptitud aeróbica). Y justamente, es esta media de
la capacidad máxima en la frecuencia cardiaca la que más ayuda al corazón, ya
que por debajo de la misma, el corazón trabaja poco, y por encima de la misma,
se lo exige demasiado.

 Esto no sucede con
algunos tipos de bailes, como la salsa, donde se comprobó que las frecuencias
cardíacas aumentaban los límites medios (considerados los más seguros), aunque
si con otros tipos, como la danza balinesa, que también es recomendada para
proteger la salud cardiaca.

 Diferente es el caso de
las personas que tienen algún tipo de complicación cardiaca previa: para esos
casos, aún no se han realizado estudios, aunque se espera que se realicen en la
brevedad.

 No sería de extrañar,
entonces, que en el futuro, en vez de recomendarse ejercicios aeróbicos, se
proscriba el baile tango o milonga entre 20 y 30 minutos diarios, sin dudas una
alternativa mucho más divertida y sociable que la aburrida práctica física.

 Además, este aspecto
social, es también muy importante la salud cardiaca: según los especialistas, se
puede lograr una mayor adherencia cuando se fomenta el intercambio con otras
personas, o, en otras palabras y como bien lo sabemos, el hecho de estar con
seres apreciados hace bien al corazón…

 Pero además todos estos
beneficios, existe uno muy importante: la práctica del tango no demanda grandes
erogaciones económicas (alcanza con un centro musical y un CD o casete) ni
grandes traslados (se puede realizarlo en el living de su propio hogar).

 Por lo tanto, alcanza
solo tener una persona del sexo opuesta dispuesta a acompañarle en su nuevo
ejercicio ¿Qué está esperando para salir a la pista?